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Revista virtual Sociedad Latina periodismo Peru Jorge Paredes Romero

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Memorias útiles

 

15. 4.2006

 

   
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Desde el año 1975, en que asumí un rol más participativo en la sociedad, es que me preocupo por alternar con mis pares en la realidad de “personas con limitaciones físicas” en Perú, de allí es que me involucro con los amigos de la Fraternidad Cristiana de Enfermos, después de conocer en 1973 al sacerdote jesuita español, el  valenciano José Manuel Duato Gómez Novella (Padre Quitapenas), nacido el 26 de Octubre de 1927, funda en 1967 la FCE en Perú, le conozco justo, meses antes de morir, cuando él regresaba de México y enrumba a España para allí morir el  13 de Diciembre de 1973,  a la edad de 46 años.

 

1973, poco antes de salir de la Clínica. 1975 con la FCE en Collique.

 

En ese entonces yo tenía 30 años y estaba interno en una clínica; este episodio marca mi vida y me dedico hoy en todo cuanto pueda, para ayudar a las que hoy erróneamente llaman “Personas con Discapacidad”. Antes nos decían “inválidos” (no valer), después “minusválidos” (valer menos), no concuerdo con ninguna de estas anomias o dificultad para producir un nombre a nuestra realidad. Manolo perdura en mi mente, él llegó de México y fue a visitarme a la entonces "Clínica Chorrillos", ¡nunca lo olvidaré!

Bien, considero que llegar a la situación con limitaciones de diversa índole, que en Perú son varios millones, es algo para lo cual lamentablemente no estamos preparados, ello es en parte debido a las carencias educativas escolarizadas y sociales que tiene nuestro país, de allí que muchísimas personas carecen de alternativas, instrumentos y mecanismos suficientes para enfrentar una realidad, que no escapa en las posibilidades de vida de cualquier ser humano.

Todos en algún momento, somos parte de ese colectivo, sea por una prótesis dental, pies planos, lentes a medida, audífonos por hipoacusia o quizá unas muletas o silla de ruedas post operatorias, problemas atencionales, de conducta o aprendizaje, etc., pero hay una universo que bordea el 18% de la población mundial, es decir aproximadamente 1,100 millones de habitantes lo cual debe darnos una idea de cuan importante debe ser, la inclusión en la curricula de estudios, cursos afines a esta realidad.

Hoy por esas carencias, muchas personas tienen inmensa cantidad de preguntas acerca de cómo enfrentarse a esta realidad, cuando por ejemplo alguien se accidenta y queda relegado a una silla de ruedas o una cama hospitalaria. Allí empieza un  nuevo mundo, que poco a poco se va tornando oscuro, de terribles presagios y enormes dudas, lo cual no se daría si todos en algún momento de la vida tuviéramos información, acerca de cómo enfrentar estos casos, quizá no para nosotros pero si para un familiar, vecino o amigo de la comunidad. 

Por éste motivo, muchos padres de familia se sienten desvalidos, para ayudar a sus hijos en lo suficiente, para que estos superen la problemática y puedan reinsertarse a la sociedad con mejores argumentos, y solo atinan a recurrir a la compasión y con ello lo único que logran es invertir un precioso tiempo, en “ayudar” a sus seres queridos, sin darse cuenta que lejos de hacerlo, lo único que logran es desperdiciar un precioso tiempo, que bien podría utilizarse en reeducar a quien lo necesita y así lograr que en algún momento sea independiente y lejos de ser una “carga familiar”, sea un colaborador en el seno familiar y en la sociedad,  y lo que es mejor, pueda tener una existencia relativamente feliz y llegado el momento, sentirse realizado. 

No voy a negar que cometí muchos errores en mi reeducación, pero justamente eso es lo que ahora me permite rectificar en mi proyección, he llegado a los 67 años de edad y tengo constituida una familia, una esposa, dos hijos, juntos hemos construido una casa y seguimos estudiando para crecer y procurarnos mutuamente felicidad. 

Inicios 2006, almorzando en familia El hogar en Lima. Mollendo, la casa donde crecí, aún existe

Como familia nos integramos a la sociedad y nos proyectamos a personas que por alguna causa quedan limitadas en sus funciones y de esa manera somos útiles a esa sociedad, la misma que persiste en desoír el clamor de sus integrantes, pero tenemos la esperanza que algún día estas cosas se superen y podamos todos juntos disfrutar de una mejor calidad de vida e integración social.

Antes de dar, en mi modesta participación y experiencia, algunas ideas que valen la pena considerar, en casos de jóvenes recién accidentados que se enfrentan a una nueva vida, deseo hacer una presentación de mi caso.

