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Una
organización simple dentro de una sociedad compleja
Dr. Hugo SALINAS
salinas_hugo@yahoo.com
En política no hay práctica honesta y útil posible sin una teoría y
un fin claramente determinados.
BAKUNIN Mijail, [1868] Federalismo, socialismo y antiteologismo, p.
4[i]
Hasta ahora, la toma de decisiones y, por consiguiente, la
estructura de las organizaciones, son el fiel reflejo del “poder
económico en la sombra”: centralizado al extremo, y vertical en su
estructura. De ahí que, nuestra sociedad está regida por
organizaciones totalitarias. Y nuestras organizaciones políticas de
izquierda y extrema izquierda han copiado el modelo vertical; aun
cuando en la letra afirman que las decisiones vienen desde las
bases. ¿Cuál sería la alternativa de solución? ¿Es posible concebir
una organización horizontal en la toma de decisiones?
Horizontalidad en la toma de decisiones
Un primer paso para escapar “conceptualmente” de este círculo
vicioso de querer salir del Capitalismo practicando las herramientas
del Capitalismo, es pensar en la “horizontalidad en la toma de
decisiones”; es decir, organizaciones con un solo nivel de
decisión[ii]. Este tipo de organización tiene como sustento a una
actividad socio-económica basada en la propiedad privada colectiva y
la Repartición Igualitaria de su resultado neto.
En concreto nos estamos refiriendo a las empresas-país como la
unidad celular de una nueva economía, y como sustento de la
horizontalidad en la toma de decisiones. Sin esta condición no
pueden existir organizaciones a un solo nivel de decisión, en forma
permanente y generalizada.
Por un lado, la Repartición Igualitaria de las utilidades de las
empresas-país pone en igualdad de posición económica a todos los
habitantes del país, grandes y chicos, negros y blancos, quechuas,
aymaras y españoles, hombres y mujeres. Por otro lado, las
empresas-país pertenecerán a todos los habitantes del país y a nadie
en particular. Serán empresas a propiedad privada colectiva.
Los habitantes del país, desde el punto de vista económico,
solamente se diferenciarán en función del monto de salario que
perciban en tanto que trabajadores. Pero, en todo caso, ya no serán
los salarios exorbitantes que reciben los CEO de las grandes
multinacionales a propiedad privada individual. Es por ello que, en
su conjunto y en la nueva economía, se podrá hablar de una
“repartición más o menos igualitaria” de la totalidad de riquezas
del país.
Es bueno también reiterar que, con la implantación de las
organizaciones a un solo nivel de decisión ya no existirá lugar para
los “representantes” o “dirigentes” con poder de decisión. Primero
porque, no concentrarán o no serán representantes de un “poder
económico en la sombra”. Segundo, porque no tendrán a su disposición
el manejo de un Presupuesto Público centralizado. El total del flujo
de la actividad económica (remuneraciones tanto del trabajo como del
capital) se habrá diluido entre todos los habitantes del país, en
partes más o menos iguales. Y, tercero, porque la mayor parte de
activos del país será de propiedad privada colectiva.
En suma, el grueso de las remuneraciones y de los activos del país
estará repartido entre todos los habitantes del país, en partes más
o menos iguales. Y es esto lo que sustentará sólidamente a la
horizontalidad en la toma de decisiones.
A partir de esta información ¿podríamos aseverar que el Federalismo,
como forma de organización, reflejará fielmente a esta nueva base
socio-económica?
El respeto del espacio integral de un problema y el Federalismo
Pero la horizontalidad con un solo nivel de decisión no es
suficiente para tener una clara idea sobre el perfil de las nuevas
organizaciones en toda su complejidad. ¿Seguirá existiendo una sola
organización para resolver todos los problemas, como la que nos
impone la decisión vertical? ¿Dicha organización resolverá el
problema, al mismo tiempo, en la universalidad y en la
especificidad? ¿El “dirigente” seguirá siendo, por lo menos en la
teoría, omnisapiente y omnipresente, capaz de resolver todos los
problemas de todo el mundo y de todas la latitudes? ¿El
financiamiento para la solución de problemas seguirá teniendo “un
solo caño” manejado por el Presidente de la República, vía Ministro
de Economía y Finanzas?
