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FUENTE: http://www.elciudadano.cl/2015/02/15/146944/la-increible-estafa-de-las-afp-explicada-paso-a-paso-2/
La increíble estafa de las AFP explicada paso a paso

Un equipo de CENDA, liderado por el economista Manuel Riesco, acaba
de publicar el estudio Resultados para sus Afiliados de las AFP y
Compañías de Seguros Relacionadas con la Previsión:1982-2012, en
rigor el retrato más certero que se le haya hecho al sistema de
privado pensiones, como lo demuestra el espeso silencio del sistema
mediático, a pesar de la enorme relevancia de sus conclusiones.
Demuestra, para empezar, que de cada tres pesos que recauda el
sistema, tanto por la vía de la cotización de los afiliados como de
subsidios del Estado, dos se quedan enredados entre los
administradores y los grandes grupos financieros, que en la práctica
son los mismos, precisamente el principal de los motivos por los
cuales el sistema paga pensiones tan bajas.
Enseguida, el estudio comprueba que en 2012, las cotizaciones más
que duplicaron el monto de las pensiones pagadas por las AFP y
compañías de seguros, y el Estado aportó adicionalmente, subsidios
equivalentes a dos tercios de éstas. A pesar de ello, o más bien por
lo mismo, los montos de las pensiones son inciertos, pues dependen
de las veleidades de los mercados financieros, que en los últimos
seis años han generado más pérdidas que ganancias al fondo de
pensiones. Además, éste se reduce en razón inversamente proporcional
al aumento de la expectativa de vida de la población.
En tercer lugar, el estudio traza una síntesis magistral de la
naturaleza y la lógica interna del sistema privado de pensiones: un
sistema de ahorro forzoso concebido para extraer recursos del factor
trabajo, y transferirlos directamente a los propietarios del
capital.
Sin embargo, tal vez la conclusión más importante del estudio
consiste en la demostración de que si se devuelve el sistema
previsión a la administración del Estado, no sólo se podría duplicar
el monto de las pensiones, hasta igualar las pensiones que
actualmente paga el sistema público, sino que incluso en ese caso,
habría un considerable ahorro en el gasto fiscal.
Del desarrollo de esas conclusiones del estudio versa la siguiente
entrevista a su autor, el economista Manuel Riesco.
- ¿Qué metodología utilizó en el estudio?
“Lo que hace el estudio es visualizar el sistema en su conjunto,
incluyendo AFP’s y compañías de seguros que lo conforman, y
analizarlo como si fuera una gran alcancía, que por otra parte, es
lo que el sistema dice ser, a la cual los afiliados entregan aportes
todos los meses y el fisco entrega subsidios, ambos en dinero
efectivo; y por otro lado, de esta alcancía se sacan todos los
meses, pensiones y beneficios que el sistema paga a través de las
AFP, o las compañías de seguros, en forma de rentas vitalicias. Lo
que hace el estudio es analizar cuánto dinero entra, y cuánto sale,
y por esa vía, llega a la asombrosa conclusión que los aportes
triplican las pensiones que se pagan. En otras palabras, los aportes
de los afiliados y los subsidios del fisco son tres veces mayores a
las pensiones que paga el sistema”.
- ¿Determina el estudio donde se van los dos tercios restantes?
“Bueno, a alguna parte tendrá que ir, porque esta alcancía debería
estar repleta de dinero, en el símil de la bóveda de Tío Rico. Sin
embargo, tú abres la alcancía y encuentras que no hay un solo pesos
de dinero en efectivo. Sin embargo, entran todos los meses, miles de
millones de pesos, y sale una tercera parte en pensiones. Por tanto,
la cantidad de dinero que debería haber adentro, es gigantesca. En
consecuencia, alguien lo está sacando, porque adentro no hay plata”.
