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El final de un sueño americano.
El
caso de Edgard Vera Morante, ciudadano peruano con residencia en
EE.UU. ha conmocionado al mundo latino, ya que ello refleja una vez
mas el comportamiento del sistema frente a una minoría, que cada
vez hace más noticia en el país del norte. Dallas, es un
Condado del Estado de Texas que tiene como
sheriff a Lupe Valdez latina que hizo noticia el día de su elección
al cargo.
Allí, como en
cualquier parte de los Estados Unidos las leyes tienen un duro
cumplimiento, a propósito, en la red encontré el siguiente
comentario: “Tengo 4 años viviendo en Dallas Texas. donde estas
acostumbrado a que en lugares públicos la gente no puede fumar. Al
principio no noté la diferencia, los restaurantes todos con su
sección de fumar o no fumar ( a veces tienes que esperar mesa ).
hace unos cuantos meses entro en vigor la ley donde ya no se puede
fumar dentro de ningún restaurante en el condado de Dallas,( a mi
la verdad no me afectaba esto, yo no fumo , o al menos eso creía).” Pero
así como se puede dar cumplimiento a a una ley que nos parecería
trivial también tenemos el recuerdo del
7 de marzo de 1965, hace 40 años: “El Domingo Sangriento”. Así
se conoce a la marcha que tuvo lugar en el profundo sur
estadounidense, en Selma, estado de Alabama, cuando unos 600
manifestantes negros se propusieron llegar hasta el Capitolio de
Montgomery y exigir el derecho al voto. Fueron brutalmente apaleados
y ahogados por los gases lacrimógenos de las tropas del estado y de
los sheriffs del condado de Dallas. Dos semanas más tarde, dirigidos por el reverendo Martin
Luther King, volvieron a cruzar el puente sobre el río Alabama,
encaminándose al gobierno estadual, mucha sangre se derramó en
aquella larga lucha, no solo la de aquel domingo, y toda ella logró
que en 1965 el presidente, Lyndon B. Jonson, firmara la Ley de
Derecho al Voto. Estados
Unidos de Norteamérica es un país que se ha transformado en un
polo de atracción a comunidades de todo el mundo, este país
requiere de mano de obra calificada para mover sus industrias y
también trabajadores para dar vida a una serie de actividades de
mando medio y en esa necesidad promueve la inmigración de ingentes
cantidades de jóvenes y adultos de otros países, que previamente
han sido calificados como aceptables, de acuerdo
a las relaciones socioeconómicas bilaterales. Perú se
encuentra entre los países que tienen la aprobación para que sus
naturales ingresen al país del norte. Incluso se han implementado
una especie de loterías que permiten la inscripción y sorteo de
miles de personas para acogerse a programas de inmigración
protegida, estas loterías se promueven a través de los medios de
comunicación e Internet, pero al mismo tiempo muchísimas personas
intentan ingresar ilegalmente de muchas maneras, utilizando diversos
métodos que muchas veces los llevan a la muerte. Pero
el caso del Sr. Edgard Vera y su familia es diferente, el se
encuentra afincado con regularidad desde hace 22 años en los
EE.UU., residía en Arlington,
incluso Edgard tenía un trabajo como conductor de vehículos
en la transnacional Coca Cola, empresa que como todas las
norteamericanas son muy estrictos en la selección de su personal,
de modo que ello es un indicativo que el Sr. Vera estaba residiendo
con todas las de la ley. Es
más, ese detalle es considerado por uno de sus compañeros de
trabajo como clara prueba que la supuesta multa por conducir un vehículo,
prescindiendo el cinturón de seguridad es dudosa, toda vez que con
cierta periodicidad los record de los trabajadores de la Coca Cola
son minuciosamente investigados, para evitar que tengan alguna razón
para ser considerados como transgresores de la ley, lo cual automáticamente
descalificaría al investigado. Por
otro lado, creemos que un ciudadano norteamericano, perfectamente
conocedor de la rigidez de las leyes norteamericanas podría poner
en riesgo la integridad personal y la de su familia eludiendo el
pago de una multa por tres años. Por
otro lado, consideramos que la señora o persona que llamó a los
medios policiales, presumiendo que la presencia del Sr. Vera en esa
comunidad era sospechosa, es el reflejo de la psicosis que vive el
pueblo norteamericano, como consecuencia de los actos del gobierno,
esto es claramente estimado por Robert
Bowan, Obispo católico desde Florida EE.UU. Indudablemente esa
persona que llamó a la policía se encontraba como millones de
norteamericanos bajo la presión del terror que se vive en cada
hogar estadounidense, como consecuencia de la política ejercida por
ese país en el exterior, pero al margen de extenderme sobre ese
tema solo quiero insistir que esa sintomatología la vive todo el
pueblo americano, incluyendo a las fuerzas del orden, quienes desde
aquel 11 de Septiembre, tienen metodologías tendientes a estimar
todo acto sospechoso como probable acto de terrorismo. Aparte de
ello sabemos que la delincuencia campea en todo el orbe y ello también
pudo haber sido causa de sospechas de la persona que llamó al teléfono