Vivimos sociedades complejas tanto en volumen de población como en
vivienda, cultura, territorio, educación, salud, transporte,
costumbres, edad, género, etc. Tanto la población como la vivienda,
salud, etc. no son variables homogéneas. Existen diferencias, por
ejemplo, entre la población joven y la adulta, entre la problemática
habitacional de los pueblos marginales y de los barrios de gran
poder económico, las enfermedades no atacan a todos por igual ni en
todas las partes del territorio o del mundo, etc. Es decir, vivimos
en sociedades que engloban miles y miles de problemas, y cada uno de
ellos no es uniforme ni para todo el mundo. Y, ante ello, nuestra
respuesta, hasta ahora, ha sido vertical, totalitaria, universal,
dentro de una fragmentación territorial manu militari como legado
del pasado o construcción del futuro.
Un ejemplo de la incomprensión de la problemática es la propuesta
federalista. Ella conlleva tres errores mayores. Primero, fragmenta
al territorio sin tomar en consideración que el espacio de
manifestación de algunos problemas, por ese acto, ha sido dividido
manu militari. Segundo, desvirtúa la toma de decisiones en forma
horizontal al aceptar instancias superiores para la solución de
algunos problemas. Tercero, por lo general, olvida tratar el tema
del financiamiento para resolver los problemas, como si no
existiera.
En la propuesta federalista, a la totalidad del universo social se
le “corta”, pura y simplemente, en varias federaciones. Algo así
como el “terracidio”[iii] que cometieron, tanto los españoles como
los republicanos, cuando quisieron gestionar el espacio económico
del Tawantinsuyo. Y de hecho, por la vía del Federalismo, el
universo de muchos problemas se encuentrará fragmentado, haciendo
más difícil aún su solución.
La propuesta del Federalismo no toma en consideración que los
problemas no tienen las mismas fronteras. El espacio de un problema
difiere de otro. No hay ningún espacio que comprenda a un problema
en concreto que tenga el mismo radio de acción que otro problema
concreto. Por otro lado, el espacio de un problema en concreto
contiene a personas que también están implicados en otros problemas
con otros espacios y, sin embargo, no es nada incongruente dentro de
una sociedad moderna y compleja.
La problemática de la educación, por ejemplo, no tiene las mismas
fronteras que el problema de salud o transporte. Ellos no contienen
tampoco a las mismas personas. Sin olvidar que un mismo problema no
tiene la misma dimensión en la capital de la República que en el
pueblito más alejado del centro de poder. Algunos sufren de
analfabetismo mientras que otros sufren, además, de cáncer. Unos
trabajan de día mientras que otros durante la noche, etc.
Y no podemos dejar de mencionar que los problemas, como todas las
organizaciones que tratan de resolverlos, nacen, crecen y mueren.
Todo ello hace la complejidad de nuestras sociedades modernas pero,
al mismo tiempo, nos está indicando la forma de abordarlo. Es
cuestión de que las organizaciones reflejen cada uno de los
problemas, en su expresión más cercana a la realidad y según su
propia “frontera”. Una frontera que no es la misma de otro problema
ni tampoco de ella misma desde que nace hasta que muere.
De esta forma, las organizaciones, además de ser horizontales en la
toma de decisión, serán la expresión simple dentro de una sociedad
compleja. Coordinación con otros problemas y otros espacios
existirá, otros niveles de organización existirán y serán necesarios
pero, en ningún caso, tendrán poder de decisión.
Desde hace seis siglos aproximadamente vivimos una economía-mundo
que condiciona una sola sociedad a nivel mundial. Si actualmente
está dividida en países es consecuencia de los efectos perversos de
la Repartición Individualista en la forma de Capitalismo. Suponiendo
que la Repartición Igualitaria ha substituido a la Repartición
Individualista en tanto que el segundo elemento de la actividad
socio-económica, nos encontraríamos frente a una economía-mundo que
refleja una sociedad-mundo. Una sociedad sin fronteras en su
interior. Una sociedad que engloba innumerables espacios simples
dentro de una sociedad compleja.
