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Dulces en Mollendo de antaño

Qué tal Jorge, antes que todo mis saludos cordiales; como siempre recordando lo que alguna vez pasamos en nuestro querido y recordado Mollendo.

Hoy al ver a mi nieto saboreando, un delicioso dulce de coco hecho en casa por la madre de mi esposa, me puse a recordar con alegría y satisfacción, cuando degustábamos esas exquisitas cocadas que vendían en las bodeguitas de ese entonces, eran unas pastas rectangulares, hechas de leche y coco.

Antes no conocíamos los hoy famosos turrones de Doña Pepa, pero si habían los tallarines, que se vendían en la esquina de la calle Arequipa y Deán Valdivia, bañadas con almíbar de miel con limón y me gustaba sentir ese asidito dulce; creo que se debería seguir siendo como una tradición o costumbre mollendina, nuestros tallarines con miel, y mira cuando no contábamos con mucho dinero, habían unos dulces baratitos, no mas el alfeñique que vendían en las tiendecitas, eran unas cochitas hechas de azúcar rubia, les daban la forma de unos nuditos, era por supuesto un dulce arequipeño, tal es así que a los estudiantes del Colegio Nacional de la Independencia Americana, se les conocía como los “alfeñiques”, por tener el uniforme del color de este dulce .

Otro dulce popular eran las trancas, que eran unos pasteles que vendían en la esquina de Islay y la de Iquitos, con solo un mordisco quedábamos atorados y mitigaba el hambre del momento, eran agradables, y cuando íbamos al mercado, el infaltable queso helado de Doña Petita, que lo hacia delicioso, con su canelita, por supuesto que no habían los hoy sofisticados helados, anhelo saborear una vez mas ese queso helado de Doña Petita y esos tallarines con miel que hace muchos años que no pruebo, esos manjares de entonces, tan populares que estaba al alcance de los bolsillos humildes de la chiquillada de ese entonces, para otros habían también las chancaquitas, que traían del valle, con sus alfajores, ni que decir de las habas acarameladas, del maní y maíz dulces, que vendían en los cines teatro y Mundial, principalmente los sábados populares.

Alejandro Peña A.

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