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Conquistadores o ladrones
Jorge Paredes Romero Periodista y humanista peruano
A propósito ya para entonces tocaba piano, más un día como no tenía trabajo, esto sucedió en Huancané, paseaba por sus calles y escuché por una calle el sonido de una acordeón, me acerque y noté que no ejecutaban bien, de modo que en la tarde retorné y toqué la puerta, me presenté y me ofrecí a enseñarle a esa persona. El señor que me atendió me dijo: ¡Ah! debe ser mi hija, pues, luego este señor me invitó, era el presidente del Club de Leones y me dijo en el club tenemos un piano, pues fui al club con él y toque piano, eso les encantó, me ofreció trabajo y luego me prestó la acordeón para preparar clases para la hija, lo cual confieso, jamás había yo tocado una acordeón, cierto el teclado de la mano derecha es igual a un piano, mas la izquierda accionaba una botonera que jamás aprendí qué era. De modo que en la pensión donde tomaba mis alimentos, me fui a la parte posterior, allí entre las gallinas y los cuyes empecé a coordinar., en algo de dos horas estaba listo en acordeón y empecé a dar clases, era amigo del club de Leones y tenía trabajo en los almacenes de estos señores. La ventaja de haber estudiado muchas cosas desde niño. Pero volvamos al tema, siempre me pregunto ¿Por qué se nos privó de todo aquello? Porque tuvieron que venir estos señores muertos de hambre, a buscar de qué vivir y ansiosos por el oro al que nosotros le dábamos solo valor ornamental y místico, ellos destruyeron nuestros ornamentos en templos y palacios, los fundieron y se llevaron el oro que es lo que les interesaba, ese es el oro que ellos tienen como reserva. ¡Nuestro oro!
¿Por qué tuvieron que instituir nuevas fiestas, nuevos símbolos y pérfidas costumbres, privándonos de nuestra cultura, de nuestras creencias si al fin y al cabo la Providencia puede tener muchos nombres pero solo es una?, y ella es la que impulsaba a establecer valores como los tres ama: Ama sua, Ama llulla y Ama quella que sintetiza todo un decálogo y mucho más, porque el mentir, ser ocioso y apropiarse de lo ajeno lo dice todo, sin embargo ellos faltaron a sus diez mandamientos, asesinando y robando, tomando lo que no era suyo, lo que los convirtió en otra cosa, pues ya no eran conquistadores, sino solo unos vulgares ladrones. |
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