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Perú: El sistema educativo y sus carencias
Teresa
Tovar Samanez
Después de casi 4 siglos, Luis XIV aún tiene vigencia. La frase que
se le atribuye: el Estado soy yo, grafica la primacía de la
autoridad real, donde el rey tenía el poder de decisión por encima
de las leyes. El Rey Sol asistía al Parlamento y rodeado de vasallos
daba su Declaración Real, que intimidaba y se imponía a un
Parlamento decorativo.
En los últimos años las democracias languidecen y los necesarios
contrapesos derivados de la separación de poderes (Ejecutivo,
Legislativo, Judicial) se adelgazan. Hay ministros que utilizan
diversas puertas giratorias, presionan para viabilizar agendas y
esperan que organismos estatales autónomos se “alineen” a sus
decisiones.
En educación existen algunos contrapesos al Poder Ejecutivo, como
por ejemplo el Consejo Nacional de Educación. Otros se han reducido,
como el Consejo Nacional de la Juventud transformado en una oficina
al interior del Ministerio.
En las últimas décadas han surgido en América Latina diversos
órganos independientes, como parte del esfuerzo de crear mecanismos
para fortalecer la transparencia y la legitimidad de las políticas.
El Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación, y Certificación de
la Calidad Educativa-SINEACE es uno de ellos.
El SINEACE es un órgano especializado del sector Educación que posee
autonomía normativa, técnica, administrativa y financiera. Es el
encargado de evaluar y acreditar la calidad educativa, derecho
negado para las mayorías. Hoy se pretende reducirlo o desaparecerlo.
Diversos funcionarios actúan como si el SINEACE ya se hubiera
“extinguido”, vocablo presente en un proyecto de ley que se da por
hecho sin haberse aprobado. Se trata de un desconocimiento de facto
que colisiona con 3 leyes vigentes que lo amparan: Ley General de
Educación, Ley SINEACE y Ley Universitaria.
Investigaciones recientes muestran que los organismos con algún
grado de autonomía enfrentan obstáculos para posicionarse porque su
accionar no resulta funcional a regímenes cada vez más subordinados
a la lógica del mercado y a los centros de poder financiero
internacional. Por ejemplo una acción insignificante para la lógica
de las multinacionales pero gravitante para la dignidad de las
personas, es el reconocimiento y validación de los saberes de
campesinos, artesanos y personas históricamente excluidas. “Hay
gente que tiene mucho conocimiento pero no tiene la oportunidad de
obtener un documento que lo acredite que sabe” decía un campesino de
Junín certificado por el SINEACE.
Se comprueba que a mayor consistencia de los organismos autónomos
mayor es la legitimidad y eficacia de las políticas nacionales.
Debemos preservar aquellas instancias que se constituyen como
espacios de reflexión y propuesta, confiables y cercanas a los
actores sociales; que permiten discutir sin temor y pensar sin
pleitesía. Su debilitamiento o cooptación significa por el contrario
una seria alerta, no solo para la educación sino para la salud de
nuestra democracia.
Políticos hablan de educación, pero no hacen nada
Dicen que la educación es clave, pero no destinan recursos a ese
sector, dice ministro Jaime Saavedra.
Desde hace más de 15 años los políticos sostienen que la educación
es clave para el crecimiento económico, pero no han hecho nada por
ella y les ha faltado ir de las palabras a la acción, dijo el
ministro de Educación, Jaime Saavedra.
“El aprendizaje es importante para el crecimiento, todos hemos
tenido esa impresión en los últimos años y probablemente no haya
ningún político que haya dicho que será su prioridad, pero el punto
clave es ir a la acción. Y la acción es poner dinero”, afirmó
Saavedra en la Junta de Gobernadores del FMI-BM, que se realiza en
Lima.
En el evento se destacó que en los últimos años el presupuesto del
sector Educación en el Perú se haya incrementado hasta ser el más
alto de su historia y para el 2016 se espera que alcance el 3,87%
del PBI.
Al respecto, el ministro sostuvo que la inversión en educación debe
ser la más eficaz de todas y eso implica realizar reformas
integrales. “Por ejemplo, se dice necesitamos computadoras y las
compran. Pero solo estará bien si contamos con el software adecuado,
si se capacita a los profesores en tecnologías de la información, si
se trabaja con el personal administrativo. Si no es así, la laptop
será inútil”, finalizó.
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