- Lo que hay son títulos de deuda, imagino…
“Lo que tu encuentras adentro, son papeles. Abres la caja que dice
La Polar, y encuentras una serie de papeles firmados por los
ejecutivos de La Polar, que dicen que ellos han recibido préstamos
de las AFP, o sea pagarés, y que lo van a devolver con gigantescos
intereses. O son acciones de La Polar, que la AFP compró a buen
precio. Bueno, hoy los pagarés y las acciones de La Polar no valen
nada, porque como sabemos, La Polar era un gigantesco fraude”.
- Y la pérdida la hacen los afiliados…
“Por supuesto. El dinero contante y sonante fue a La Polar, y lo que
queda son estos papeles que no valen nada. Soquimich, por ejemplo,
es una de las cajas más grandes que hay adentro. Ha recibido
cualquier cantidad de dinero de las AFP. Con eso, Ponce Lerou tomó
control de la empresa estatal. Hoy sabemos que el valor de las
acciones de Soquimich ha sido inflado. Enersis era la caja más
grande, porque a través de este dinero contante y sonante, Yurasczek
tomó el control de Endesa, de Chilectra y formó un imperio, que
después vendió a Endesa España, con un gigantesco beneficio para él.
Lo que quiero decir, es que son cajas con papeles. Hay alguna caja
que dice Estado de Chile, que contiene bonos de Estado, que dicen
que Estado va a devolver esta plata que les prestaron las AFP, con
el correspondiente interés. Esa caja es alrededor de un quinto del
fondo. Hay otra caja más chiquitita, equivalente más o menos a un
2%, que son bonos hipotecarios”.
- Con la desvalorización de los títulos de deuda o las acciones,
¿podría hipotéticamente el sistema entrar en default, o crisis de
pagos?
“Difícilmente va a entrar en crisis de pagos, si todos los meses
está entrando el triple de lo que sale. Lo que puede suceder, y de
hecho sucede, es que lo que está acumulado teóricamente ahí, no vale
lo que dicen que vale. Así pasó, por ejemplo, en 2008. La suma de
todos estos papeles es el fondo de pensiones, que tiene un valor.
Pero ese valor es una idea abstracta, porque no es dinero. Es lo que
valen hoy esas acciones y esos bonos. Pero eso depende de muchas
cosas. En 2008, esos papeles perdieron un tercio de su valor…
- Quedó pendiente la respuesta acerca de dónde se quedan los dos
tercios de lo que recauda el sistema, que no van a pensiones…
“Voy a eso. pero primero quiero completar las cifras gruesas de lo
que entra y lo que sale, porque son muy significativas. El total de
lo que entra, triplica lo que sale. Pues bien, sólo lo que ha puesto
el fisco, equivale a las tres cuartas partes de las pensiones que se
han pagado. Es decir, el fisco ha financiado con subsidios, y con
dinero contante y sonante, tres cuartas partes de las pensiones que
ha pagado el sistema AFP. Si hacemos la comparación de las
cotizaciones de los afiliados con las pensiones que se pagan,
veremos que las cotizaciones de los afiliados -sólo las
obligatorias- duplican las pensiones que se pagan. Ese es el cuadro.
Tú preguntas dónde se va el dinero. Hay un chorro grande que se va a
los grupos financieros que emiten estos pagarés y estas acciones. La
alcancía está llena de estos papeles que emiten los grupos
financieros, que han recibido a cambio, dinero contante y sonante.
Hay otra manguera que sale de este chanchito, y va a los
administradores del sistema, es decir, las AFP y las compañías de
seguros.
