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Escuela para padres
Los nuevos SíSí, que
Sí estudian y Sí trabajan.
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Tengo un hijo de la generación NiNi. Ni estudia, Ni trabaja
¿Qué hago con él?
Estos SíSí, jóvenes y mayores, son los que trabajan y además
estudian, opuestos a los NiNi, que ni estudian, ni trabajan.
Son los nuevos modelos de comportamiento social. Para esta
élite, hay un plus de esfuerzo y un plus de recompensa, por
adecuar sus perfiles profesionales, a las necesidades de las
empresas.
Sorprende que hoy en día, trabajar sea un privilegio que
conlleva la necesidad, y en muchos casos la obligación, de
seguir estudiando, para estar al día y así poder mantener el
trabajo. Ese privilegio puede perderse en cualquier momento,
basta con que el empresario, decida que necesita que el
trabajador tenga los conocimientos profesionales más
actualizados, o que contraten a otro trabajador más puesto
al día.
Casi todos los trabajos, cambian continuamente dentro de un
proceso de mejora, hacia la automatización. El que no se
adapta a las nuevas técnicas, se queda retrasado y tiene
muchas probabilidades, de perder el privilegio de trabajar.
A plazo medio, y para muchas profesiones, valdrán más los
certificados profesionales, que algunas de las carreras
genéricas.
La mayoría de los fracasos profesionales, son consecuencia
de querer retrasar, por pereza o ignorancia, el momento de
las oportunidades, que se buscan o se presentan. La suerte
es la meta, el lugar donde la inspiración, la preparación y
la dedicación, se juntan con la oportunidad.
Los triunfadores a medio y corto plazo, están llevando a la
práctica un nuevo concepto de vida, duro pero muy rentable.
Ya no se puede trabajar, sin tener un proyecto de formación
profesional continua. No tenerlo es muy peligroso, de muy
poca visión del futuro y puede suponer un suicidio
profesional.
También es peligros el estar estudiando y no intentar
trabajar a la misma vez, compaginando los estudios con algún
trabajo, remunerado o no, que esté relacionado con los
propios estudios, para que pueda ayudar a alcanzar la
profesión que se quiere adquirir.
Las excepciones a esta dualidad pueden ser: A) Ser heredero
de una sólida fortuna. B) Tener la capacidad de trabajar,
pero no la de seguir formándose. C) No tener aspiraciones de
mejora profesional. D) No temer a perder los ascensos. E) No
importar el despido.
Antes la discusión era que, si una vez conseguido un
trabajo, ya no era necesario formarse más, pues el trabajo
era para toda la vida. Pero hemos entrado en la nueva era
del trabajo, más el aprendizaje continuado, para mantener el
empleo y poder ascender y prosperar.
En muchos trabajos actuales y cada vez más en el futuro
inmediato, se trabajará por horas, días, semanas, proyectos
concretos, etc. Sin contratos laborales, solamente con
contratos mercantiles, donde los trabajadores pagarán sus
propios seguros, pensiones, etc. Es la época de decir adiós
al empleo fijo y tiempo completo, pues ha llegado a
sustituirlo el trabajo temporal, fijo – discontinuo, el de
los contratistas independientes y el de los auto-empleados.
¿Qué es lo que hay que seguir estudiando? Lo que el mercado
condicione, lo que la capacidad personal considere
aceptables y lo que se vea, que puede producir mejores
oportunidades profesionales. Muchos de estos estudios,
pueden ser realizados en línea a través del Internet, desde
cualquier parte del mundo, seleccionando los que ofrezcan
los estudios más cualificados, sin ser obligatorio el tener
que asistir a la universidad presencial.
Continuamente la ciencia crea nuevos conceptos y servicios,
y las empresas se adaptan a ellos. Los cambios de
profesiones, empresas, ciudades y países, están a la orden
del día. Las estadísticas sobre la movilidad profesional, lo
indican.
Las empresas están aumentando la demanda de modernos tipos
de perfiles profesionales, que hoy todavía, algunos ni se
han diseñado, aunque seguramente no los van a poder cubrir
completamente, ante la falta de candidatos bien formados. La
demanda de trabajos especiales, está muy por encima de la
oferta.
El desajuste existente, entre las necesidades empresariales
y la oferta profesional del mercado laboral, hace que cada
vez, sean más los profesionales que deciden continuar con su
formación, para no quedarse fuera del mercado de trabajo.