En estas condiciones será mucho más fácil comprender que las
organizaciones sociales tendrán como marco de referencia a los
problemas en su expresión integral y simple, a la vez. Y los
miembros de estas organizaciones estarán en mejores condiciones de
resolver sus propios problemas, porque dispondrán ellos mismos del
financiamiento adecuado para resolver el problema, solución que será
ejecutada por intermedio de las empresas-país. Con ello, se habrá
terminado con las innumerables instancias de decisión, y la duración
“eterna” en la solución de problemas, madre de todos los vicios del
Poder y de sus “dirigentes”.
¿A partir de ello podríamos decir que, al interior de la
economía-mundo y de la sociedad-mundo no habrá ningún tipo de
fronteras en su interior?
La organización social-territorial en los servicios básicos de la
comunidad
Dos ejemplos de cómo se perfila el espacio vital de una organización
simple dentro de una sociedad compleja. Tomemos los casos de la
búsqueda de la frontera ideal para el manejo administrativo en
cuanto a los servicios de Correos o de Educación (Formación
Profesional).
En ambos casos se debe tener presente que tanto el sistema de
Correos como el de Formación Profesional se puede, y debe, manejar
en términos empresariales. Existirá el abanico de posibilidades que
se puede resumir en una oferta proveniente de empresas a propiedad
privada individual (generalmente conocidas como los centros de
enseñanza privado), y de empresas a propiedad privada colectiva (los
centros educativos que serán manejados por las empresas-país).
Asimismo, se debe recordar que tanto los demandantes como los
ofertantes cuentan con sus propios recursos financieros. Las
personas poseen, en partes más o menos iguales, la totalidad de las
remuneraciones existentes en el país. Y las empresas que van a
gestionar estos servicios, como es el caso de las empresas-país,
cuentan con un financiamiento gratuito e ilimitado para su creación
y desarrollo.
Bajo estas premisas, son los usuarios de estos servicios quienes, en
una interacción permanente con el ofertante, definirán el espacio
vital de la organización. Y su criterio de decisión estará
fuertemente influenciado por el costo-beneficio del servicio en
función del área territorial a cubrir por la empresa. Si utilizamos
una comparación con algo existente, sería algo así como las personas
demandantes de pan y el panadero de la esquina. Las personas buscan
el mejor pan al más bajo precio. En cambio, los panaderos buscan
aumentar sus ventas a un precio unitario mayor.
Tomemos primero el caso del servicio Correos. Supongamos una red de
puntos del servicio
Correos gestionado por una empresa-país dentro de una localidad. Los
usuarios del servicio de Correos de la localidad ensayan los puntos
de servicio hasta decidir por su mejor opción. De igual modo, la
empresa-país brindando el servicio Correos ajusta sus puntos de
oferta en función de sus costos de producción. En este caso, y con
relación a las empresas-país, es bueno notar que su interés no es
maximizar sus utilidades sino, a lo sumo, equilibrar sus ingresos –
egresos.
Sobre esta información, en forma directa, los unos y otros llegan a
un punto de equilibrio. Con ello queda definido, por un lado, el
número de puntos de servicio Correos y, por otro, el espacio vital
de cada punto de servicio conformado por un cierto número de
usuarios, y ocupando un cierto espacio territorial. De esta forma se
ha llegado a definir un espacio simple de oferta – demanda dentro de
una sociedad compleja.