 

Tíos Juan y Chepa, quienes me criaron. A los diez años de edad. 1961, 18 años de edad
Año 1972 poco antes del accidente 1972, amigos en la Universidad (UNSA) Papá, tia Mary y Johnny 1973
Con Mamá Paula, año 1997 Papá año 1973 Con tía Chepa en Mollendo 2000
Cumpleaños tía Chepa 2002 Con Lucia Bernedo mi prima 2002 Año 2000 en un bar criollo Mollendo

 

Recuerdo el 6 de Agosto de 1972 cuando por un aciago accidente quedé parapléjico, con una grave lesión medular a nivel dorsal 8, la cual quedó agravada con la limitación económica y acceso a posibilidades médicas y afectivas, que poco a poco fueron superadas, pero en ese largo camino hice escuela y logré con la ayuda de otras personas como Manuel Duato, quienes supieron darme el mensaje y el aliento suficiente para crecer, logros que hoy tengo en mi experiencia de vida, pero que aun no me llenan lo suficiente.

Adquirir estos conocimientos me costó mucho, por eso espero que estas líneas puedan aliviar ese sufrimiento a otras personas y no tengan que lamentar la pena de sentirse tan vulnerables a la si discapacidad social de educar a sus miembros.

 

Año 2000 Mollendo 1973 con Mamá Paula y Jesús mi hermano Año 1975 con el órgano Farfisa
Año 1975, canto en Festival de La Madre Año 200 con Katty Arequipa Año 200 Playas de Mejía
2006 2006 2006

Tendría que hacer una enorme lista de quienes llegaron  mi vida, pero atino a mencionar por ejemplo a una buena enfermera que salvó mi vida y que se transformó en un ángel; a Maria Godbout o.p., religiosa canadiense quien valoró mi persona y me permitió proyectarme; a mis propios padres Guillermo y Paula a quienes lamentablemente conocí tardíamente, recién en 1972 a raíz de mi accidente, pero que me motivaron  a subir peldaños; a mi esposa Katty con quien llevo ya 25 años y a nuestros hijos José (17) y Jorge (13), quienes son el acicate para seguir viviendo. Tengo una hija mayor Patricia (40), quien ya es casada y hermanos de línea materna con quienes ocasionalmente me veo. Deseo mencionar al Sr. Orlando Cordero Guerra quien revaloriza mi trabajo en red y me permite ahora tener mayor presencia en la Internet, con él realizamos Sociedad Latina una revista virtual en red que cada día crece más. y Aduspe, una Asociación en defensa de los usuarios en Perú.

 

Con Patty (5) y mi hermana Betty Mi hija Patricia de 23 años Con la familia almorzando en Huampani (1999)

Considero que uno debe hacer una lista de prioridades, creo que las más importantes son el cuidado y fortalecimiento corporal, sin desatender la edificación espiritual, ambas deben ir de la mano; luego debemos estudiar para después poder trabajar con eficiencia y finalmente, sellar todo esto con la búsqueda de una compañía idónea en la vida, para juntos edificar un hogar y así sentirnos plenamente realizados y con capacidad de proyectarnos a la familia y la sociedad .

Quizá el primer gran problema al que nos enfrentamos en esta área de limitación física, me imagino que cada secuela patológica: ceguera, sordera, Down, retardo, amputaciones, distrofia, etc.,etc., tiene sus propias preocupaciones, en nuestro caso de limitaciones motoras y sensitivas, es justamente la falta de movilidad y el dificultoso acceso a lo que antes nos era rutinario, ir a los servicios higiénicos, ducharnos con facilidad y frecuencia, salir a pasear, bailar, ir al campo, subir cerros, etc., de allí que muchos nos hundimos en etapas depresivas, que muchas veces pueden llevarnos a pensamientos auto destructivos, sin embargo si canalizamos las imposibilidades y las encasillamos con realismo, haremos una lista de lo que podemos ahora hacer y antes no hacíamos, por ejemplo leer más, escuchar música, atender el teléfono, ahora mucho mejor si accedemos a una computadora, de todo es posible sacar provecho, especialmente de aquello que antes por ser nómades no nos llamaba la atención, ahora nuestro sedentarismo nos hace fijarnos más en aquello que antes nos era superfluo o intrascendente. Es entonces ahí, donde elaboramos una nueva lista de posibilidades, ello nos hace menos vulnerables a la depresión y podremos sentirnos útiles.

Hoy el día me queda corto, quisiera tener más tiempo, más libros, música, sobre todo más tiempo, el día se me agota rápido, llego a la noche cansado y con sueño. Normalmente mi rutina es la siguiente. Despierto junto a mis hijos, a las 6.30, mientras me desperezo y estimulo a que ellos se levanten, ya estamos todos arriba a las 7.00, me aseo mientras los muchachos parten a la escuela, luego desayunamos, a las 8.30 a mas tardar ya estoy listo para empezar mis tareas diarias, enciendo la computadora, contesto algunos correos, respondo algunas llamadas telefónicas y empiezo a escribir hasta la 14.00 en que llegan Jorge y José de la escuela para almorzar,  y estamos todos juntos en la mesa, disfrutando de los potajes que nos prepara Katty con tanta dedicación.

Luego la sobremesa y una revisión de cuadernos y tareas de los niños,  me reintegro a mis labores a las 4.00 p.m. para terminarlas a las 7.30 p.m. más o menos, quizá por alguna necesidad pueda prolongarme por un espacio mas. Antes me dedicaba a la composición musical, ya que toco piano, órgano, guitarra y canto; leo y escribo música, pero hoy estoy más dedicado a escribir y asesorar.