- Recuerdo que en un estudio anterior, ustedes precisaban que uno de
cada tres pesos recaudados por el sistema, iban a las AFP y
compañías de seguros…
“Exactamente…y ahora lo confirmamos. Incluso más de uno de cada tres
pesos que ponen los afiliados se va para allá. Otra comparación
interesante es que lo que han sacado en primas y comisiones las AFP
y compañías de seguros, equivale, o se acerca mucho, a lo que han
pagado en pensiones. En otras palabras, el chanchito tiene, por una
parte, lo que le ponen los afiliados y el fisco todos los meses, y
por otra, una tetita no muy grande que va a los pensionados, en
pensiones muy magras y miserables, como reconoció incluso uno de los
panegiristas del sistema. Resulta que las AFP y compañías de seguro,
que son en el fondo cinco empresas, se llevan tanto dinero como el
millón de afiliados que hoy cobran pensiones”.
- A la luz de esas cifras, el sistema es un verdadero escándalo…
“Es un sistema de ahorro forzoso, en que se saca dinero del bolsillo
de los afiliados, equivalente al 13% del sueldo, y se saca, por otro
lado, una parte significativa de los ingresos fiscales, es decir,
del IVA y los excedentes de Codelco, y se traspasa directamente a
los bolsillos de las AFP y compañías de seguros y a los grandes
grupos financieros”.
- ¿Ese era el sentido último de la reforma de 1981 que privatizó el
sistema de pensiones; es decir, crear un mecanismo para trasferir
renta del trabajo al capital?
“Evidentemente. Ese era el sentido: echarle el guante a las
cotizaciones previsionales. Eso es el sistema”.
- Después de treinta años de experiencia ¿lo calificaría como un
fracaso total?
“Hay que calificarlo como lo que es: un sistema de ahorro forzoso,
porque esto va a continuar así para siempre, salvo, naturalmente,
que lo cambiemos. Está diseñado para esto. No es que en algún
momento el chanchito empiece a desinflarse, y estos papeles se vayan
a transformar en dinero en efectivo, que se pague en pensiones, que
por otro lado, sería lo lógico, ¿cierto? No. El chanchito va a
seguir engordando de papeles, porque siempre los aportes de los
afiliados y el fisco van a ser mucho mayores que las pensiones que
paga el sistema. Por tanto, siempre el dinero cotizado por los
afiliados y contribuido por el fisco se va a ir a los grandes grupos
financieros, y una parte equivalente a las pensiones se va a ir a
los administradores del sistema, o sea, AFP y compañías de seguros”.
-Por la vía de la reforma, pero sin alterar su lógica y su esencia
de acumulación individual ¿se pueden mejorar las pensiones?
“No, porque lo que está ocurriendo es que constantemente se está
yendo el dinero para otro lado. El dinero de las pensiones, el
dinero que se contribuye para pagar pensiones, en realidad no se usa
para pagar pensiones, sino en una pequeña parte. Dos tercios de la
recaudación se usan para otros fines: traspasar recursos de los
trabajadores a los grupos financieros, y remunerar a los
administradores, vale decir, AFP y compañías de seguros”.
- Siempre dentro del sistema, y por la vía de la regulación ¿se
podrían cambiar las proporciones?
“Dentro de la lógica de ahorro forzoso del actual sistema, no. Lo
que hay que hacer es taponar el sistema, de forma que el dinero que
se contribuye para financiar pensiones, se ocupe para pagar
pensiones. Así de simple. En otras palabras, hay que ponerle un
tapón a lo que se está yendo hacia los grupos financieros, y otro
tapón para lo que se están llevando los administradores, porque todo
esto lo puede administrar el INP o el IPS, sin mayor costo. Y eso lo
transforma en un sistema de reparto”.
- Una de las partes que me llamó la atención del estudio, remite a
los cálculos acerca del cambio de sistema, a la modalidad de
reparto. Según el estudio, al Estado le sale mucho más barato
hacerse cargo de la administración del sistema, y de pagar las
pensiones, en esencia, un sistema de reparto, lo cual permitiría,
además de mejorar las pensiones, un enorme ahorro fiscal. Quisiera
que desarrollara este punto…
“Es fácil. Si se termina el sistema, se ponen estos dos tapones, y
se transforma en un sistema de reparto, en que el dinero que entre
se use para pagar pensiones, cuál sería el balance. Anualmente están
entrando 5,8 billones de pesos (millones de millones, n. de la r.),
entre aportes de los afiliados y el fisco, que son como 4,4
billones, y subsidios fiscales, que suman 1,4 billones más. Total,
5,8 billones. Esos recursos ya no a irían a parar a los grupos
financieros o a los administradores del sistema, sino quedarían en
la alcancía, en el chanchito, y serían administrados por el fisco.
