La amistad también se prueba           

Jorge Paredes Romero

 Periodista y humanista peruano

Todos hablamos de tener amigos, amigas o de ser amigos, pero esta amistad también se pone a prueba y se refleja de muchas maneras, me refiero a las demostraciones y a los frutos de aquello que llamamos amistad.

Es muy probable que cuando estudiaba Ud. haya tenido un compañero de carpeta, pero no siempre resultó su mejor amigo, sin embargo también había compañeros de aula que no era muy asiduos. Con un cercano amigo uno generalmente se acompaña para ir al colegio o lo espera para bajar a la salida, eso sucedía con ciertos amigos en la secundaria o algo que ha quedado muy grabado en mi conciencia, es la amistad con Guido Lucioni en Arequipa, ambos estudiábamos Psicología en la “Universidad Nacional San Agustín de Arequipa” (UNSA), debieron ser los años 1968 ó 69 y recuerdo él tenía un Triumph rojo y muchas veces me llevaba a la universidad y también recuerdo muy vívidamente la vez que me llevó a su casa, camino a Tingo, y me enseñó su sala de música, era un formidable espacio implementado con excelentes equipos de sonido, alfombrado y paredes tapizadas, de tal modo que era muy agradable escuchar los sonidos atenuados de nuestra música favorita.

También es probable que hayamos tenido amigos de barrio o también circunstanciales amigos o amigas de la localidad, pero hay algo que está por encima de todo y es como he dicho en otros comentarios, La Providencia, la cual tiene muchos planes para nosotros. Por ejemplo recuerdo cierta vez una conversación con Bernardino Rodríguez, me es grato recordarlo por su testimonio de cuando éramos estudiantes del Glorioso Deán Valdivia y sobre todo por su interesante libro “Un capricho llamado Mollendo”, por el año 2010 entonces él era Presidente de la “Federación de Periodistas del Perú” y me contaba sus experiencias, entre ellas cuando estaba en secundaria en el Deán Valdivia de Mollendo, y fue testigo de cuando fundé el semanario “La Razón” y como pensaba él acerca de mis actividades, de un periodismo incipiente que ya practicaba.

Era el año 1959 y hacía unas semanas había dado una conferencia en el salón Parroquial de “La Inmaculada”, invitado por el Padre Alfonso Castro, su titular, fue allí donde hice una promesa, tenía por entonces 16 años y luego de exponer emocionado el tema “Cómo debemos los jóvenes integrarnos y servir en la sociedad actual” pues allí prometí que dedicaría mi vida a servir a la sociedad y eso hice todo el resto de mi vida, hasta el día de hoy, aunque hubieron eventos que desanimarían a cualquiera, yo he proseguido contra viento y marea.

Desde luego que hemos tenido una serie de amigos en la vida, por ejemplo recuerdo a Eloy Villacrez, estudiamos juntos en el Colegio San Juan Bosco o Salesianos de Arequipa y nos volvimos a encontrar años después, y luego, después de los sucesos del año 2000, me refiero a cuando Alberto Fujimori renuncia a la presidencia de Perú mediante un fax, ya que tuvimos un conocido, para Eloy si era amigo de él, me refiero a Vladimiro Montesinos y desde luego Eloy se vio involucrado en una serie de importantes sucesos en diversas épocas, que no es momento de anotar, quizá lo haga en otra oportunidad, pero sí que Villacrez viajó a Venezuela y resultó muy cercano a Hugo Chávez, de allí que decían que Eloy que era el loro en el hombro de Chávez.

Más tarde se decía que Eloy fue el enlace entre dos políticos del momento, me refiero a Hugo Chávez y Ollanta Humala, no se cuan cierto fue eso, pero sí que es uno de los pocos amigos de la niñez con quienes aún frecuento de manera virtual o telefónica, espero en algún momento aún encontrarme con él, es una persona muy activa en las redes, en la política, sobre todo referida a un auténtico nacionalismo, en el rescate de Tarapacá y Arica, algo que él tiene como lema y propósito.

