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LUNES 12 DE AGOSTO DEL 2013 | 09:24
Así es, con esa fecha se publicó esta nota ante la desesperación de los
importadores de chatarra y sus loobies de siempre
¿Le conviene al país ampliar el tiempo de vida de los Ceticos?
A pesar que no han cumplido con su misión de convertirse en polos de
desarrollo industrial, un proyecto de ley busca extender sus beneficios
hasta el 2042

DARWIN CRUZ FIESTAS
A mediados de la década del 90, el Perú creó cuatro centros de
exportación, transformación, industria, comercialización y servicios (Ceticos)
en Paita, Ilo, Matarani y Tacna. Esta última se convirtió en zona franca
en el 2002. El objetivo de estas zonas especiales fue crear grandes
polos industriales a partir de beneficios tributarios y aduaneros hasta
el 2022 para los Ceticos, y el 2042 para Zofra-Tacna.
Pero los Ceticos tienen un serio déficit en sus cuentas y, lejos de
haberse convertido en polos industriales, se redujeron a un albergue de
talleres de cambio de timón de autos importados de segundo uso. A pesar
de ello, el congresista por Moquegua, Vicente Zeballos, ha presentado un
proyecto de ley que propone extender los beneficios para los Ceticos
hasta el 2042, y a ello se suma lo anunciado por el presidente Humala:
se propondrán nuevos incentivos para que los Ceticos atraigan
inversiones. ¿Pero, vale la pena seguir con un modelo que, a pesar de
tener casi dos décadas, no ha obtenido los resultados esperados?
Eduardo Ferreyros, gerente general de Cómex-Perú, es un convencido de
que la vida de los Ceticos no debería extenderse, porque impiden el
desarrollo sostenible de la industria al operar en condiciones nada
competitivas, y una prueba de ello es que arrojan pérdidas.
“Por ejemplo, Ceticos Paita registró pérdidas en el 2012 por más de
S/.300 mil y Ceticos Matarani obtuvo como resultados en ese mismo año
S/.34.511, menos del 1% del PBI de Arequipa, región donde se encuentra”,
afirma Ferreyros.
Guillermo Cabieses, gerente general de Ceticos Paita, afirma que esto no
es cierto, pues –según dice– cuentan con un patrimonio de 940 hectáreas
de patrimonio valorizado en S/.500 millones.
“Si tenemos activos por esa suma no podemos decir que tenemos pérdidas.
Además, el funcionamiento de los Ceticos no le cuesta ni un sol al
Estado”, señala, desafiando la lógica. Cabe anotar que del área total de
Ceticos Paita, solo 20 ha son usadas.
Catherine Rodríguez, gerenta general de Ceticos Matarani, reconoce que
en sus ingresos hay un déficit de 30%, debido a que la principal
actividad de la zona, que era el cambio de timón de vehículos, ha
terminado por cambios en la legislación.
En este punto se debe mencionar que Día_1 quiso verificar cuánto es la
pérdida en cada uno de los Ceticos, pero no pudo porque no existe
uniformidad en la presentación de sus balances en sus respectivas
páginas web.
Por su parte, Carlos Posada, viceministro de Comercio Exterior, afirma
que los Ceticos no deben ser medidos tanto por la rentabilidad, sino por
el grado de beneficios tributarios y aduaneros que pueden ofrecer a las
empresas que se instalen en ellos, los cuales se han visto incrementados
al extenderse las preferencias de los TLC a estas zonas.
“Con estos beneficios y con una política acorde con el Plan Nacional de
Desarrollo Industrial que se prepara, los Ceticos funcionarán como se
espera”, sostiene.
En tanto, Gustavo Lazo, abogado del Estudio Olaechea, indica que los
Ceticos son, a final de cuentas, empresas, y como tales sí deben ser
medidas de acuerdo a su rentabilidad.
¿TRATO DESIGUAL?
Otro cuestionamiento a la extensión de la vida de los Ceticos, según
Ferreyros, es el hecho de que supone un trato discriminatorio hacia las
empresas ubicadas fuera de ellos. “Estas zonas no han impulsado la
industria, las exportaciones, ni el desarrollo productivo de las
regiones donde están, a pesar de tener ventajas frente a las empresas
que trabajan con sus propios recursos”, anota.
Jorge Pacora, gerente general de Ceticos Ilo, opina que tal punto de
vista es caduco y centralista, porque lo que se busca con estas
preferencias es equiparar las condiciones de las regiones que no tienen
el mismo desarrollo que Lima.
Este argumento, el de equiparar condiciones, es el principal sustento
del proyecto de ley del congresista Zeballos, a quien no localizamos
para una entrevista. Según la exposición de motivos de su iniciativa, la
idea es que los Ceticos tengan el mismo tiempo de beneficios que
Zofra-Tacna, considerada la zona económica especial más desarrollada del
país.
Esta intención, de acuerdo con Catherine Rodríguez, permitirá mantener a
flote a los Ceticos, “porque si no ofrezco un buen horizonte de retorno
de inversión, a quienes se instalen, difícilmente podré conseguir
clientes”, afirma.
Sin embargo, hay voces como la de César Alva, de KPMG, quien refiere que
los Ceticos han tenido el tiempo suficiente como para volverse
competitivos y generar buenos réditos; y, si no lo han aprovechado,
quiere decir que no han sido eficientes. “Cuando algo no es eficaz, debe
ser eliminado”, enfatiza.
Carlos García, de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), plantea que antes
de pensar en ampliar el tiempo de exoneraciones, se debe medir cuáles
han sido los beneficios reales de estas zonas y, de acuerdo a ello,
analizar si al país le conviene tener la cantidad de Ceticos que tiene o
reducirla.
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