de emergencia de la estación de Allen. Pero de allí a las consecuencias que se observaron durante semanas en las pantallas de televisión, hay una abismal distancia, no hay argumento posible que pueda esgrimirse para justificar la inhumana golpiza propinada al ciudadano Vera, que al final lo llevó a la tumba después de quince días de sufrimiento en su persona, la de su familia y la comunidad de Allen, como también en la comunidad mundial que apreció la noticia en toda su cruda realidad. Esto es lo que nos motiva a escribir estas líneas, nos identificamos con Edgar como latino, como peruano pero sobre todo como ser humano que necesita saber que la policía ha sido instituida para proteger y no para maltratar a miembros de su comunidad. Hoy
tenemos nuevos elementos de juicio, sabemos que la ambulancia que
asistió al Sr. Vera pertenecía a otro distrito y que llegó después
de casi media hora de espera, tiempo crucial para recuperar los
signos vitales de una persona que irremediablemente llegó
descerebrado al Hospital de McKinney. El cónsul honorario de Perú
en Dallas, Víctor Álvarez, dice que hay evidencias que Vera ya
presentaba "muerte cerebral" desde su arribo al Medical
Center de McKinney el jueves 4 de Agosto por la noche, de modo que,
definitivamente estamos frente a un acto brutal de los agentes de
policía de la Estación de Allen. Otro detalle que se desprende de las líneas anteriores y de las mismas aseveraciones noticiosas, es que no había razón para que Vera fuera trasladado a McKinney, lo correcto hubiera sido ser atendido en el mismo Allen, comunidad donde se suscitó el suceso. ¿ Por qué no se hizo de ese modo? ¿Se quería ocultar algo? ¿Se pretendía diluir en la distancia el suceso? Edgar Vera
de 45 años de edad y chofer de camiones de la empresa Coca-Cola,
fue rociado con gas pimienta por dos oficiales de Allen que lo
arrestaron el jueves pasado, 4 de Agosto del 2005, luego de haber
sido esposado y con ello prácticamente reducido, posteriormente
falleció en la madrugada del 19 del mismo mes. Los policías
Rutta y Gilmore acudieron al llamado de una persona que reportó a
un hombre "sospechoso" esperando por más de una hora
dentro de un carro, en la dirección 1500 Mahogany Drive en Allen. Al conocer
su identidad, los oficiales comprobaron que Vera tenía un cargo en
su récord debido a una multa de tráfico en Irving que no canceló,
por lo que procedieron a su arresto. Según el reporte policiaco,
Vera se resistió a ser detenido y luchó con los oficiales hasta
que éstos se vieron forzados a rociarle gas pimienta en su rostro.
Momentos después, el peruano dejó de respirar y se colapsó. Los
oficiales le proporcionaron ayuda de resucitación cardio pulmonar
sin éxito, hasta que arribó una ambulancia del Centro Médico de
McKinney. En la Unidad
de cuidados intensivos del Centro Médico de McKinney, se reporta a
Vera "en condiciones críticas", eso señaló la encargada
de relaciones públicas del hospital, Sandy Fulce. Sin embargo para
el portavoz de la policía de Allen, "la investigación sobre
lo que pasó a Vera tomará tiempo, ya que se pidió ayuda al FBI y
a los Texas Rangers para que se aclare lo sucedido". Aseguró
que el departamento policiaco "no tiene nada qué esconder y
desea que las cosas se aclaren con transparencia".
Según el
reporte policiaco del incidente, Vera continuó forcejeando con los
oficiales luego de haber sido rociado con el gas. La policía de
Allen también informó que los oficiales Rutta y Gilmore están
suspendidos de sus funciones a raíz del caso. Nosotros tenemos
versiones difundidas por la prensa internacional, sobre las
declaraciones de una testigo llamada Donna Logan, versiones
que contradicen rotundamente a lo dicho por la policía a la
prensa, según la testigo Logan fueron dos oficiales, una femenina y
otro masculino quienes maltrataron a Vera, no obstante este se
encontraba esposado y observó comportamientos extraños, impropios
para los procedimientos usuales en estos casos. Me pregunto: ¿Serán
tomados en cuenta estas declaraciones? ¿Será convocada la testigo
Donna Logan a las investigaciones correctas que se realicen? ¿Hasta
dónde llegarán los resultados de esas investigaciones? Creemos que
el caso Vera no es el único, pero debería ser el punto de partida
para frenar la intolerancia de un sistema frente al accionar de un
latino o de cualquier otra persona dentro de una comunidad que dice
ser respetuosa de los derechos humanos, que se proclama sede de la
democracia y se erige en fiscalizador de los derechos de los demás,
que frecuentemente traslada contingentes militares a otros países
en un claro intervensionismo para, “según dice”, proteger los
derechos humanos, mientras en su propio territorio se dan casos como
el del ciudadano Vera. Si bien es
cierto, la policía Norteamericana, tiene como función "
Cuidar el orden público y proteger a la sociedad civil "ello
no le faculta para atropellar los derechos de la población, ni
hacer uso la fuerza, bajo el pretexto de ser representantes de la
ley. Ello motiva
que la Policía de Allen arreste a Edgar Vera y proceden a
esposarlo. Al tratar de introducirlo esposado al vehículo policial,
Vera debido a sufrir de Claustrofobia comienza a gritar para que lo
liberen, lo hacia en correcto inglès, la policía de Allen sabía
que Vera, no era delincuente y que no tenía prontuario criminal, no
obstante ello, para silenciar sus gritos de desesperación, le rocían
gas pimienta en la cara, lo que provoca que Vera convulsione, quien
es masacrado a golpes por lo pierde el conocimiento. En EE.UU.