Aquí es bueno destacar que, primero, el equilibrio no es permanente
en el tiempo, variará en función de la entrada y salida de usuarios,
y de las variaciones del costo de producción del servicio. Segundo,
algo importante a señalar es que este “equilibrio” que ha definido
el espacio vital de este servicio no ha sido impuesto por una
autoridad superior, sino por la acción directa de los usuarios en
interacción con el ofertante del servicio. Y esto porque, por un
lado, los usuarios afrontan el gasto directamente habida cuenta de
su capacidad de gasto y, por otro lado, la empresa-país, con un
manejo autónomo de servicio a la colectividad, solamente evita que
su empresa no ingrese en una franja roja que, en definitiva, es la
colectividad quien pagará cualquier pérdida producida en el
ejercicio económico.
Lo mismo sucederá con el servicio Formación Profesional. Tanto los
usuarios como el ofertante conocen sus posibilidades financieras y
la Formación Profesional a recibir o a impartir. Corresponde a
ellos, y sólo a ellos, definir el precio por el servicio ofertado, o
de buscar otra empresa (empresa-país o empresa privada individual)
que brinde el servicio requerido por el usuario al precio que estima
conveniente en función de su posibilidad financiera. Y es la
interacción de los ofertantes y demandantes que determinará el
precio del servicio y el espacio territorial de cada organización
social.
En el caso del servicio Formación Profesional se puede argumentar
que la política del Sector Educación requiere de un nivel superior
de decisión para obtener un mejor rendimiento del servicio Formación
Profesional. Pero, como ya lo hemos visto, la toma de decisión
horizontal y a un solo nivel no descarta los niveles superiores de
coordinación, supervisión y evaluación.
Es en estos niveles que se llevará a cabo la discusión de la
Política del Sector Educación pero, en ningún caso, será en términos
de decisión de aplicación. Los resultados de las discusiones serán
plasmados en recomendaciones tanto para los ofertantes como para los
demandantes, y aplicados en función de sus objetivos a nivel de una
organización simple dentro de una sociedad compleja. La toma de
decisión seguirá siendo horizontal y a un solo nivel de decisión.
Indudablemente que son terrenos movedizos dentro de una sociedad
compleja. Pero los efectos son positivos para ambas partes, dado su
flexibilidad y solución rápida que ofrece. La toma de decisión a un
solo nivel se realizará en tiempo real y con una disminución de los
costos de operación de ambas partes. Sin lugar a dudas que la
gestión de servicios comunitarios con una toma de decisión
horizontal, a través de organizaciones simples dentro de una
sociedad compleja, es mucho más eficiente y eficaz que la
organización centralizada, totalitaria y dependiente del
financiamiento del gobierno central.
Con ello estamos haciendo notar, además, la implicación de todas o,
por lo menos, de la mayoría de las personas en el manejo de la
economía, participando directamente tanto en la oferta como en la
demanda de servicios requeridos. En buena cuenta, todas y cada una
de la personas están implicadas en la definición de su presente y de
su futuro, en función de sus expectativas. En estas condiciones ya
no existirá ese comportamiento nocivo de esperar todo del Estado, de
exigir demandas o de utilizar servicios sin tomar en consideración
los costos. Ya no hay espacio para una “educación gratuita” o “un
servicio público gratuito” que conduce a innumerables deficiencias y
perversos comportamientos, tanto de los ofertantes como de los
demandantes.
La formulación de proyectos de inversión / creación de empresas-país
Un caso muy importante a abordar es el de la solución de problemas
que implican la formulación de proyectos de inversión. La solución
de problemas, a través de una organización simple dentro de una
sociedad compleja, facilita la formulación de proyectos de inversión
que pueden devenir empresas-país o, simplemente, ser ejecutadas por
empresas-país existentes.
Sin olvidar que una organización simple dentro de una sociedad
compleja es una solución que tiene como apoyo a la horizontalidad en
la toma de decisiones, y a un solo nivel de decisión. Y ésta, a su
vez, se apoya en una base socio-económica que tiene como elementos a
la propiedad privada colectiva y a la Repartición Igualitaria del
resultado de la actividad económica. Con ello se quiere decir, por
un lado, que el stock de la economía pertenece a todos y a nadie en
particular y, por otro, que la totalidad de las remuneraciones,
provenientes tanto del trabajo como del capital, se encuentra en las
manos de todos los habitantes del país, en partes más o menos
iguales. En suma, las personas no solamente “son iguales ante la
ley”, dado la horizontalidad en la toma de decisiones, sino que,
sobre todo, son más o menos iguales económicamente.
