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del recuerdo mientras lee
La naturaleza le responde
al ser humano
 Jorge
Paredes Romero
Educador
Todo cuanto viene sucediendo no es más que
la respuesta, de la naturaleza agredida al
ser humano agresor, quien ha venido
irresponsablemente tomando de la pachamama,
todo aquello que le pertenece a la natura,
pero el hombre lo viene usufructuando de
manera agresiva, rompe, cava, horada, roza,
hiere y consume, sin considerar que está
rompiendo el balance, el equilibrio
necesario.
Desde hace siglos en que se inicia la era
industrial y la robótica, el ser humano
viene creando máquinas que ya no extraen de
manera cauta y casual, sino que empezó a
usurpar lo que la ciencia le venía
informando podría serle útil, pero el hombre
fue más allá y empezaron los negocios, las
patentes y a la vez que tomaba lo natural lo
sintetizaba, y en ese afán iba dejando
basurales químicos por doquier.
En su afán de obtener mayores insumos y en
menos tiempo, empezó a acelerar procesos,
sin darse cuenta que también estaba yendo
contra la naturaleza, quien merece respeto
en sus ciclos, en sus tiempos y en sus
compuestos, no se trataba de extraer ciertos
elementos, que a la larga eran no renovables
entonces se fueron rompiendo equilibrios, ya
no existen ciertos especímenes, tampoco
ciertos insumos, escasean, son raros y en su
afán de reemplazarlos inicia descubrimientos
que llevan a desechar restos y relaves,
experimentos fallidos y abortos, la tierra
recibe entonces esas basurales y también de
aquello que utiliza el hombre, creyendo
haber reemplazado el papel crea el plástico,
sin darse cuenta que como bolsa podría ser
útil, pero como basura es hasta causa de
muerte, de aves y peces.
El ser humano ha conseguido transportar
cientos de personas por los aires, pero
también esas naves muchas veces se vuelven
ataúdes, de igual modo los barcos, las
máquinas son útiles, pero han conseguido
reemplazar al ser humano por grupos, una
maquina reemplaza decenas, cientos de
hombres hora, y el ser humano se siente
desplazado. Muchos hogares carecen de
sustento, una máquina los ha reemplazado.
También resulta que la máquina ha
multiplicado la producción, ha disminuido
riesgos, pero también esas máquinas han
cobrado precios inmensos de varias maneras y
el ser humano viene siendo desplazado a la
desocupación y al olvido.
Las guerras siempre han sido innecesarias,
la política, el expansionismo, los
desacuerdos las motivaban y esas guerras se
han multiplicado, hoy ya no duran años,
apenas unos días y la destrucción es
inmensa, las naciones se han dividido, los
consorcios de naciones se han escindido,
etnias que tienen orígenes comunes
terminaron aborreciéndose, tierras
usurpadas, en afán de atesorar energía,
tener reservas ha dado lugar a la
intromisión de los más fuertes, en naciones
débiles poseedoras de hidrocarburos por
ejemplo, otros del agua, del oro y del
cobre, elementos estratégicos han sido
motivo de invasiones enmascaradas, han
ocasionado pérdida de vidas, disimuladas en
sucesos criminales como el de las torres
gemelas, ya no hay respeto por la vida, por
el ciudadano, la destrucción masiva es
consecuencia de ambiciones, de dictámenes
irracionales, que terminan con guerras
relámpago que dejan miles de refugiados.
Es que lo que ahora vemos es apenas el
inicio, vendrán tiempos peores, más graves,
más mortíferos, quizá ya no los vea yo, ni
los sufra, pero me apena saber que mis hijos
serán aterrorizados por estos eventos, que
ya hemos visto en películas de ciencia
ficción, pero que ahora los hechos nos
acercan a su concreción inevitable. Pestes,
desastres, inundaciones son apenas el
comienzo del fin, ya no creo haya retroceso,
quizá se pueda frenar por un tiempo lo
inevitable, espero que sí, pero tal parece
que el hombre no quiere remediarlo,
pareciera que está yendo a un suicidio, me
da la impresión que el fatalismo se apoderó
de los gobernantes, mientras ellos se
sientan seguros, poco o nada les importarán
las masas, que son las que terminaran
sufriendo y pagando las consecuencias.
Tenemos que hacer algo, somos pocos los que
somos conscientes de todo esto y también del
fatalismo de algunos dirigentes y
gobernantes, pero quienes están moviendo las
piezas de este fatal ajedrez social, son los
consorcios productivos, los grandes negocios
a quienes pareciera no importarles las
consecuencias, ellos están listos para huir
de este planeta y ya tienen lotizado su
destino, a donde irán también a hacer lo
mismo, ya lo inspeccionaron, quizá hasta lo
tienen demarcado, esto para unos, aquello
para los otros y así seguirán regando
destrucción y zozobra, por donde vayan.
Hagamos algo, quizá podamos revertir
procesos, quizá podamos evitar el
sufrimiento de nuestra especie y la
destrucción de la naturaleza, que al fin y
al cabo es nuestro hábitat, sin ella
estaremos destinados a morir,
irremediablemente a desaparecer como
especie, que lejos de haberle cuidado, lo
único que hicimos fue maltratarla y
utilizarla de mala manera, ahora ella
responde y a grandes voces nos dice ¡Tú eres
el culpable!
Jorge Paredes Romero – Educador
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