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EsSalud lo sabe
Jorge Paredes Romero
Periodista y humanista peruano
Recuerdo hace varios años, tenía aun manuscrito en donde anoté
durante 15 años todas las peripecias que pasé en el sistema de
seguridad social de mi país, una asombrosa colección de
experiencias, en las cuales anotaba todos los casos que observé, en
las muchas veces que estuve hospitalizado en alguno de los
nosocomios de la seguridad social y es que en una oportunidad
apareció alguien que si tuvo compasión de mí y me hizo olvidar todos
los malos ratos que pasé, en manos de personal en verdad insensible
y que aleccionado por el Sistema simplemente lo único que hace es
dejarte sufrir, en medio de las carencias y limitaciones a las que
se ve expuestos muchos trabajadores del Sistema, entre enfermeras,
médicos y administrativos, que solo se dejen llevar por las
directivas consignas o costumbres a las que ya se amoldaron y
totalmente insensibilizados, solo te arrastrarán a esas
experiencias, sin el más mínimo gesto de inconformidad, pareciera
que ya están acostumbrados, a ver a miles de pacientes sufrir esas
carencias y sencillamente se han acostumbrado al dolor ajeno y solo
se dejan llevar.
Cuando me encontré con una persona sensible, es que destruí ese
manuscrito, pero quizá algún día me ponga a recordarlo, porque
durante los años subsiguientes volví a ver esas penosas
experiencias.
Hoy solo me acostumbré a seguir una regla, la de autoayuda y a
recibir la ayuda de mi familia y es que esos dos factores han
conseguido que durante estos 43 años pueda resistir. Si EsSalud
pudiera prestar atención, a cuanto tuve que aprender para superar
dificultares, de seguro las pondría en práctica, de toda forma cada
una de esas cosas las compartía con diversas enfermeras, con las
cuales compartí en algún momento y así es que me sentí en alguna
forma útil.
Pero que si estoy seguro, es que gracias a ello es que he conseguido
sobrevivir, cómo he conseguido aprender muchas cosas, para poder
sobre todo resistir estos penosos años que han sido duros, aprender
a darle utilidad a cada cosa que va quedando, de algo que utilicé en
algún momento, como impedir tener accidentes dentro de las
limitaciones físicas a las que tuve que enfrentar todos estos años,
todo ello me proporcionó confort y me permitió superar momentos
difíciles.
El mejor uso de ciertas medicinas, como precaver la falta de
jeringas, como conseguir mejor resultado con ciertos medicamentos,
como enfrentar carencias de insumos biomédicos, es decir de cada
privación, de cada carencia, sacaba lecciones que me permitían
afrontar cuando EsSalud dejaba de darme ciertas cosas y es que tener
que resistir 43 años con la parálisis a cuestas no es fácil,
aprender a reparar cierta cosas en la silla de ruedas, como
trasladarme mejor estando impedido por una triparesia, como curarme
solo y muchas cosas que podrían parecerle difíciles a un paciente,
uno tiene que aprender a veces sin la guía de un profesional,
simplemente tener que hacerlo, porque de ello depende tu
sobrevivencia o tu comodidad.
Tal vez lo más difícil de afrontar es el dolor, pero también tuve
que aprender a soportarlo y a sublimarlo, o quizá encontrar la forma
de aliviarlo aun sin medicinas, pero el sufrimiento que te acosa es
quizá el mejor acicate, la mejor maestra la mejor medicina.
En todo esto han tenido que participar primero mi madre, mis
hermanos, luego mi esposa, mis hijos, conforme crecían y hasta mis
amigos, quienes poco a poco comprendieron mis limitaciones y
aprendieron a respetar ciertos espacios y ayudarme en otras
circunstancias.
De todo esto es consciente EsSalud y por ello es que muchas veces
nos “abandona”, dejando que nosotros mismos solucionemos nuestros
problemas, ello nos ocasiona muchas veces sufrimientos y no siempre
resulta aleccionador, sino solamente aumenta tus límites, umbrales
de tolerancia. Siempre me acompañó la resiliencia, como una hermana
ha convivio conmigo estos años, ya es el estoicismo quien resulta tu
compañera, sino la misma rabia de no poder decirles en su cara
pelada a estas personas, que sus omisiones, las deficiencias que
ellos cometen, nos ocasionan sufrimiento, especialmente esos vagos
de logística, que son los que más maldades cometen, pero también los
de la oficina de atención del asegurado o la defensoría del
asegurado quienes simplemente recepcionan tu queja y pocas veces le
dan trámite, pareciera que solo fungen de muro de contención y que
pase el siguiente…
Quizá los que más tienen conciencia de estos sufrimientos por las
carencias son algunos, no todos los médicos son los más conscientes,
los que por lo menos te dicen le comprendo Sr. Paredes, pero no está
en mis manos solucionarlo, es el Sistema.
Si pues, es el Sistema, el que desde alguna parte del mundo ha
presionado para que las cosas sucedan así y que la base de la gran
pirámide sea la más sufriente, la que tenga que resistir tolerar las
carencias y las negligencias y ellos lo saben pero están
acostumbrados a ser causa de sufrimiento y es su forma de vivir.
La familia muchas veces, se siente impotente de poder solucionar y
no tiene más alternativa que alejarse de tu lado o si es más
valiente recostarse a tu lado y consolarte frente a la presencia de
un dolor que ya ni las pastillas ni los inyectables pueden aliviar.
He conocido incluso médicos que se sienten impotentes siendo
profesionales, frente a la incapacidad de poder aliviar el dolor
indecible de sus padres o sus propios hijos frente a la enfermedad,
que va arrebatándoles a su ser querido de su lado, pero unido a esa
pena está también la de compartir el llanto o el grito de aquella
persona sufriente, que apenas puede soportar con las inútiles
pastillas o inyectables que EsSalud te da y que ya poco o nada hacen
para calmar tu dolores.
Tal vez en algún momento me arme de valor y empiece de nuevo a
escribir aquello que recuerde o lo dicte a alguien que pueda
ayudarme ya que quizá no esté en condiciones de escribir, de seguir
siendo valiente y valerme del teclado y la Internet, a darle vida a
un ensayo social, sobre las experiencias dolorosas de un paciente de
EsSalud .
Jorge Paredes Romero
DNI 10380914 |
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