La tecnología avanza y se desarrolla muy rápidamente, y las
empresas que no se adapten a esos avances, sucumbirán, y con
ellas los empleados que no hayan sabido saltar del barco,
antes de su hundimiento, porque no estaban preparados
profesionalmente. Además, al quedarse sin empleo y no tener
los nuevos conocimientos, se quedaran fuera del mercado
laboral.
Este diferencial, existente entre las necesidades
empresariales y la oferta profesional del mercado laboral,
se ha traducido en un aumento notable de profesionales que,
a pesar de disponer de un empleo, están estudiando para
obtener las habilidades que demanda el mercado.
Hay organizaciones, como la ONG www.genesyswork.com que se
encargan de formar, a los jóvenes estudiantes calificados de
los últimos cursos, para que conozcan cómo es el trabajo en
las empresas, lo que les permitirá disminuir el choque,
entre la vida escolar y la profesional. También negocia con
las empresas, para que les faciliten un trabajo a tiempo
parcial a los estudiantes, de forma que pueda combinar,
después del horario de trabajo, la asistencia a los estudios
en la universidad. Así aprenden a compaginar el trabajo con
los estudios y los estudios con el trabajo.
Hay que querer, apasionarse y desear trabajar, estando
continuamente, formándose profesionalmente cara al futuro,
pues “camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”.
13 Conceptos que debo analizar con expertos, antes de
empezar la formación profesional, continúa:
Conocer y examinar en el mercado laboral, las tendencias o
proyecciones hacia las nuevas profesiones o hacia variantes
de las mismas, relacionadas con mi trabajo, conocimientos y
estudios realizados.
Analizar lo que se quiere, lo que se puede y lo que se debe
estudiar, mientras se trabaja, sin descartar una nueva
avenida formativa, diferente a la que se ha empezado.
Ejemplo: Un abogado que después estudia ingeniería, para
especializarse en patentes industriales.
Examinar rigurosamente el pasado, el presente y posible
futuro profesional y personal, junto a las obligaciones
familiares.
Considerar y sopesar, los factores con los que hay que
enfrentarse: El tiempo y costos necesarios que hay que
invertir, para conseguir determinada formación. La movilidad
geográfica. El retorno a la inversión que haya que hacer, en
los nuevos estudios. La posible calidad de vida. El lucro
cesante, durante el periodo de formación.
Investigar si la formación profesional que se necesita
adquirir, se puede obtener en línea o en un centro
presencial, para tratar de conseguir la mejor compatibilidad
con el tiempo libre. Sus costos y duración.
Estudiar cuales son los sectores relacionados, con la
profesión que haya más demanda y mejor pagada.
Evaluar si se está sufriendo acoso laboral (bullying),
motivado por la propia ignorancia profesional, que impide
seguir las normas y los procesos de la empresa, lo que
dificultan el trabajo en equipo.
Examinar las capacidades personales y entorno familiar, para
crear un negocio propio.
Asesorarse de los profesionales especializados en la
formación continua, sobre la propia situación laboral y
formación. Los cazadores de talentos (Head Hunters), son los
profesionales adecuados para empezar las consultas.
Consultar a los expertos, si tiene futuro el trabajo que
realizo en la empresa, o si necesita adaptarse al mercado, y
si el futuro de ese trabajo, quedará obsoleto a plazo medio
o largo.
Averiguar con los expertos, si mis actuales estudios, están
bien desarrollados en el trabajo que realizo, cuál es la
actualización necesaria o si están infrautilizados.
Reconocer mis capacidades personales de adaptación, a las
posibles nuevas realidades.
Estudiar con los profesionales, si con mis actuales
conocimientos, ya he llegado al techo de mis posibilidades
en la empresa y si para ascender, debería cambiar de sector,
industria, actividad profesional o añadirle algunos
conocimientos complementarios.
Hay que reconocer las propias fortalezas y debilidades, a
través del autoexamen del propio conocimiento, buscando ser
proactivo e inconformistas, explorando nuevas oportunidades,
donde esas cualidades puedan ser valoradas. Tratar de no
estar esperando, a que alguien llegue a descubrirme.
En los avances tecnológicos y en la imprescindible formación
continua profesional, donde unos ven problemas, otros ven
oportunidades. La inteligencia artificial creará cada día
nuevas aplicaciones y por lo tanto, nuevas profesiones. Hoy
en día, nadie sabe que es lo que va a tener que estudiar,
para poder utilizar esos adelantos tecnológicos y su
aplicación en el mercado laboral. Una cosa son las
invenciones de los productos, servicios y sistemas, y otra
es la formación imprescindible para trabajarlos y sacarles
el mejor rendimiento.