Me retiro al dormitorio, luego de un refrescante aseo y estamos los cuatro charlando, viendo TV o alguna película, luego noticias y a las 11.00 todos descansamos plácidamente hasta el día siguiente. Duermo de largo, y eso se repite todos los días, mis labores giran alrededor de la redacción en “Sociedad Latina”, atención de  “Asesoría en red”, algo que realizo desde hace años con gusto y regocijo.

Nada de esto sería posible, si no hubiera tenido una reeducación a lo largo de mi vida, lamentablemente muy tarde accedí a lo que es la realización de Proyectos personales, como  la trimoto, el elevador para silla de ruedas y los colchones de agua, pero si todo eso hubiera tenido desde el año 1972 otra hubiera sido mi vida. Pero hoy están a mi alcance, 37 años después y espero que esta experiencia de vida sea útil para todos quienes puedan leerme y así me sentiré feliz de haber colaborado con los demás.

  

 
De la silla a la trimoto   En el izador de sillas

Es increíble, despiertas en la cama de un hospital y no puedes mover las piernas, los brazos adormecidos y mucha gente en tu derredor, mirándote de una forma tan rara, entonces recién atinas a comprender que estás paralizado.

Conforme pasan los días, llegas a comprender que muchas de las cosas que antes hacías ya no podrás  repetir, pero quizá solo piensas en lo superfluo, en caminar, correr, saltar, jugar fútbol por ejemplo, más adelante recién te darás cuenta que hay cosas mas importantes que estarán fuera de tu alcance. Estudiar, trabajar, casarte, es decir ser feliz, pero todo se aglomera como una gran roca que te va aplastando de a pocos y si no tomas decisiones pues terminarás aplastado y eso debes evitarlo.

Pero ¿cómo hacerlo? ¿Cómo superar barreras, que muchas veces son impuestas por una sociedad que nunca piensa en nosotros? ¿En donde todo ha sido construido y diseñado para gente que nunca tendrá limitaciones? Pues habrá que tener inventiva, creatividad, pero sobre todo mucha voluntad, una férrea voluntad capaz de hacer lo que parece imposible. ¿De dónde sacar fuerzas para lograrlo? ¿Cómo conseguir recursos para desarrollar ideas y proyectos?

Además, se presentarán problemas que son las secuelas de la patología que nos encadena a la cama, la silla de ruedas o las muletas en el mejor de los casos y para eso debemos tener economía, de forma que accedamos a médicos particulares, clínicas, ayudas mecánicas y medicinas de marca, porque la seguridad social y los medicamentos genéricos de nada nos sirve. ¿Qué hacer?

No es fácil, si, nada es fácil, pero hay que subir peldaños, hay que crecer, hay que luchar y vencer, de otro modo quedaremos como una postergada loseta humana, donde todos limpiarán sus zapatos, aquellos que si saben crecer, muchos de aquellos que si tienen oportunidad y nunca se preocuparon por los demás.

Debo empezar entonces por fortalecer mi cuerpo, ya que ese será el punto de apoyo para levantarme, erguirme por sobre las dificultades, que exigirán que sea fuerte y resistente.

Me proveo de unas bolsas de tela, quizá pueda confeccionarlas de las piernas de pantalones viejos, de esos jean que no usamos y las lleno de arena. Las primeras bolsas serán de un kilo y con ellas empezaré a fortalecer mis brazos, una pelotilla de jebe me ayudará a fortalecer mis manos, los dedos, ya que estos me servirán para muchas cosas, e intentaré en la cama levantar mi cuello, mis hombros, quizá intentar darme vuelta y así estaré fortaleciendo mi cuerpo, poco a poco cada día, mes a mes, hasta conseguir aumentar a dos kilos, quizá tres en las bolsas de arena y con estas pesas artesanales hacer de mis brazos, miembros capaces de levantar mis inmóviles piernas y darles masajes, ejercicios de flexión y así conseguir dar cierta tonicidad a los músculos quietos y sin ejercicio.

Todo es posible de lograr, incluso con estos brazos fuertes lograr erguirme y quizá sentarme en la cama, me daré unos cuantos golpes al perder el equilibrio, pero es lo de menos, poco a poco iré logrando estabilidad, cierta estabilidad que me permitirá sostenerme con ayuda de mis brazos y estaré sentado como si estuviera tomando un baño de sol en la playa. ¡Todo es cuestión de imaginación!

Pero si no logro iniciar esos ejercicios con la pelotilla, o las bolsas de arena, jamás lograré ser independiente, siempre estaré dependiendo de los demás, para vestirme, para coger un libro, encender la televisión o trasladarme a mi silla de ruedas. ¡Debo lograrlo!