El fisco recuperaría estos 5,8 billones de pesos, y por supuesto
tendría que hacerse cargo de pagar las pensiones que pagan las AFP,
y seguiría pagando los subsidios que reciben esas personas. Pero
tendría que pagar sólo las pensiones que pagan las AFP, puesto que
las rentas vitalicias que pagan las compañías de seguros, tienen que
seguir pagándolas las compañías de seguros, porque se quedaron con
todos los fondos de los afiliados. Si no, tendrían que devolverlos.
El Estado tendría que hacerse cargo de las pensiones que pagan las
AFP, y los subsidios que reciben unas y otras, o sea, los que pagan
las AFP y las compañías de seguros. Eso sumó 1,1 billones de pesos,
el año pasado. Por lo tanto, el balance neto sería un excedente de
4,7 billones de pesos anuales, que equivalen al 3,6% del Producto
Interno Bruto de 2012. Eso permitiría duplicar todas las pensiones
que paga el sistema de AFP, para igualarlas con las que paga el
sistema público. El resultado es que el Estado recibiría un 3,6% del
PIB, lo que equivale a aumentar en 10% los ingresos fiscales
generales. Con esto, el Estado podría duplicar las pensiones, que es
hoy una demanda masiva del millón de personas que hoy reciben
pensiones del sistema de AFP. Tú no puedes tener un país sin
pensiones. Esto es insostenible”.
El Estado tendría que hacerse cargo de las pensiones que pagan las
AFP, y los subsidios que reciben unas y otras, o sea, los que pagan
las AFP y las compañías de seguros.
- En 2016 jubila la primera cohorte de los trabajadores que se
cambiaron al sistema de AFP, en 1981. Cuando sean no un millón, sino
tres o cuatro millones de trabajadores que comprueben en carne
propia lo que aquí estamos hablando ¿Cree que el peso de la crisis
política que eso implica obligará a cambiar el sistema?
“Sin la menor duda. Hay que arreglar esto, y no se puede arreglar
sin terminar con este escándalo. El sistema ya tiene un millón de
jubilados, es decir, empezó a jubilar gente desde los años ochenta,
con gravísimo perjuicio para todos ellos. Lo que sucederá a partir
de algunos años más es que se sumarán a ellos los que no tienen bono
de reconocimiento, porque sólo han cotizado en este sistema. Pero la
crisis ya existe y desde hace tiempo. Lo que hará es agravarse”.
- Para decirlo sin ambages ¿cree que la única solución es volver al
sistema de reparto?
“Pero, obvio. Sin la menor duda. Si no, cómo vamos a aumentar al
doble las pensiones. Porque si realmente queremos resolver el
problema, tenemos que duplicar el monto de las pensiones, como
mínimo, para igualar las pensiones del sistema público. Y la única
fuente de dinero para eso, es lo que los administradores y los
grupos económicos se están embolsando todos los meses. Cómo va a ser
presentable que la gente no tenga pensiones, mientras doce grupos
económicos, entre ellos cinco que son dueños de las AFP, se embolsan
anualmente, en dinero contante y sonante, puesto por los afiliados y
el fisco, el 3,6% del PIB. Es un escándalo. Y más encima, quieren
más aportes. Quieren que los afiliados y el fisco pongan más dinero,
y que se aumente la edad de jubilación”.
-¿Usted los ve preocupados?
