Revista virtual Sociedad Latina periodismo Peru Jorge Paredes Romero

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¿Estamos entrampados?

     
 

Agosto del 2005, un mes aciago para la sociedad peruana, la consecuencia de la inmadurez política la pagará solo el pueblo, ya que los que se presentan como víctimas solo hacen la peliculina de siempre, ellos tienen a su alcance muchas armas y recursos a fin de recuperarse, de la zancadilla que le colocó un adversario político en estos días de competencia.

A estas alturas, en Perú, debemos estar bordeando los 26 millones de habitantes, de los cuales el 49% aproximadamente se encuentra en situación de pobreza, es decir sin los recursos suficientes para subsistir acorde a los derechos humanos, sin acceso a la salud, al empleo, a una vivienda digna y al urbanismo en el asentamiento humano que comparte, con miles de postergados en cada distrito del país.

Se reconocen derechos civiles y políticos, como también los derechos económicos, sociales y culturales, siendo los primeros los mas atendidos por cuanto se consideran sutilmente prácticos para los fines de mínima convivencia, siendo los segundos postergados a remota asistencia porque la satisfacción de los vicios del explotador consume la mayor parte de recursos económicos que de ser equitativamente distribuidos serían suficientes para obtener la tan ansiada equidad en la distribución del gasto social.

Perú tiene, desde hace siglos, un formato social incompatible con una auténtica democracia, aquí lo que se vive es una permanente oligarquía, es decir donde pocos son los que ejercen el poder, la exclusividad de las élites sociales que han mantenido el poder en diversos países. Oligarquía, es una forma de gobierno en que el poder supremo está en manos de unas pocas personas. Los antiguos griegos emplearon el término para designar la forma degenerada de aristocracia o el gobierno de los mejores. Aquí, esto viene desde el Incanato, se exacerbó durante la conquista y pervivió durante el virreinato y la república. Hoy se ha tornado mas sutil, disfrazándolo con el barniz de la democracia, cuando en realidad ciertas elites se han apoderado de los mecanismos legislativos y ejecutivos de gobierno, asociándose a la elite militar que no hace sino proteger a quienes se encuentran en la cima del poder, lo que le concederán los ascensos y lógicamente mejores sueldos, a cambio de ello deben sentar disciplina sobre una masa levada, que porta armas a las ordenes de quienes tienen los galones y las estrellas. Hoy no es factible recurrir a los golpes de estado, antes las puertas de los cuarteles eran tocadas por “quítame esta paja”, por ello la historia nos indica que son muchos los dictadores, los golpistas y oligarcas, poquísimos los gobiernos fruto de elecciones limpias.

Esta situación, del gobierno de las oligarquías, se refleja en el desempleo, desnutrición, analfabetismo, insalubridad, delincuencia, deserción escolar, mortalidad materna e infantil y depresión de la población peruana, por mas que los políticos nos adornen los discursos con cifras macroeconómicas, lo cierto es que la recesión indica claramente el bajo poder adquisitivo de las familias, que no tienen capacidad de ahorro y mucho menos de gasto ya que los ingresos son exiguos y cubren a duras penas una incipiente canasta familiar, que cada día se ve mas reducida. Ahora las patas y las cabezas de pollo son vendidas al peso, porque se han transformado en el ingrediente de muchas “comidas” que se sirven en los hogares peruanos. La inventiva y la creatividad, se asemejan a la de antaño, cuando los negros esclavos tenían que recurrir a la sangre y a las menudencias del ganado sacrificado para sobrevivir, a los restos del trapiche para postres, que hoy son catalogados como delicias del folklore.

El discurso de muchos políticos redunda sobre lo constitucional, legal y moral, cuando en realidad durante mucho tiempo la constitución ha sido letra muerta, de allí que se hizo necesario la creación de un Tribunal Constitucional, que no justifica su existencia, ya que siempre termina por dar la razón al oligarca y al poderoso; lo legal ni hablar, los tribunales se han convertido en lugares de oferta de sentencias y del favor, a cambio del billete y por último, el recurso del “archivamiento” o la demora en el trámite, son también métodos válidos para eludir el acto justo, y lo moral ni hablar, la desfachatez y la desvergüenza son magníficas corazas para proveerse de inmunidad e impunidad.

Los medios de comunicación que se han erigido como el “cuarto poder”,  quizá como alternativa crítica y fiscalizadora, no cumplen el rol pretendido, toda vez que los dueños de esos medios son los que terminan vendiendo opinión, las editoriales son mayormente redactados en función de pertenecer a determinadas cohortes políticas, que restringen la función crítica que podría ser catalizadora de alternativas, para salir del pantano donde se ven arrastrados algunos comunicadores por la necesidad de acceder a un empleo y lógicamente a una renta mensual segura. Creemos que el comunicador tiene en lo más íntimo de su ser, la energía suficiente para redactar ideas que permanentemente revolotean su mente, sin embargo es mas fuerte la necesidad de llevar un sustento al hogar y se limita a seguir las directivas del empresario que vende editoriales y titulares. Por ello considero que los medios de comunicación deberían estar en manos de grupos sociales y que el ejercicio de la profesión debería ser amparado por la auténtica libertad de expresión y que nadie debería ser perseguido por sus ideas y ello debería ser aplicado en el sentido estricto de la palabra. Solo así tendríamos a la vista, la tarea fiscalizadora del comunicador social.