Se me ocurre que si amarro una sábana al extremo de la cama podré ayudarme para estar sentado o quizá de esa manera hacer desde el más pequeño ejercicio y lograr cosas mayores. Tal vez pueda ponerme boca abajo en mi cama, después lo intentaré en una colchoneta en el suelo, o porque no colocar una colchoneta a un costado de la cama y tratar de llegar allí para hacer mis ejercicios de cubito ventral (boca abajo) y hacer planchas, muchas planchas y si me canso, pues quedaré dormido un buen rato o escucharé música o leeré un libro.

Bueno, mañana intentaré nuevas cosas, hoy logré sentarme. ¡Estoy en camino de mejores cosas…! 

Pasaron los meses y logré fortalecer mi cuerpo, tenía que dar un segundo paso, estudiar para luego proyectarme. ¡Debo proyectarme!, pero para proyectarme, primero debo estudiar, de modo que con la ayuda de mi padre me reinscribí en unos cursos de electrónica, repasé los estudios de años atrás y logré armar un radio luego un receptor de televisión, mi madre los tiene aun tiene funcionando. Pero no era suficiente…

Recuerdo que pensaba cómo conseguir unos dólares, mis hermanos trabajan y tienen ingresos, pero no puedo siempre pedirles prestado el diario o quizá esperar que me inviten una gaseosa y qué de salir a un restaurante y tener a mi alcance los antojos de siempre, ¡debo pensar en qué trabajar! Pero estoy paralizado de medio cuerpo, y atado a esta silla de ruedas, lo que es peor la salida a la calle tiene tres peldaños, siempre tendré que pedir ayuda para salvar esa barrera. ¡Qué problema! Tenía 30 años de edad, mi carrera trunca en la universidad, pero sé de electrónica. ¿Me sirve de algo ese conocimiento? ¡Claro que si! Todo cuanto aprendí de niño y adolescente ahora me es útil, todo... Recuerdo a mis maestros de música (Díaz Orihuela, Benigno Ballón, Manuel Castillo Chanove; mecanografía (La Sra. Salerno de Cuba), pintura (Morales Guzmán), mis sesiones de carpintería, electricidad, albañilería, todo es útil...

Hoy veré cómo salir a la calle, logré hacerlo con ayuda de unos vecinos y luego conversaba con el dueño de una discoteca, que no puede escuchar de manera perfecta las emisoras de Frecuencia Modulada en su receptor, de modo que me comprometí a hacerle una antena de FM debidamente calibrada.

Sé que en casa no ven bien televisión, con esa antena de la casa haré una antena de FM para la discoteca y con lo que me paguen por ella, compraré material preciso, veré la forma de construir una antena de televisión de acuerdo a las normas técnicas para la casa, ya me autorizaron para hacerlo días antes.

Fui a una librería y pedí un libro sobre antenas, lo cual sumado al conocimiento previo por mis estudios de electrónica, me permitirán darme cuenta dónde está el error en las antenas construidas por los artesanos callejeros, que las venden en las esquinas muy baratas.

Muy bien, aquí está el problema, en la forma como se diseñaban esas antenas, y el material utilizado. Pero ¿dónde consigo herramientas? Necesito una sierra de arco, un taladro, desarmadores, llaves, pernos, soportes para los elementos de la antena… Cerca de casa hay un taller de cerrajería, fui y conversé con el dueño y me facilitó esas herramientas de manera temporal, lo suficiente para construir la antena. De acuerdo al diseño en el papel reconstruí la antena de la casa y la transformé en una de FM.

Fui al  amigo de la discoteca, recuerdo su nombre: Andrés Avelino y le presento el trabajo terminado. La antena fue instalada y funcionó perfectamente. Con el dinero logrado fui y compré materiales para la nueva antena de casa, pero con las normas adecuadas. La construí y logré que funcione de forma excelente.

Hasta ahí no todo estaba terminado. Otro día visito al amigo de la discoteca y me pregunta si puedo hacer antenas de TV, le digo que si y me encarga una docena de ellas y me paga por adelantado, con ese dinero compre herramientas y materiales, en una semana le entregué las doce antenas pedidas.

Ahora si que tenía proyección, le bauticé con el nombre “La casa de las antenas” en ello estuve por varios años, con la ayuda de mis hermanos menores y mi madre. Pude comprar muchas cosas, ayudar a la familia y seguir estudiando para conseguir mas tarde nuevos resultados.

Probablemente, lo más difícil de enfrentar en los años de reeducación es la reinserción a la sociedad, ser aceptado en los círculos donde antes alternabas, como una persona con todos tus atributos físicos, ahora no puedes bailar, hacer deportes con ellos, darte una zambullida en la mar, salir de camping, es decir llevar una vida común y ordinaria con tus semejantes.

¿Qué hacer en ese caso? ¿Aislarte? ¿Sólo reunirte con tus pares en limitaciones?

¡No señor! Debo enfrentarme a las situaciones de la vida diaria, conforme vengan y no esperar ser aceptado, ellos no tienen problema en hacerlo, somos nosotros los que debemos primero aceptar nuestra realidad. Recuerdo la mejor enseñanza que recibí de “Manolo”, Manuel Duato es justamente esta, él me dijo:

-  Jorge, lo primero que debes hacer es, aceptar que estás enfermo y decir a viva voz: ¡Estoy enfermo y tengo limitaciones!

