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¿Por qué Mollendo me es importante?

(Actualizado, Lima, 10 de enero del 2024)

Jorge Paredes Romero.


Cuando en 1860 se autoriza la construcción del ferrocarril de Islay, ya en dicho luchar existía mucha gente que se dedicaba primordialmente a la pesca y en la zona del valle a la agricultura, de modo que existía una población laboriosa.

Es allí donde a mediados del año 1860, dos jóvenes de aproximadamente 30 y 26 años, pertenecientes a dos familias locales, los Paredes y los Suárez, se conocieron y casaron, luego de la boda, la luna de miel y unas cortas vacaciones, se pusieron a trabajar en lo que siempre hacían, él en confeccionar calzado y ella en labores de costura, muy felices tuvieron tres hijos, siendo el ultimo un varón, quien nace un 29 de Junio de 1871, a quien pusieron de nombre Mariano. Ese niño tuvo el privilegio de poder estudiar, lo que en aquellos tiempos era bastante difícil, y pues terminó su primaria e inmediatamente se puso a laborar ayudando a su padre en las tareas de zapatería, ya que tempranamente aprendió el oficio paterno y se convirtieron ambos en los mejores zapateros del floreciente Mollendo.

La ciudad fue fundada oficialmente el 6 de enero de 1871 y se fundó bajo la denominación de Puerto Mayor de Mollendo, ya que Don José de San Martín y Simón Bolívar reconocieron como tal a la ciudad, es así como se le conoció por entonces: El Puerto Mayor de Mollendo.

Justamente hacía pocos meses, con fecha 1 de Enero de 1871, había sido inaugurado el ferrocarril de Henry Meiggs y el 6 de enero de 1871, en la ciudad de Arequipa, el Presidente Balta expidió dos decretos: por el primero se declaró a Mollendo Terminal provisional del mencionado ferrocarril y por el segundo, quedó clausurado el puerto de Islay para la importación de mercaderías; debiendo por consiguiente arribar los buques al puerto de Mollendo. De modo que la historia era propicia y el año también, era un año histórico cuando nace Mariano, el año 1871.

Por entonces Mollendo ya estaba en su mejor época, casas hermosas fabricadas con madera de pino de Oregón, traída desde los Estados Unidos, las calles principales eran Arequipa y Comercio, ya que en dichas calles bullían los negocios, y allí estaban las oficinas de la Municipalidad. Justamente casi al final de esa cuadra, había una fábrica de calzado que pertenecía a mi  abuelo Don Mariano Paredes, calle Comercio números 90, 92 y 94, era una familia muy emprendedora y disponían de suficiente economía, tenían varios trabajadores y máquinas, pues la fábrica crecía día a día, el domicilio familiar era la calle comercio No 752, casa que aun existe tal como era en aquella época.

FUENTE: Monografía de la Provincia de Islay de Juan Francisco Sivirich (1930)

Justamente es una aviso publicado en  la página 148 de dicho libro, que obra en mi poder, que constituye una joya bibliográfica, porque resume detalles que sería difícil encontrar en alguna otra obra sobre toda la provincia de Islay, fue publicada  en 1930 por la Imprenta C. F. Southwell de Lima y bajo los auspicios del Rotary club de Mollendo. Allí uno de los anunciantes es la Zapatería Americana, de donde se deduce que en los primeros años de Mollendo  esa zapatería funcionaba, de modo que fue un incendio que destruye la Zapatería Americana de mi abuelo Don Mariano A. Paredes que por entonces contaba con 41 años de edad casado con Doña Josefa Bernedo y sus hijos Augusto,  mi padre Guillermo Paredes Bernedo contaba ya con 9 años de edad mi tía Josefina 4 años

Pasaron los años y llegado el 1900, Mariano contaba con 29 años de edad, se había casado, sus padres ya ancianos, sus hermanos habían viajado a Lima y Mariano con su esposa llamada Josefa Bernedo, se quedaron al cuidado de sus padres. Con el tiempo llegaron a tener seis hijos: Augusto, Manuel, Mercedes, Guillermo (mi padre) Josefa y María del Socorro, todos han fallecido, los únicos que están vivos de la familia directa son Lourdes Najarro Paredes que está en Norteamérica y Jorge Paredes Romero que está en Lima.

Pero volvamos al relato, ahora era Mariano quien estaba a cargo de la fábrica, la había capitalizado y hecho crecer aun más, toda la inversión estaba puesta allí, aunque habían comprado dos casas más, una en la calle cuadra 3 de la calle Arequipa, otra con su esposa Josefa Bernedo en la cuadra siete de la calle Comercio, sus clientes eran personas de recursos, y ya vivían en Mollendo los Orams, los Hugues, Los Flanagan, y también don José Miguel Forga Salinger, que justo por 1908 inició la construcción del ahora famoso Castillo Forga, icono de la ciudad de Mollendo y era uno de sus principales clientes.