“Ellos piensan que tienen el sartén por el mango, pero evidentemente
no las tienen todas consigo. Ellos saben que si cambia la situación
política, y hay una nueva Constitución, esto, junto con el cobre,
son las primeras cosas que se van a terminar, porque son tan
escandalosas, que se tienen que terminar, como ya las terminaron en
Polonia, Hungría, Argentina y Bolivia”.
- Sin embargo, para que ello ocurra en Chile, se requiere mayor
presión social, y con esto quiere decir que el problema, en último
término, es político…
“Bueno, la resistencia en esto es muy grande, porque la cantidad de
dinero que se están llevando, es descomunal”.
- Tan descomunal como la falta de información. De hecho, no he visto
ninguna referencia a este estudio en los medios…¿Qué se debe hacer,
a su juicio, para instalar el problema en el ámbito político?
“Desde luego, hacerlo parte de todo programa político. En el
programa de la CUT, por ejemplo, este es uno de los puntos. Esto no
entró en el programa del próximo Gobierno, y esa es una de las
razones por las cuales la CUT no adhirió formalmente a la
candidatura de Bachelet, porque este problema, y los derechos
laborales, no están incluidos en el programa. Pero la CUT va a
seguir presionando. Y como el problema es mucho, y la paciencia es
poca, lo que puede ocurrir aquí es que o se le da curso a esto
mediante una discusión constitucional que abra la llave para que
estas cosas se resuelvan, o el problema asumirá contornos
impredecibles”.
- El sistema se implantó por medio del Decreto Ley 3.500. ¿La
solución no es tan simple como cambiar un decreto ley?.
“No porque tiene rango de ley orgánica constitucional, y por tanto,
exige quorum calificado, lo mismo que para cambiar la propia
Constitución”.
- Esto me hace pensar que resolver esto, como la renacionalización
del cobre y la reforma a la educación, implica cambiar el paradigma
o modelo de desarrollo…
“Resolver esto es lo más fácil que hay, porque la cantidad de dinero
es tan enorme, que bastaría que si siquiera se le ponga el tapón
completo a lo que se están llevando ellos, sino que se cerrara un
poco el espiche. Bastaría que se terminara con las AFP, y el Estado,
a través de una AFP estatal, se hiciera cargo de la administración
de todo esto, y ya se cerraría el espiche que equivale al monto del
fondo de pensiones; o sea, con cerrar las AFP, ya se podría duplicar
el monto de las pensiones, dejando todavía un chorro que yaya a los
mercados financieros, cosa que también debería taponarse”.
- ¿Y qué sensación tiene respecto a la viabilidad del cambio de
sistema?
“Creo que no sólo es inevitable, sino que tiene que resolverse
luego. Un país no puede tener a sus profesores a sus jueces o a sus
trabajadores calificados sin pensiones. No puede discriminar a las
mujeres y darles menores pensiones que a los hombres. Las mujeres
son el único grupo que se le discrimina por sus expectativas de vida
distinta. Si fuera por eso, las pensiones de los sectores de altos
ingresos deberían ser menores, porque su expectativa de vida es
mucho mayor que la que tienen las mujeres en relación a los hombres,
o respecto al promedio de la población”.
- ¿En qué fuentes se fundamentó el estudio?
“En las cifras oficiales. Lo único bueno que tiene este sistema son
las estadísticas, que son maravillosas, porque es un sistema que
permite hacer un censo mensual de la fuerza de trabajo real. El
estudio tiene la siguiente metodología: son planillas de cálculo que
están en la red, y están enlazadas directamente a la fuente, de
manera que cualquier dato, por ejemplo que los subsidios público son
tres cuartas partes las pensiones pagadas, es posible rastrearlo
hasta llegar a las fuentes directas y públicas, principalmente la
Superintendencia de Pensiones, que tiene muy buenas estadísticas,
magníficas. Tanto es así que esas ´lanillas se actualizan en forma
automática, porque tenemos el vínculo directo. Es decir, google va a
mirar la página de la superintendencia, saca el dato, lo elabora con
las fórmulas que le pusimos a esas planillas de cálculo y finalmente
entrega el dato, como el que acabo de mencionar”.