 

De modo que desde el día que lo hice, dejé de sentir lástima por mi mismo y empecé a buscar amigos, amigas y hasta hoy no dejo de hacerlo, más aún con la magia de la Internet, esto se hace inmenso.

Durante algún tiempo me resistí ir a fiestas y reuniones, donde me imaginaba que todos me mirarían con pena o quizá con extrañeza, esas ideas daban vuelta en mi cabeza y ciertamente me atormentaban, pero el problema estaba en mi, no en ellos, de modo que asistí en esos tiempos a los Piano Bar, los Café Concert, luego a las discotecas y bailaba en mi silla de ruedas, asumía mi realidad pero con alegría y saboreaba cócteles y cerveza para refrescarme, sin excederme por supuesto.

Lo importante era tener amistades y lógicamente ello me llevó a cuidar de una billetera que me permitiera esos gastos, lo cual era una gran motivación para trabajar, y para ello estudiar más, de allí que terminé estudios en Psicología, luego enrumbé a otras áreas como Medicina Física, Podología, para por último titularme en Educación, todo ello debidamente respaldado con documentos, pero por sobre todo, con la suficiente base autodidáctica, que es justamente lo que refuerza lo aprendido en las aulas. Desde niño comprendí, que lo impartido en las aulas es apenas lo básico, es uno quien debe ampliar esa base y hacerse de un bagaje cultural e informativo suficiente, para desenvolverte muy profesionalmente en lo que deseas descollar.

De allí es que a partir de 1981, empiezo a proyectarme en otras áreas, en donde me fue necesario tener formación en digitopuntura, para ello tuve Maestros Orientales, hasta que en el 2000 tuve el espaldarazo del Maestro John Curtin en lo que se refiere a Reiki.

Pero todo ello tiene una historia, la que empieza con la decisión de abandonar el hogar materno, donde transcurrí siete años, es decir desde 1973 en que conozco a Manuel Duato hasta 1980 en que de la mano de una amiga quien me salvó la vida de una manera misteriosa, y de Isabel otra amiga quien me hizo crecer en gran manera, pero que nunca discutí,  pero logro tener un mejor dominio de mi vida y mis capacidades.

Hace unos meses, me entrevistó el Sr. Enrique Higa Sakuga para el semanario japonés IPC Digital, en donde me pregunta acerca de qué significó para mí el accidente y sus secuelas, pues le dije ¡Una bendición!  El se sorprendió, pero le expliqué el porque de la respuesta. Esa entrevista la pueden ver completa en el siguiente enlace, (En el índice busquen: Mi amigo Coco) una página escrita por un amigo, Ignacio Miedzianagora, donde registra todo el reportaje publicado en ese semanario japonés. Justamente de Japón  llegó una abogada, quien necesitaba argumentos para un juicio de residencia de una niña peruana, le ayudamos y nos da la alegría de ese logro. le contactamos con Congresistas, con organismos y personas, lo cual fue muy útil para sus logros. En casa hemos recibido llamadas telefónicas, visitas y presentes de amigos de Suiza, EE.UU., Japón, Venezuela, España, Alemania, Israel, y muchos países del mundo.

¿Bueno, por qué decía que era una bendición? Es sencillo, no me quedé en el 1972 y a partir de allí a lamentarme de lo sucedido, emprendí cual Quijote, la carrera por la vida y hoy a los 66 años, dentro de unos meses cumpliré 67, pero todo ello, lo relataré después.

Los siete años que transcurrí en el hogar materno, significaron para mi el fortalecimiento del cuerpo y el carácter, ciertamente era un mundo nuevo, recién conocía a mi madre y a mis ocho hermanos, a los 30 años de edad, ello quizá fue traumático en su momento, pero conforme pasaban los meses y los años, se transformó en parte de mi vida, aunque no de la forma que otros pueden atesorarlo, ya que no conviví con ellos desde la niñez, pero ayudaron mucho a lograr cambios en mi vida. Es un hogar humilde, aún la estera, la tierra y las piedras estaban presentes, la estrechez económica era notoria, pero los mayores junto a mamá Paula, lograban completar a duras penas lo necesario, mi padre me acudía, de manera que mi presencia no significa una carga económica, pero si distraía esfuerzos de todos, en ayudarme en mis necesidades físicas, por eso es que poco a poco voy logrando independencia y me transformo en parte de la dinámica familiar, para en su momento pensar en independizarme.

Esto es algo que mamá no quería aceptar y me argumentaba de mil formas, que buscar mi independencia solo me traería problemas y tristes decepciones, lo cual no me arredraba. El tiempo confirmó que al buscar independencia estaba en lo correcto, hoy mi madre está tranquila. Son siete años de lucha y en mis cortos encuentros con mis dos amigas logré madurar la idea que debía salir de casa. En ese tiempo tenía una enamorada llamada Nora, ella era enfermera y para verle tenía que ir hasta el otro extremo de Lima, yo vivía en Comas, ella en Surquillo. Su familia no estaba muy de acuerdo en que fuéramos pareja, de modo que ambos teníamos que luchar por nuestro lado, pero el destino no nos iba a ser propicio, era otro el rumbo que tomarían nuestras vidas.

