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Café Can Can y su fonógrafo
que "interpretaba" a Montes y Manrique

En el artículo "La música nocturna en Lima", firmado por
"El Conde de Lomas" y publicado en la revista Variedades
No. 476, del 14 de abril de 1917, se hace mención a un
fonógrafo ya antiguo, para ese tiempo, del café Can Can
que seguía "interpretando" al dúo peruano Montes y
Manrique.
Según Cipriano Laos, "Lima. La Ciudad de los Virreyes
(El Libro Peruano) 1928-1929", el café Can Can quedaba
en la calle de Paz Soldán No. 425, que vendría a ser la
cuarta cuadra del actual Jr. Ayacucho, donde está
ubicado el Mercado Central, Barrios Altos de Lima.
"Comidas a la minuta, viandas frías, vinos, licores,
conservas, etc. Sala de billar", es lo que se anuncia
sobre el Can Can en la obra de Laos.
Para el reportaje de Variedades, de abril de 1917, se
hizo un recorrido por los locales de Lima con vida
nocturna y música, que incluía el aristocrático Palais
Concert, el elegante y caro Estrasburgo, el café-salón
de Pedro D'Onofrio, el café Can Can, el café de Salardi
(el Balkán) que hasta tenía su revista semanal propia
llamada "El Noctámbulo", y el café Maximiliano con su
piano de manubrio, en la Bajada del Puente, como señala
Variedades.
Con respecto al Can Can, Variedades menciona que su
fonógrafo merece pasar a la historia, añadiendo lo
siguiente: "Es algo de lo más típico de Lima. No hay
trasnochador que no le conozca y, lo que es peor, que no
le haya oído. Es un fonógrafo que resiste al tiempo y a
la destrucción más de lo que ha resistido Verdun a los
alemanes. De los modelos más veteranos ya de la Victor,
se le toca y se le torna a tocar incesantemente durante
todas las noches, hace ya largos años. Los discos son
allí del más legítimo sabor peruano: una sucesión de
yaravíes, marineras, cachasparis, tonderos, en los que
hacen el gasto Montes y Manrique, los Carusos criollos.
Allí protegiendo la batería de las papas rellenas, el
rojo escabeche, el seviche adornado de coronitas de ají
y la carne mechada, las costillas acorazadas y los panes
dobles, el fonógrafo, toma un aire protector marcado. El
Can Can es un café favorecidísimo de noche: desde los
mocitos de la 'creme' hasta los cocheros. Toda la escala
social. "
A diferencia del Palais Concert y el Estrasburgo (Jardín
Estrasburgo) que eran locales caros, por lo que tenían
un público más pudiente, el Can Can era un local para
todos los bolsillos y lo que llama la atención es que
dicho local ayudó, en cierta forma, a que se difundan
las grabaciones hechas por el dúo peruano Montes y
Manrique en 1911, en New York. Los discos con esas
grabaciones empezaron a llegar a Lima, en series, desde
febrero de 1912. En abril de 1917, cuando Variedades
menciona que el Can Can hacía tocar en su fonógrafo
viejo los discos de Montes y Manrique, todos los discos
con música peruana grabados en 1911 ya habían llegado a
Lima. Es posble que el Can Can haya tenido toda esa
colección de discos que hoy en día son un tesoro no sólo
para los coleccionistas, estudiosos e investigadores de
esas grabaciones, sino de la música peruana en general.
El artículo de Variedades nos muestra otro detalle
interesante, y es que ellos escriben como "seviche" (con
's' y 'v') al plato nacional peruano. Cabe hacer notar
que los intelectuales peruanos del siglo XIX, como
Ricardo Palma, Juan de Arona, Manuel Atanasio Fuentes y
Carlos Prince, escribían de esa manera el nombre del
plato nacional, "seviche". Debido a ello, cuando fue
declarado Patrimonio Cultural de la Nación, el 23 de
marzo de 2004, por el Instituto Nacional de Cultura, en
la resolución respectiva se mencionó que la ortografía
correcta e histórica era "seviche", con 's' y 'v'. En la
práctica, el plato nacional peruano es más escrito como
cebiche o ceviche (yo soy fiel al seviche) ya que al
público lo que más le interesa es que el seviche esté
servido con rocoto, porque seviche que no pica no es un
verdadero seviche.
El Can Can ya no existe. Quedaba en la acera de la calle
Paz Soldán de los números impares, donde años después se
levantaría el actual Mercado Central.
Fuente de
la fotografía: Revista Variedades No. 476, del 14 de
abril de 1917.
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