Hay otro amigo con el cual ahora hemos dejando de comunicarnos, es Ignacio “Nacho“ Miedzianagora, cuya pagina web es: www.nacho.visitame.es  referida a Mollendo y sus recuerdos, una web muy interesante y amena. También Mario Abusada con quien no alternábamos durante la secundaria, pero si ahora un poco nos comunicamos, todo gracias a Nacho que es amigo común, y desde luego tenemos muchos otros amigos, sobre todo los de las promociones de Colegio Nacional Deán Valdivia de Mollendo (CNDV), ya que como muchos saben pertenezco a dos promociones, la de 1960 y la de 1962, la primera es la normal, pero a mediados de diciembre abandoné el aula por irme a la marina. Y la de 1962 y es que a mi regreso de estar en el ejército, asistí a mi primer día de clases, con el uniforme del cuartel, que era comando igual al escolar, es una anécdota que la relato líneas abajo y creo haberlo relatado en otro comentario.

Pero cosa de unos meses, año 2016, Lima, se acentuó la frecuencia como nos comunicábamos por teléfono con un amigo de la promoción CNDV 1960, él reside mayormente en Arequipa, con quien con cierta frecuencia conversaba por teléfono, pero de manera muy cordial y afectuosa, ya en años anteriores me había enviado un recado con su hijo Francisco, una medalla recordatoria de los 50 años de la Promoción (1960 - 2010) me refiero al compañero de aula, Antonio La Torre Luna, connotado compañero Aprista, con quien el año 1960, compartimos estudios finales en el Colegio Nacional Deán Valdivia, quinto año de secundaria.

Por entonces yo era miembro de la escolta del colegio (fusilero) y él me refiere que le llamó la atención que dicho año desaparecí de improviso de Mollendo y del colegio, cursábamos el quinto año de secundaria y ya estaba el año vencido, si me hubiera presentado a los exámenes finales, con ese 05 lograba aprobar el año, es cierto, pero no volvió a verme sino hasta el mes de Febrero de 2016, 65 años después, en que él tuvo que viajar de Arequipa a Lima como Delegado del Partido Aprista, después de un reñido proceso electoral interno, lo cual nos indica la importancia de mi personaje que ahora recuerdo. A quien conocí antes, fue a su hijo Francisco Adán La Torre Núñez, un educado joven que refleja claramente la formación que recibió de su padre, quien era y es también un señor muy educado e informado.

Estoy hablando de habernos encontrado después de 56 años, claro, nos dejamos de ver en diciembre de 1960, en que me enrolé voluntario en la marina peruana, pero después de un mes en la isla San Lorenzo, fui dado de baja por problemas de la vista, luego usé lentes desde el año 1963, y pues retornando de Lima, preferí bajarme en el km. 48 y no seguir a Mollendo, sino dirigirme a la ciudad de Arequipa, de donde proseguí hasta Juliaca, en donde organicé una “Academia de Matemáticas”, con tan mala suerte que también tenía una academia igual el Jefe de la CT (Circunscripción territorial), de modo que sin darme cuenta me había ganado gratuitamente un enemigo, quien cierto día envió detenerme y como yo no tenía documentos, pues me enroló en el ejercito. Allí no valió para nada decir que había sido rechazado en la marina por la vista, que mi edad era recién 17 años, ya que recién cumpliría 18 dentro de 8 meses, la edad por entonces para servir creo era 18. Pues como era alto (1.72 m.) no parecía tener 17, sino más edad, además el tema era que este oficial del ejército quería deshacerse de mí, para no hacerle competencia con mi Academia de Matemáticas, pero tuve alguna suerte, necesitaban contingente para Arequipa, porque si no, me hubieran enviado a Pomata, una especie de polo norte, a morirse de frío y resultar un moroco pateado por todos los puneños que son recios como esquimales. Retorné a Mollendo recién en Abril de 1962, directo al Colegio Nacional Deán Valdivia, para terminar ese año como abanderado de la escolta, pero esa es otra historia.