El 30 de Agosto de 1980, después de transcurrir por siete años en la casa materna, tomé la decisión de salir de casa, para ello arreglé unas maletas con ropa, mi cama y órgano electrónico y trepé en un taxi y enrumbé hacia Las Flores, donde un amigo me cobijó por cortos días, ya que otros  amigos de Comas me hicieron retornar a la casa de Hitler Rojas, donde estuve por un año, para después vivir en la casa de Nelson Marín hasta el año 1981, en que me traslado a Lima a un departamento alquilado en La Victoria, donde antes vivía mi padre, él había fallecido en Noviembre de 1980.

Uno de mis sueños de adolescente era tener un conjunto musical,  parecido a Los Iracundos o Los ángeles negros, esto se cristaliza en 1975. Cierto día entré a una tienda que vendían órganos electrónicos y me puse a ejecutar una canción en un teclado de la tienda, el dueño se acerca y me dice si deseaba comprarlo, le digo que no tenía dinero suficiente, él me invita a llevarlo y que le firme un pagaré, apenas me había conocido pero confió en mi, pues lo llevé, firmé los documentos y poco a poco fui comprando amplificadores, micrófonos, etc., y formé “El grupo Génesis”, con el cual viajé por muchos sitios de Lima y provincias cercanas, con Tino Molina, Alberto Jara, David  y Johnny Manrique, canté mis propias composiciones y cumplí mi sueño. Hoy esos temas se encuentran en la red de Internet, muchos otros fueron grabados por artistas de mi país y se que otros en el extranjero. Nunca recibí dinero por ello, solo me queda la satisfacción de haberlo hecho.

Año 2002 en Callao amenizando una boda

Estando en Comas, cierto día que transitaba por una calle, vi a un señor que limpiaba un terreno chico en donde criaba animales y le pregunté si vendía ese terreno, me dijo que si, pero en ese momento yo no tenía dinero. Solo atiné a decirle que por favor lo guardara hasta que pudiera comprárselo, me dijo que lo haría. Pasaron 9 años hasta que reuní el dinero suficiente y en 1989 lo adquirí, son apenas 66 m2, pero fueron suficientes, hoy allí tenemos el hogar con mi pequeña familia, Katty, José y Jorge, quizá después construiremos en la terraza un sitio para veranear.

   

 
José y Jorge 1997   Sabandía 2000 con Katita

 

Pero volvamos a 1981 en que me traslado a un departamento en Lima, allí prosigo mis estudios, trabajo en Asesoría de Tesis, adquirí un mimeógrafo y monté una Oficina de Empleos, ayudando a otros a superar dificultades, tenía línea telefónica, vivía acompañado con un joven llamado Juanito Solís, era de Ancash, quien llegó un día buscando una habitación, decidí compartir con él, confié y resultó un buen amigo. Después llegaría Juan Sandoval, otro buen amigo, que era Rematista y me acompañó varios años en ese departamento y hasta hoy es mi amigo. Nora se casó con otra persona y Katty llega a mi vida, mi hija Patricia aprueba.

 

Katty en la actualidad Año 2006 con Katty Con mis hijos

Cuando conozco a Katty, en Mayo de 1985, mi vida estaba algo desordenada, tenía cierta solvencia económica, pero mis rumbos se habían deteriorado algo, ella llega justo a tiempo,  en el momento preciso. Hasta ahí me había acompañado una amiga, pero ella tenía que viajar, tenía otros propósitos, pero recuerdo bien que ella me aconsejó casarme con Katty y ello se cristalizó después. En 1986 tenemos que dejar el departamento de La Victoria y trasladarnos a Callao, a un garaje acondicionado y allí vivimos por un año. Teníamos un Gabinete de Shiatzu, Reflexología y Tantra y en ello seguimos hasta hace poco, el 2004, hoy solo asesoramos en red.

De allí pasamos a otro departamento en La Colonial Callao y desde ese sitio adquirimos el terreno de los amigos de Comas y allí empezamos desde cero, piso de tierra y esteras, hasta colocar poco a poco ladrillos y edificar una vivienda más decente. Conocimos a María Godbout o.p., una religiosa dominica y canadiense, quien me da la oportunidad de ayudar en el ámbito musical y psicológico, lo que permite, con la excelente administración de Katty, construir el primer nivel de lo que hoy es nuestra casita. Después llegaría la sorpresa de unas acciones en dólares, que permiten construir la segunda planta y quizá pronto estemos en la tercera, que se nos imagina llamarle un “Sky room” para verano, ¡Bueno! imaginación no falta… así que ¡soñar no cuesta nada...! y en verdad se hizo realidad el 2008.

Es aquí en esta casa, donde por el deseo de acceder al piso superior, se nos ocurre construir un elevador de silla de ruedas, ello fue posible con el motor de una “Carrete Everest Jennings”, que nos hizo llegar la familia Aumont de Québec, Canadá, por intermedio de Sor María Godbout Clermont, que al mismo tiempo nos provee de una silla de ruedas electrónica, que hoy me sirve para trasladarme en las escasas salidas a la calle.