Un socio forzoso en toda contienda electoral es el dueño de un medio de comunicación y la inversión obligada de todo político se orienta a la publicidad, que no necesariamente resiste filtros de autenticidad y se propala sin control ni censura, simplemente se difunde a cambio del vil metal que siempre fue “poderoso caballero…”

Quizá uno de los más notables enemigos de toda economía sea el tener que pagar una deuda externa impagable, por cuanto en la confección del presupuesto nacional es la prioridad número uno que debe cumplirse. Esta deuda externa que se inició con las guerras de la independencia, antes de ello no existía tal deuda, de manera que tiene una antigüedad de 184 años, tantos como tenemos de “independientes”. Hoy el alguacil de esta deuda es el Fondo Monetario Internacional creado en 1944 junto al Banco Mundial, quienes fijan determinados cánones a cumplir, para seguir siendo objetos de crédito, programas de ajuste, entre ellos la muy desconocida “Carta de Intención” que firman el Presidente del Banco de Reserva y el Ministro de Economía de nuestro país y que entre sus puntos están los ajustes que deben hacerse de acuerdo a una cronología y en la búsqueda del déficit cero, lo cual es una utopía; la apertura de nuestros mercados a los productos extranjeros, por ejemplo el venidero TLC; las traumáticas privatizaciones, la creación y/o subida de impuestos, lo cual produce resultados como la subida de precios, la disminución del salario y lógicamente del poder adquisitivo, los ceses colectivos, la desnutrición, la aparición de enfermedades conexas, como la tuberculosis,  crecimiento de la delincuencia, etc. etc. de modo que  luchar contra la pobreza es parte del circulo vicioso, originado en la deuda externa y el pago de la misma, es decir, un país tiene que renunciar a invertir en los sectores básicos de su propio desarrollo.

Inmensas zonas de miseria se desarrollan a cada momento en América Latina. En la foto una barriada en Lima, Perú.
Photographs by Radka Turcajová © 2000   Cortesia de Red Voitaire.net

 

Frente a esto, se clama a voces dar cumplimiento a la deuda social, elevar el gasto social para con ello generar empleo, invertir en salud, mejorar la educación, seguridad social y ciudadana y mejorar el medio ambiente, pero lejos de esto solo se consigue ahondar mas la brecha social y los oligarcas persisten en sostener su “modus vivendi”, a costa del sacrificio de quienes se transforman en modernos esclavos del siglo XXI, pueblos enteros llamados a producir a bajo costo, para que las utilidades reviertan en las cuentas bancarias de los dueños de infraestructuras, máquinas y fuentes energéticas. Ni siquiera las riqueza naturales son respetadas como propiedad de las comunidades, las cuales proveen estas riquezas agotables a cambio de perder frontera agrícola, exponerse a la contaminación ambiental y al deterioro de su salud física y mental, ya que los desechos de estas empresas son liberados al espacio exterior, que viene a ser el contexto donde viven las comunidades dueñas de estas riquezas. Estos pueblos no son consultados, informados, ni respetados, simplemente se allana sus propiedades, se da en concesión, alquila o vende a cambio de cifras con muchos ceros en cuentas bancarias, que son el precio de la venta de conciencias, dándose una injusta distribución de la riqueza, producto de la desidia de los llamados a legislar y cautelar los derechos del pueblo.

Hoy, los políticos en ejercicio se dedican a remendar la economía, cuando desde hace mucho tiempo debió haberse puesto en marcha programas, que verdaderamente nos hubieran llevado a un desarrollo sostenido. Por ejemplo hoy se hace gran bulla por el llamado “tren macho”, cuando hace 172 años, es decir en 1833 en  el gobierno de Orbegoso, se publicó un aviso en el periódico “El Conciliador”, nombre que por algún tiempo llevó “El Peruano”, a partir de allí se pudo iniciar en Perú una política ferrocarrilera, que hubiera sido la solución de transporte hasta el día de hoy, especialmente a la selva y sierra del país y de esa manera nuestras riquezas estarían en los puertos listos para ser exportados. Fuimos los primeros en Sudamérica en tener ferrocarriles, años después Don José Balta retoma el ímpetu por esta opción de transporte, y teníamos a Meiggs en Perú, pero la economía se utilizó en otros fines y hoy contamos con restos de una red ferroviaria que debidamente entramada podría ser aún la solución de transporte en nuestras tierras, más aún con la energía del gas en nuestro lado. Lo que hoy nos pasa, es resultado del descuido de la clase política, que en su abulia dedicó su capacidad de legislar para otros fines, pero no para el desarrollo del país. Hoy se dan leyes que favorecen al suegro, al cuñado o al amigo que rompe la mano o la voluntad del político, no a favor del pueblo que requiere sabias normas y cautela del bien nacional.