hay mas de cuarenta millones de hispanos, si el país del norte no
desea mas latinos en su territorio simplemente debería dejar de
convocarlos. La presencia de esta minoría no les da ningún derecho
a maltratar, ni atentar contra la vida de los latinos. Hoy tenemos
como consecuencia del incorrecto acto policial, que a juicio de
muchos comentaristas es un acto criminal, una familia destrozada, Lorena
de Vera su esposa refiere claramente en todas sus declaraciones como
también su hijo y demás familiares, el dolor causado por este
acto, que solo revela la insatisfacción de muchos norteamericanos,
de que millones de latinos se encuentren en su territorio. Según
los familiares de Vera y ellos lo dicen con conocimiento de causa,
Vera fue golpeado de esa manera, solo por ser latino y ello es muy
grave. Continuamente me comunico con latinos en EE.UU.: y ellos
tienen la plena convicción que viven en un país donde la ley se
cumple y me hablan sobre la rigidez de las leyes norteamericanas,
que no dejan ni el menor resquicio para convertirse en un trasgresor
y quedar impune, de modo que eso lo sabía Edgar Vera, por ello no
aceptamos que se haya querido comportar inadecuadamente frente a la
presencia policial. Es comprensible que haya esperado a un familiar
por la inseguridad, la hora y la necesidad de proteger a su familia,
pero de allí a ser objeto de una golpiza que le llevó a la tumba
hay una enorme distancia. Sus dos hijos Edgar Jr. de 20 y Roberto de
14, lamentarán por siempre la pérdida de su ser querido y
consideramos que es muy injusto privar de la presencia de un padre a
dos jóvenes, que a partir de hoy tendrán en su mente la prueba que
la justicia terrenal es muy objetable. La Policía norteamericana admitió, en un informe preliminar
remitido a la Cancillería peruana, que los dos efectivos del orden
que agredieron brutalmente a nuestro compatriota Edgar Vera, hasta
dejarlo en estado de coma, sí "utilizaron la fuerza". Sin
embargo, no se precisa si fue excesiva o no, pero las consecuencia
lo dicen todo, además de la claustrofobia, tenemos los efectos del
gas pimienta y encima la golpiza que destruyó los pulmones y
produjo la falta de oxigeno que ocasionó la muerte cerebral. ¡Inobjetable!
El colocar unas esposas y proceder a la reducción de una
persona maniatada, no implica destrucción de vísceras ni mucho
menos al descerebramiento de alguien que ya estaba reducido y que
según la testigo Logan, en ningún momento efectuó conductas
belicosas o agresivas contra los “representantes de la ley”
norteamericana. Los hechos
El
matutino narra que la noche fatídica, Vera se había dirigido a la
casa de una sobrina en Allen y se quedó esperando en el
estacionamiento, lo que motivó que un vecino llamara a la policía
para informar que un sujeto "con fachas de sospechoso"
estaba sentado en su auto más de una hora en el 1500 Mahogany
Drive.
Cuando
la policía llegó y le pidió sus documentos de identidad, le
informó a Vera que tenía una orden de captura por una multa no
cancelada desde el 3 de enero del 2003 por manejar sin cinturón de
seguridad en Irving, ciudad donde reside la víctima. El reporte
policial indica también que Vera se resistió al arresto y fue allí
cuando le rociaron el químico conocido como Oleorosin Capsicum.
"Pedimos
justicia, mi hermano nunca cometió un delito. ¿Es que ahora por
ser hispano eres sospechoso de algo?", cuestionó a gritos
Carla Vera, hermana de la víctima, durante una manifestación
realizada el domingo por la tarde frente a la sede de la policía de
Allen. (Datos del Diario La Estrella de Dallas)
Univision Television Group Las
opiniones que hemos recogido de amigos hispanos en los EE.UU. Es que
nadie debe resistirse a la policía de hacerlo se lleva las de
perder, peor aún si eres latino o negro. Otros dicen que esto
quedará impune y que no es un caso aislado, esto es reiterativo.
Incluso hay quienes dicen que Vera tenía la culpa y solo él, ya
que la supuesta multa debió haberla cancelado y que la policía
busca el menor pretexto para golpear a los latinos. De toda forma,
la mayoría está de acuerdo que hubo excesos y que lo mejor es no
buscarse problemas de ninguna índole, ya que siempre se sale
perdiendo y que esto con el tiempo se diluirá y no pasará
absolutamente nada con esos policías, que cada quien mata sus pulga
a su manera... Es
el final del sueño americano para Edgar Vera Morante. Jorge
Paredes Romero DNI 10380914 |
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