También adquirimos computadora, eso fue el año 2000, frente a este aparato puse en práctica lo poco que aprendí y avancé de manera vertiginosa. Hoy construyo  y alojo paginas Web, edito música y videos,  me especialicé en posicionar paginas en los buscadores mundiales y tengo en red muchísimas, ni siquiera digo el número porque no me creerían.

Aquí en Comas se necesita una movilidad para trasladarse a sitios lejanos, ya que los terrenos eran muy accidentados en esos años de 1973, una silla de ruedas común solo podría trasladarse con la ayuda de otras personas, el año 1990 la cosa no cambia del todo y entonces se me ocurre modificar una scooter lineal a trimoto, colocarle un asiento ortopédico, arranque electrónico eficiente, modificar el arranque de patada a manual y entonces pude trasladarme a distancias mayores de 10 kilómetros, pero aún quedaba en mente como protegerme de las ulceras de cubito, el más peligroso enemigo de una persona postrada en cama, ello me llevó mucho tiempo de experiencias, inversión económica y ayuda internacional del mismo país de Sor María, sobre todo esfuerzos sobrehumanos para ir de taller en taller, tiendas, industrias productoras de insumos, fabricantes de máquinas semi-industriales, hasta que hoy puedo ya diseñar esos colchones de agua, pero mi mayor deseo es que toda persona que viva en el extranjero y tenga un familiar en Perú, postrado en cama, pueda comunicarse conmigo y proveerle el confort  y la seguridad suficiente, para que ese familiar o amigo tenga a su disposición lo que sea necesario, para lograr ese objetivo y no tenga que pasar por todos los riesgos que yo trajiné y que puso mi vida en riesgo muchas veces, hasta el extremo de perder el fémur derecho y ser sometido a numerosas plastias e injertos.

Ahora, después de muchos años, de haber vivido esta experiencia, tener una familia, trabajo y haber llegado a los 66, hago un balance de mi experiencia de vida y creo que he tenido una gran oportunidad para enmendar rumbos y ser útil a los demás, he logrado convivir con alguien, tener familia, construir un hogar y sobre todo superar aquello que en un inicio me parecía imposible de hacerlo.

Pero hay cosas que han quedado en el tintero y en el resto de tiempo que aún me concede la vida creo poder cumplirlo, parte de ello está en proyectarme más, mucho más, a jóvenes que se accidentan cada día, a ellos me he dirigido por mucho tiempo, a sus familiares, padres, hermanos, novios, esposas, y creo que lo poco que pueda conversar con ellos es de utilidad, para  disipar las oscuras nubes de la desinformación, los temores a lo nuevo, maneras de enfrentarse al dolor, a la angustia de estar privados de lo que siempre tuvieron tan cerca y hoy se fue de un solo golpe.

Hace poco el Sr. Orlando Cordero me propuso emprender un Proyecto Social y allí enfilo todos mis esfuerzos, sin descuidar ../sociedadlatina y  lo concerniente a la Asesoría en Red a personas con limitaciones, especialmente a los recientemente accidentados. Los niños están a punto de terminar el grado correspondiente José culmina el 5to de Secundaria, tiene ya 16 años, mientras que Jorge termina el 2do grado de Secundaria con 13 años. Hace un tiempo conocí a Pascale, igual que a otras personas de otros continentes que sería largo enumerar, dedico más el tiempo a darle toda la fuerza necesaria a Sociedad Latina, al mismo tiempo que enseñar a mi familia el dominio de la red para que ellos en su momento puedan continuar con lo iniciado y sea un soporte para su economía necesaria, más aun en el caso de los niños lo requieran para sus estudios.

Creo que los temores que tuve hace muchos años se han disipado en su mayoría, aun queda algunos escollos que superar pero son mínimos o los que la naturaleza nos impone. La vida no es eterna, pero vale la pena haberla vivido con utilidad y proyección, enmendando errores y rectificando lapsus que siempre se cometen, nadie es perfecto, siempre estamos en la permanente búsqueda de la verdad. Recuerdo aquello que aprendí de un árabe, a quien conocí en un hospital el año 1973, en un libro que me prestó decía: “La verdad es una, pero se encuentra dispersa”.

He conversado con mucha gente sobre temas como la vida, la muerte, Dios, y muchas doctrinas filosóficas que están en muchos libros, pero creo que cada quien tiene su propia forma de interpretar la vida. Lamentablemente las corrientes religiosas han desvirtuado la espiritualidad que ellos dicen practicar o representar, muchas han degenerado en simple  comercio, negocios y corrupción, ya no se puede decir que solo una religión es corrupta, sin animo de generalizar creo que se ha regado todo en el mundo de manera que ha creado confusión y desasosiego. Por ello solo nos queda enfrentarnos a nuestra conciencia. Mi tío Juan decía: “Coco, así me llamaban de niño, vive de tal manera que te sientas bien con lo que haces, no causes daño, ve cada noche a la cama con la conciencia tranquila, descansa como si no fueras  a despertar mañana, eso es todo en la vida”.