Transcurrían los años, todo era esplendor, barcos de muchas nacionalidades, el bufar de las locomotoras, el traquetear de las carretas. Como toda novedad a Perú llegaba por dos vías, una era Callao y la otra Mollendo y a finales de siglo ya empezaron a llegar los primeros automóviles a Perú, aunque en Lima un tal Juan Alberto Grieve fabricaba autos completamente diseñados y ensamblados en sus talleres, eran producidos para Lima. Mollendo como dijimos, era un puerto mayor y en esta ciudad siempre se tenía lo más novedoso, antes que en cualquier otra ciudad del sur peruano, revistas, artefactos, el cable, de modo que el traquetear de las carretas era poca, ya empezaban a sonar los ruidosos motores de los Ford T y otras maquinarias, cuyos últimos vestigios tuvimos el honor de ver, cuando Ismael Arocena recorría Mollendo con su “A ti que te importa” o Pen Pen Diaz en su clásica camioneta roja, fingía disparar por las calles, de allí su apodo: pen pen; con su hijo Gerardo Díaz Cárdenas estudiamos en el colegio Nacional Deán Valdivia, promoción del año 1960, pero también pertenezco a la promoción 1962, es decir a dos, pero esa es otra historia.

Estamos ya en 1910 y cada día era una fiesta en Mollendo, los donkes, izaban mercaderías de todo tipo, los trenes los llevaban indistintamente a Puno, Cuzco, Arequipa, y de allí por tierra a otras ciudades, del mismo modo llegaban gentes de otros países, chinos, japoneses, alemanes, pero más ingleses y norteamericanos, nadie presagiaba la guerra, aunque se escuchaban noticias que llegaban por el cable, novedades que raudamente recorrían las calles y el muelle, allí es donde se daban las primeras conversaciones de lo que luego sería el tema de los cafetines, fuentes de soda o alguna picantería, en donde se reunían los brequeros y los estibadores, confundidos entre ricos platillos preparados por matronas muy alegres y hacendosas.

Lea el relato del incendio de 1912 que consumió gran parte de Mollendo comercial de entonces (Prensa Islay 15-08-2015)

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Pero Mollendo tenía un gran enemigo y eran los incendios, lamentablemente uno de ellos, el mayor incendio que ha sufrido Mollendo en todos los tiempos, tuvo lugar el 2 de abril de 1912, tan grave que destruyó siete manzanas. Entre las propiedades afectadas por el fuego se contaba también el edificio del Concejo Provincial de Islay. En este pavoroso incendio desaparecieron archivos y documentos de inestimable valor para la historia de Mollendo. El incendio sorprendió a la población en la madrugada y nada pudo hacer la abnegada labor de los voluntarios por detenerlo, dándose el hecho singular que el Comandante de Bomberos mollendinos, don Ricardo Pérez Reyes,  familiar del actual Viceministro de Comunicaciones (2014), viera arder todo su patrimonio.

En algún incendio mayor como este, como es de suponer, ya que las destrucciones por incendio eran muy grandes, sucumbió la fabrica de zapatos de nuestro personaje central de este relato, Mariano A. Paredes pues lo perdió todo, absolutamente todo, la producción, mercaderías, dinero en efectivo, las maquinarias, es decir quedó en la ruina comercial total. Digo así por que mi abuelo me relató lo de su zapatería y algop del incendio, además por los números que figuran en el aviso publicitario publicado por  Juan Francisco Sivirich en 1930, deduzco que estaba en la zona cercana, entre los edificios frente o cerca a la Plaza Grau.

Mollendo, en los años 30 del siglo XX, tenía la población de 7,500 habitantes de próspera actividad comercial, por la misma actividad portuaria, Mollendo era el centro de exportación e importación de la región del Sur del Perú y parte de Bolivia, de allí que era la sede de 19 consulados. Los tripulantes de los numerosos barcos que llegaban salían a la ciudad de compras, diversión o esparcimiento, sobre todo los turistas de los trasatlánticos, pero a la familia Paredes Bernedo le quedaban dos casas que oportunamente habían comprado con su esposa Josefa, repito una en la calle Arequipa y la otra en la calle Comercio, de modo que decidieron alquilar por departamentos la de calle Arequipa y vivir toda la familia en la de calle Comercio

Casa actual de la familia Paredes Bernedo, Comercio 752 Mollendo

Esta era una casa de madera, al estilo tradicional, de dos plantas, con balcón a la calle, jardines, huerta al fondo con dos estanques, uno de riego y el otro una piscina grande, era una linda casa de aproximadamente 500 metros cuadrados que aun hoy existe, chochos, granados, frutas diversas, hortalizas, todo era bello y fragancioso por los jazmines, geranios y otras flores: la parte delantera de esa casa permanece tal cual era en esos años, se ha conservado como muchas de las casas de madera de la localidad.