Del mismo modo es bueno tener en mente que, en términos concretos
significa que la solución de problemas colectivos pasa por la
creación y desarrollo de empresas-país, las mismas que cuentan con
un financiamiento gratuito e ilimitado para el desarrollo de sus
actividades. Es decir, en ninguno de los lados (oferta y demanda)
existe entrampamiento financiero una vez que se ha llegado a
determinar la solución del problema en cuestión.
Estas dos consideraciones hacen que los problemas colectivos pueden
ser resueltos directamente por las personas implicadas en el
problema en cuestión. Es una gran ventaja, en términos de eficacia y
eficiencia, con relación a la solución propuesta por organizaciones
verticales y con un solo caño de financiamiento.
Teniendo en mente estos elementos, supongamos que en un sector de
una localidad, los padres de familia sienten la necesidad de contar
con un colegio de educación primaria. Resulta que el más cercano se
encuentra a varios kilómetros de distancia y el servicio de
transporte escolar no resuelve el problema.
Los padres de familia comienzan por realizar una sensibilización de
la problemática dentro de la localidad. Ellos realizan un censo
preliminar del número de alumnos afectados por el problema. Con esta
información en mano constituyen una organización civil, no para
demandar, sino para planear la posibilidad de construir un centro de
estudios. Se ponen en contacto con el sistema financiero del país, a
través de su Agente Financiero de la zona, y deciden realizar los
estudios preliminares. El resultado es que existen elementos
suficientes que justifican la construcción de un centro educativo
primario, se destinan los fondos y es una empresa-país especializada
en dichos trabajos que se encargará de su ejecución.
Lo que debemos señalar es que los padres de familia están de acuerdo
con la calidad de la enseñanza propuesta y con el costo del proyecto
de inversión. Es decir, los padres de familia están de acuerdo con
el precio de la formación alumno/mes con el cual se cubrirá el costo
total del proyecto de inversión y el costo de la oferta de
enseñanza. Porque son ellos quienes afrontarán directamente el gasto
en la formación de sus hijos. Y son ellos quienes supervisarán no
solamente la buena ejecución de la obra sino también el buen
desenvolvimiento del centro educativo. Con ello se garantiza que se
contará con un centro de estudios de calidad y con una seguridad de
permanencia en el tiempo.
De esta forma, una organización simple dentro de una sociedad
compleja ha abordado y resuelto un problema de sociedad sin esperar
que las “autoridades superiores” se decidan a tomar interés en el
caso. La solución se ha realizado en el menor tiempo posible, y la
organización simple ha sido eficaz y eficiente para enfrentar los
problemas de sociedad que, dentro de una organización vertical toma
años, décadas y, en algunos casos sin visos de solución.
Otro ejemplo, aparentemente mucho más complicado, que puede
igualmente ser resuelto por una organización simple dentro de una
sociedad compleja, en las condiciones que se ha anotado
anteriormente. Se trata de la necesidad de construir un ‘by-pass’ en
el centro de una ciudad.
Supongamos que el crecimiento poblacional de una ciudad se traduce
en un incremento del parque automotor, los mismos que, en horas
punta, hacen difícil el transito tanto de personas como de
vehículos, en el centro de la ciudad.
La solución de problemas en una organización vertical y totalitaria
exige elevar la demanda ante las autoridades superiores
correspondientes para un estudio del caso. Si la demanda se
considera pertinente, es necesario realizar las una y mil gestiones
para que se realicen los estudios del caso. Pero no porque sea una
necesidad vital tanto para los transeúntes como para los conductores
que el pedido es declarado “pertinente”. Hay miles de problemas que
quedan en el camino sin ninguna atención. En buen número de casos no
pasan más allá de ofrecimientos hechos por los “políticos” en épocas
de campaña electoral.