Creo que él se refería a lo que otros llaman “la ley del corazón”, sabemos perfectamente que es malo, errado y perjudicial, si persistimos en hacerlo solo nos creará angustia y ahuyentará la paz de nuestro corazón, de modo que de cada uno depende como vivimos.

Antes que fallezca papá Guillermo pude acudir a su lado y tomados de la mano perdonarnos mutuamente cualquier ofensa u error, lo mismo hago con mis familiares y amigos, todos somos proclives a equivocarnos, pero debemos rectificar, es todo.

Hoy ya casi con  67 años, tengo oportunidad de vivir cada día a plenitud, dedico más tiempo a mi familia, no planifico demasiado, el futuro vendrá por gravedad; no lamento lo pasado, solo es un cúmulo de lecciones, lo que interesa es el presente y lo vivo plenamente, si algo no sale bien, no me desespero, la solución llegará a su momento, saco partido de cada minuto vivido y juego con los niños, río con mi esposa, somos sinceros uno con el otro y siempre procuramos estar a la mesa juntos, compartiendo por igual lo que tenemos, todos disfrutamos de un sencillo caramelo o un paquete de galletas, Katty se ha transformado en una experta en Nutrición, aunque ella es Enfermera y Podóloga de profesión, eso es fundamental, es importante el soporte que ella nos da como madre y esposa.

Hoy es miércoles, recién puedo escribir esto que me sucedió hace poco, estaba almorzando con la familia y entré en una crisis hepática que me postró inmediatamente, fui de mal en peor, estuve tres días y medio muy mal, terriblemente mal, creo que nunca estuve tan decaído y débil en tan poco tiempo, tuve una fuerte deshidratación. En esos días tenía que visitarme el médico del seguro, vino el domingo 10 en horas de la tarde y contrariamente a lo que suponía no me indicó nada que me hiciera restablecer. en la noche me puse peor. Cerca a la medianoche mi esposa salió con José (16) a buscar un médico pero se negó a venir a casa, utilizando el sentido común, habíamos conversado antes que necesitaría dextrosa y algún reconstituyente, lo cual se acordó Katty y llegó a una tercera farmacia que estaba a punto de cerrar, donde al fin pudo conseguir el equipo de venoclisis, antibióticos y reconstituyentes de flora intestinal. Solo así pude restablecerme después de 24 horas más de lucha. Hoy, a dieta y con el cuidado amoroso de mi familia puedo escribirles estas líneas. El comentario sobre esto será ampliado en otra pagina. En esos diez días aciagos recibí la mejor lección de cariño de mi familia y de las amistades que llamaban preocupados por saber mi estado, es maravilloso saber que tenemos amigos que piensan en nosotros y una familia que nos acude en los momentos difíciles, pero sobre todo de Alguien más  amoroso, que siempre nos cuida y protege en medio de las pruebas y dificultades.

Si algo tengo atesorado son las palabras de los amigos, en este caso de la Dra. Graciela Echeverry Sanz, Jurista colombiana quien colabora en ../sociedadlatina quien me dedicó este poema y que ahora publico en esta sección tan personal. ¡Gracias a ella y a la generosidad de sus palabras!

 

A un valiente Inca

 

 

Caballero de luz, adusto, silencioso

con la fuerza del indio americano....

con la astucia del puma y el temple de  su raza

así te conocí un día, sin buscarte, sin pensarlo

te intuí soberbio, hombre de batallas, y de retos

 

Después dejaste conocer algo de ti y de tus cosas

y ante mi se develo lo que ya presentía.... e intuía

un hombre valiente, un héroe silencioso

un cóndor que vuela superando barreras de dolor

un ser amante de su Katty y de sus niños

un apóstol de almas y corazones distantes... desconocidos

 

Así eres tu Jorge Paredes Romero, amigo mío...

estas líneas son un homenaje en vida y  con cariño

porque siempre el amor y las caricias debemos

tenerlas en vida, cuando aun respiramos...

cuando el corazón late con fuerza y con ahínco

 

Hermano americano, cuanto me enseñas, cuanto me das

quizá muchas veces no te digo lo que deseas oír

pero soy así, fuerte, decidida pero siempre honesta

y hoy sin lisonjas que no las necesitas....

quiero rendirte un tributo de amistad, de gratitud

Dios te bendiga siempre Caballero de los Andes

 

Que el brío de tu raza inca siempre te acompañe

y que la vida te de aun todo lo mejor

porque todo lo has dado a cambio de nada.

¡Gracias amigo,  doy gracias a la vida que te puso en mi sendero!

 

GRACIA CASABLANCA

Cali, Colombia  18 de Noviembre del 2.006

 

Puedo estar hasta aquí tranquilo, pero nada de esto hubiera sido posible si no hubiera comenzado por fortalecer mi cuerpo, espíritu y mente, gracias por los amigos, la familia y por Uds. que me leen y escriben siempre.

Bendiciones a todos

 

Jorge Paredes

 

 

 
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