- ¿Y no le llama la atención que nadie debata ni refute los datos
del estudio?
“No, para nada. El silencio representa la línea de menor costo y el
mejor expediente para no difundir más estos resultados. Ellos se
mueven en esto de una manera completamente inmoral. Por ejemplo,
contratan “expertos” que hacen estudios que demuestran teóricamente
que las pensiones chilenas serías las que tiene las tasa de
reemplazo más altas del mundo, respecto del sueldo último, mejores
que las pensiones alemanas”. }
- Pero eso es ridículo…
“Ridículo. Las cifras reales muestran que una jueza que gana tres
millones de pesos, a pesar de haber cotizado toda su vida por el
tope, sin fallar un solo mes, saca una pensión de 330 mil pesos,
menos de la décima parte de lo que ganaba como activa. Esa es la
realidad. Ellos concluyen que la tasa de reemplazo es de un 80%. Y
cómo lo hacen: sacan un promedio de lo que saca la gente y lo
comparan con lo que ha aportado en los últimos diez años. Como es
tan precario el empleo, y los dos tercios de los chilenos cotiza un
mes de cada dos, el promedio es inevitablemente bajo, y eso lo
comparan con la pensión que sacan. Y en la pensión que sacan,
incluyen los subsidios públicos. Y resulta que los subsidios
públicos para la mitad de las pensiones, representan el 73% de las
pensiones que reciben los afiliados. Esa es la seriedad con que se
maneja esta gente. Comparan subsidios públicos con contribuciones
que on un mes sí y el otro no”.
Las cifras reales muestran que una jueza que gana tres millones de
pesos, a pesar de haber cotizado toda su vida por el tope, sin
fallar un solo mes, saca una pensión de 330 mil pesos, menos de la
décima parte de lo que ganaba como activa. Esa es la realidad.
- Me resulta difícil encontrar una lógica detrás de este sistema, y
más difícil aún explicarme como se sostiene…
“La lógica es la de un sistema de ahorro forzoso, que le saca dinero
a los afiliados y al Estado, y lo inyecta a los mercados
financieros, los que se hinchan de plata, y algo de eso chorrean.
Algo de eso le llega a las empresas, y las empresas con eso
invierten”.
- O sea, un autorretrato del modelo…
“Pero, claro. Esta es una de las principales fuentes de la
desigualdad del ingreso. En rigor, son tres las principales fuentes
de desigualdad. La primera, es el cobre, por supuesto. Lo que se
llevan las transnacionales en renta equivale, más o menos, al 9% del
PIB. Esas son las utilidades antes de impuestos. Esas son rentas, es
decir, dinero que nos pertenece a todos, porque proviene de un
mineral que de acuerdo a la Constitución, nos pertenece a nosotros.
Después, vienen los intereses de las tarjetas de crédito, los
intereses de los créditos de consumo y los intereses de las tarjetas
de las casas comerciales, que en conjunto, representa el 4,5% del
PIB. Y la tercera fuente de desigualdad del ingreso es esta, porque
se lleva el 3,6% del PIB. Si sumas esos tres conceptos, tienes el
18% del Producto Interno Bruto, que se está sacando a los
trabajadores, y pasando a los empresarios. Si ese 18% lo recuperas,
la porción de la torta que hoy reciben los trabajadores, que es 35%,
según el Banco Central, subiría automáticamente a 53%, con lo cual
la distribución del ingreso se normaliza, porque en los países
desarrollados esa proporción es del 60%”.
- Eso me parece promisorio, desde el punto de vista de un nuevo
modelo de desarrollo…
“Por supuesto. Basta resolver estas tres cosas, y estás listo.
- O sea, en qué topamos…
“Exactamente”.
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