Una vez realizados los estudios vendrá un período todavía más largo
e incierto como es el trámite presupuestal para la ejecución de la
obra. En definitiva son un buen número de años para llegar a la fase
de aprobación presupuestal del proyecto de inversión. Cuando la
aprobación de ejecución de la obra llega, ya no solamente hay un
problema sino varios, incluso el problema original ha tomado otra
dimensión.
En una sociedad en donde existirá la solución mediante la
horizontalidad en la toma de decisiones, la población afectada por
el problema puede directamente constituirse en una asociación civil
encargada de realizar un estudio preliminar del problema, en
coordinación con las empresas correspondientes del parque automotor.
A esta iniciativa se asociará necesariamente el Agente Financiero
del sistema financiero del país.
Puestos alrededor de la mesa de discusión todas las partes
implicadas en el problema y su solución, deciden ejecutar la obra.
En concreto, ello significa que el país, vía su sistema financiero,
realizará una emisión monetaria por el monto previsto, en una
primera instancia, de los estudios correspondientes y, luego, del
monto del proyecto de inversión. Esta obra puede, a su vez,
condicionar la creación de una empresa-país o simplemente ser
ejecutada por una empresa-país existente.
Además, lo que es necesario señalar es que la solución del problema
a través de una organización simple dentro de una sociedad compleja,
será mucho más eficaz y eficiente que si se le hubiera abordado
mediante una organización vertical.
La organización política-territorial
La sociedad de mañana se presenta sin fronteras internas. No las
necesita. La actividad económica, desde hace por lo menos seis
siglos, se desenvuelve en una economía-mundo. Ella define un espacio
económico único a nivel mundial. Su radio de acción alcanza hasta
donde llegan los intercambios de bienes económicos que se producen o
elaboran en una economía de mercado.
Sobre esta base, desde aquella época, se debió elevar una
sociedad-mundo. Lastimosamente, los efectos perversos de la
Repartición Individualista del resultado de la actividad económica,
y su mecanismo de extorsión, la Configuración Mundial, han
establecido fronteras artificiales al interior de la economía-mundo
y de la sociedad-mundo.
Una vez que la Repartición Igualitaria del resultado de la actividad
económica de las empresas-país se instale en forma hegemónica y, a
su vez, la propiedad privada colectiva sea la predomínate, las
organizaciones simples dentro de una sociedad compleja, se
encargarán de eliminar las fronteras artificiales creadas por el
sistema Capitalista.
Dentro de esta gran sociedad-mundo, la ciudad puede albergar
millones de personas como solamente unos cientos. El volumen
poblacional no será un problema en las sociedades complejas pero
organizadas horizontalmente, con un solo nivel de decisión. Cuan
complejas sean las ciudades, la solución siempre será efectuada a
través de una organización simple que aborda directamente un
problema concreto.
De esta forma, no habrá una ciudad “chica” o una ciudad “grande”, ni
una será mejor que la otra. Si nos referimos a los “linderos” de una
división política-territorial-geográfica, la ciudad podrá tener la
talla que prefieran los ciudadanos que viven en ella. Esta será la
“talla ideal” de la ciudad en donde sus vecinos quieren y sueñan
vivir. Porque en cualquiera de los casos, son las organizaciones
simples que se encargarán de resolver los problemas de una sociedad
compleja.
Ferreñafe, 14 de octubre del 2015
[i] BAKUNIN Mijail, [1868] Federalismo, socialismo y antiteologismo,
Berna, Suiza, Abatir, Biblioteca Virtual de Historia in http://metalmadrid.cnt.es/cultura/libros/mijail-bakunin-federalismo-socialismo-y-antiteologismo.pdf
[ii] SALINAS Hugo, Horizontalidad en la toma de decisiones de las
organizaciones sociales y políticas, in http://site.adital.com.br/site/noticia.php?lang=ES&cod=86835
[iii] Terracidio, noción propuesta por Aureliano Turpo Choquehuanca,
significando el despedazamiento de un conjunto
territorial-poblacional sin otro criterio que el pillaje.
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