Volvamos al año 1960, Antonio La Torre era un joven muy formal, siempre muy limpio y resultó que él era alguien que yo apreciaba, nos ligaba la amistad del salón pero además él era muy cercano a mi tío Juan Najarro, quien trabajaba en la Compañía de Lanchas, lugar donde también laboró Antonio, de modo que me consideraba cercano. Quien iba a pensar que años después él seguiría mis escritos, resultamos muy conversadores por teléfono y terminamos reencontrándonos el año 2016, después de 56 años. Cuando yo iba a venir a Mollendo ahora en mayo 2016, él era el único que lo sabía, ya después lo publiqué, prometió venir a verme, pues así fue, el domingo 22 de mayo estuvo en casa y generosamente me dispensó su visita y un presente, que resultó muy útil para mi, algo que dice mucho de la calidad de su amistad.

Antonio, a decir verdad, sabía de mi viaje mucho antes, recién cuando ya estaba prácticamente con el pasaje en la mano, lo dije a otros amigos de Mollendo, quienes dijeron vendrían a casa de visita, otros me irán a esperar en la empresa, pero no lo hicieron, razones tendrán, pero Antonio no lo repitió muchas veces, solo vino y me acompañó en momentos que eran muy difíciles para mí, su compañía y amistad resultaron providenciales, oportunas, creo que ha sido la mejor prueba de lo que en verdad es la amistad, increíble, primero conocer a su hijo Francisco, años después encontrarnos con Antonio en las redes, luego convertirnos en frecuentes conversadores por teléfono, para después encontrarnos cuando me visita en mi hogar en Lima y después reencontrarnos en Mollendo en la casa familiar, el domingo 22 de mayo del 2016. Enhorabuena Antonio La Torre Luna.

Creo que pocos tendrán la oportunidad de dar un testimonio tan extraordinario de lo que realmente significa la amistad, no siempre cultivada a lo largo de años, sino que de pronto resurge y promete mayores frutos, porque Antonio ha prometido visitarme en otra oportunidad, pero acompañado con Otto Juárez y Gerardo Díaz, también dos amigos de la promoción, tan cercanos como él. Antonio ha llegado muy bien en el Partido Aprista, ha tenido cargos partidarios, pero también sociales y políticos, como en la Beneficencia Pública de Arequipa, en el Círculo Mollendo, en el mismo partido, de modo que es una persona que se ha realizado y puede decirse que ha triunfado en la vida y eso me alegra mucho, lo merecía y merece.

Pero lo más resaltante de esto, es que si de seguro me pondría a averiguar con otros compañeros de promoción, de seguro que me darían un testimonio claro de que Antonio es y ha sido siempre así, solidario, amical, sincero y quizá me den algunos otros valores y adjetivos más de él; del mismo modo si averiguara en el partido Aprista Peruano, también me darían buenas señales de su persona, de otro modo no hubiera logrado la votación suficiente y necesaria para el año 2016, él viajara a la ciudad de Lima en representación del Comité de Arequipa.
Me alegro de escribir esto, porque podría ser motivo para que otros también hagan una reseña de sus amigos o amigas, en testimonio y honor a sus amistades. Pero hay también quienes dicen ser amigos, quienes incluso prometen visitarte y cuando estas lejos te frecuentan telefónicamente de manera inusual o por correo electrónico o en el Facebook, etc., etc., incluso prometen esperarte a tu llegada y luego visitarte también, pero pasan los días y no sucede tal cosa, es muy extraño, es como si la tierra los hubiera tragado, porque son dos estos amigos que prometieron venir y jamás lo hicieron

Mientras tanto por los buenos amigos, ¡Enhorabuena!

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Jorge Paredes Romero