Hoy no tenemos marina mercante, toda la carga de cabotaje e internacional la movilizan naves chilenas, en puertos concesionados con empresas manipuladoras de carga en manos también chilenas, es decir Perú es dueño de nada. Los bancos que prestan dinero a leoninos intereses, son extranjeros; las grandes tiendas, chilenas; la empresa de luz, chilena; la empresa aérea de privilegios, también chilena y pronto todos los grandes puertos y aeropuertos serán concesionados a capitales chilenos. ¿Quiénes facilitan todo ello? Nuestros políticos, aquellos que dentro de unos meses estarán pronunciando discursos en las plazas de todos los distritos de Perú. ¿Qué pedirán? Que votemos por ellos. ¿Qué prometerán?  El oro y el moro. ¿Qué cumplirán? Nada. ¿Cuánto nos costará un congresista por cinco años? En sueldos aproximadamente un millón seiscientos mil soles, multiplíquelo por ciento veinte, peor aún si tenemos bicameralidad. ¿Gastos? ¡Sálvese quién pueda…!

Por eso pregunto: ¿Estamos entrampados? ¿No hay salida de este atolladero? ¿Estamos condenados a soportar a esta clase política por siempre? Debe haber una solución, creo que no merecemos soportar esta condena por mas tiempo, debe haber alternativas para lograr un salto al desarrollo y liberarnos de las sanguijuelas que nos tienen atenazados por siglos. Democracia significa el gobierno del pueblo por el pueblo, pero esto no ha venido sucediendo, quienes han gobernado al Perú por siglos son siempre los oligarcas de siempre, aquellos que venden sus conciencias a intereses creados, que legislan para quienes les pagan el sueldo, tenemos que revertir las cosas, darles una lección, un castigo electoral y no volverlos a reelegir, no merecen representarnos, que no nos vengan con cuentos, ellos representan en realidad a los empresarios, industriales, transnacionales, mineras, que se aprovechan de la existencia de vende-patrias para obtener privilegios y así explotar nuestras ingentes riquezas a cambio de nada. Lo he dicho muchas veces, la inversión extranjera es bienvenida cuando las reglas de juego son claras, los contratos de explotación son justos y la retribución por llevarse nuestras riquezas son el justiprecio que revertirá en beneficios para las comunidades, para la región, para el país y no para sus propios bolsillos y los facilitadores de sus truhanerías. Se miente y se engaña para destruir la biodiversidad, con tal de llevarse el oro, el cobre y esto se hace con la ayuda de legisladores y el ejecutivo, coludidos en la trama del contrato y la tributación y no en la defensa de la ecología, la salud, la educación del pueblo peruano.

El pueblo no es una masa de torpes, somos seres pensantes, capaces de discernir y decidir; de escoger la mejor opción para nuestro bien y el de nuestros hijos; capaces de discutir en colectivos lo mejor para nuestro país, sin necesidad de enfrentarnos con armas ni con violencia. No nos dejemos arrastrar por mesiánicos líderes que también se aprovechan del caos existente, para obtener beneficios a costa de la sangre del pueblo, que se enfrenta a sus hermanos por prestar oídos a levantiscas frases. Seamos contestatarios, invoquemos el diálogo de empresas y empresarios, de inversionistas e industriales que sean respetuosos de nuestra dignidad, que acepten compartir la riqueza, seamos solidarios con quienes nos defienden y busquemos la paz social con desarrollo, deseamos pan con dignidad; educación enaltecedora, magnífica herramienta contra la pobreza; salud con solidaridad y sobre todo erradicar el armamentismo que solo nos arrastra al gasto innecesario y fútil.

El Padre Gustavo Gutiérrez Merino, autor de la Teología de la Liberación dice al respecto: “La pobreza significa inhumanidad, muerte prematura, injusticia. Juan Pablo II ha dicho que la riqueza de unos pocos está hecha a base de la pobreza de muchos. En este mundo de información, de técnica, el pobre, por las deficiencias de educación que ha tenido desde niño, por encontrarse en países en los que no hay un acceso adecuado a la educación, está marginado del circuito económico. Lo que hay que hacer es ir a las causas de la pobreza, y no solamente dar “aspirinas" para sus efectos.

 

Jorge Paredes Romero

DNI 10380914

 
     
 
Es bueno tener información para descubrir y defenderse del poder oculto que destruye a la humanidad, que las amenazas no nos intimiden.

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