La casa de la calle Arequipa se transformó entonces en vivienda de otras familias, se que allí vivieron en la parte de afuera un zapatero Gutiérrez, al otro costado un Sr. Neira que vendía diarios y artículos de bazar y en su interior otras familias, recuerdo una señora a quien le decían la "rompe-catre", en Mollendo casi todos se conocen por los apodos, preguntas por apellido, nadie te da razón dime su apodo te preguntan, ah ya, claro que lo conozco te responden. En los años sesenta esa propiedad cambió de propietario.

En esa casa, Mariano se apartó apenas une espacio pequeño, al fondo, en donde con unas herramientas practicaba el oficio de zapatero remendón, Aquel hombre que había sido dueño de una fábrica de zapatos, de tres puertas, era ahora un humilde zapatero remendón, cuando le conocí ya había muerto su esposa Josefa, ella había fallecido a raíz de una neumonía el año 1939 y Mariano contaba entonces con 68 años de edad, pero seguía con su oficio y ya por las tarde se recogía a su casa de la calle comercio en donde esperaba con mucha tranquilidad la noche, es allí donde yo me acercaba a él y le acompañaba, y entonces me convertí en su escucha por muchas noches, quizá unos diez años porque recuerdo que cuando cumplí 17 años, por aquellos azares de la vida me encontraba sirviendo en el Cuartel Salaverry en Arequipa, era mediados de 1961 y me enteré de su fallecimiento, entonces solo me quedó recordarlo y una lagrima se deslizó por mis juveniles mejillas, recordando aquel anciano que me relataba muchas historias que él había vivido y personalmente había experimentado, desde lo sucedido en la guerra con Chile, cuando él tenía apenas 9 años de edad pero ya era plenamente consciente de todo cuando había sucedido, hasta lo de Leguia, Bustamante y Odría, que ya era recordado por mí.

Empecé a recordar todos sus relatos, de cuando iba al muelle a despachar cajas de zapatos para otras ciudades, de cuando con toda la familia iban a la playa, o al valle a disfrutar de paseos primaverales o cuando viajaban a la ciudad de Arequipa en los elegantes vagones del Ferrocarril del Sur, para lo cual tenían que desarrollar toda una ceremonia de preparación y después toda una aventura de varias horas hasta llegar a Arequipa y luego el viaje de regreso después de unos días de solaz y descanso.

Y el recuerdo viene a Don Mariano, porque ese hombre que lo perdió todo en uno de los grandes incendios de Mollendo, que ahora era un humilde zapatero remendón y que pasó tantas noches relatándome sus vivencias, ese honorable anciano era don Mariano Paredes, mi querido abuelo con quien conviví los mejores años de mi vida y uno de sus hijos, el Dr. Guillermo Paredes Bernedo, era mi padre, ambos nacidos en Mollendo, por eso es que me considero privilegiado de haber conocido la historia de Mollendo de boca de un hombre que nació con Mollendo, porque él nació en Junio de 1871, año que es el punto de partida histórico de Mollendo, mi Puerto Bravo.

Muchas gracias amigos por haberme permitido recordar todo esto que deseaba compartir con Uds., porque me siento honrado de pertenecer a familias con trascendencia en Mollendo, ya que mi abuelo tuvo que ver con el nacimiento del Colegio Nacional Deán Valdivia y con el parque Bolognesi, porque colaboró por entonces con ambas obras, eso está escrito en libros que relatan la historia de Mollendo y me siento muy orgulloso de ello. Mi abuela Josefa Bernedo, también otra importante familia en la historia del Puerto Bravo, de modo que los Bernedo que existen en Mollendo somos familia, todos de un origen Yarabamba, Arequipa y nos reconocemos como tales al mencionar a Leonidas, a José Carlos entre otros, es decir a Monseñor Leonidas Bernedo Málaga que vivía en la Calle Peral de Arequipa y al insigne Maestro José Carlos Bernedo Málaga quien vivía en la cuadra 5 de la calle La Merced de la Ciudad Blanca, ambos muy conocidos en la ciudad de Arequipa.

Que viva Mollendo y sus familias que hicieron historia en esta ciudad, esa historia maravillosa que muchos la conocemos.
 


Jorge Paredes Romero
Periodista peruano
Registro FPP 7703


Nuestro correo es:  arielperu@gmail.com

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