Las nuevas tecnologías con estudios en (Ciencias,
tecnología, ingeniería, matemáticas, digitalización, etc.)
van eliminando muchos empleos tradicionales, en todas las
categorías, incluso los que requieren titulaciones
universitarias. Para algunas nuevas tecnologías, los nuevos
productos y servicios que desarrollan y sus aplicaciones en
el mercado, se requieren nuevos trabajos, con
certificaciones técnicas especializadas, adecuadas a las
nuevas circunstancias. Muchos de los conocimientos
anteriores de los trabajadores, no encajarán en los nuevos
sistemas, como hay engranajes nuevos, que no encajan con los
antiguos ya desgastados, siempre hay que adecuarlos.
Los robots llamados exoesqueletos, son los que se adaptan
exteriormente al cuerpo, permiten a los usuarios, eliminar
prácticamente los esfuerzos físicos laborales. En su
fabricación, mantenimiento y reposición, crean muchos
puestos de trabajos, no los eliminan, e incluso mejoran las
condiciones físicas laborales, eliminando accidentes.
No siempre las nuevas tecnologías, eliminan los trabajos de
los menos preparados laboralmente, aunque se estén creando
nuevos puestos de trabajo, mucho más técnicos. También hay
nuevas tecnologías, que ayudan a los trabajadores menos
cualificados, a hacer el trabajo con menos esfuerzo físico y
con más seguridad, disminuyendo las horas de hospital que
conllevan, muchos de los trabajos no cualificados.
En esta era, el conocimiento es poder, si se empieza a
trabajar de peón de albañil o de ingeniero, pero no se
fomenta la formación continua profesional, hay muy pocas
probabilidades de ascender en el trabajo. Llegarán a la
jubilación en la misma categoría profesional, con la que
empezaron. Los ascensos ya no se consiguen por la
antigüedad, sino demostrando el aumento del conocimiento y
de la experiencia adquirida. Estos ascensos, si no se pueden
conseguir en la misma empresa, hay que buscarlos cambiando a
otras, en el mismo sector o en otro, que los sepan apreciar,
incluso cambiando de ciudad o de nación.
También se asciende, se desciende o se consolida en el
trabajo, en función de la ley de oferta y demanda del
conocimiento. Cada vez hay más demanda, de trabajadores
especializados y bien formados en las nuevas técnicas, pero
no hay tanta oferta de trabajadores preparados, como para
suplir las necesidades de las empresas. Por eso, aunque en
algunas naciones hay un alto índice de desempleo, también
hay muchos puestos de trabajo, que no se cubren por diversas
causas, como: Adecuación de conocimientos a las necesidades
empresariales, nuevas tecnologías, descolocaciones
geográficas, falta de incentivos profesionales, costos de
vida altos e ingresos bajos, diferencias climáticas
extremas, etc.
Compaginar el empleo con la formación continua profesional,
bien actualizándola o consiguiendo una diferente, no es
solamente para los jóvenes, que quieren mantenerse a flote
en la subida o bajada de la ola de su empleo. Las personas
mayores, también tienen que hacerlo, si quieren que no les
sustituyan por su inadaptabilidad técnica profesional o por
no saber adecuarse, a las nuevas demandas del mercado
laboral, que se crean con los avances tecnológicos. Después
no valen los lamentos.
Los techos emocionales de acero que algunos trabajadores,
voluntariamente, se ponen encima de sus cabezas, para no
avanzar en la formación continua profesional, les impide
crecer en su futura proyección laboral. Suelen ponerse,
principalmente, por la falta de confianza, la ausencia de
autoestima, el miedo al fracaso en los nuevos estudios, “el
qué dirán”, el estereotipo del “sabelotodo”, etc. Solamente
se pueden romper esos techos, analizando los propios
obstáculos internos y externos, y actuando en consecuencia,
para revertir los resultados negativos profesionales, que
pudiera haber en el presente y en el futuro.
Algunos conceptos que se deben fomentar, para triunfar
laboral y socialmente: La autoexigencia, el trabajo en
equipo, las virtudes y valores humanos, la capacidad de
sacrificio frente a las adversidades sociales y
profesionales, el esfuerzo, los principios familiares,
laborales y sociales, la lucha y la humildad, la igualdad,
el desarraigo de la ignorancia, la ecología, la
sostenibilidad, la seguridad en el sentido más amplio, el
rechazo al conformismo, etc.
francisco@micumbre.com
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