EN MI PERÚ

Jorge Paredes Romero

  4 de Agosto del 2010  

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¿Será todo casual? a veces pienso que no...

 

El año 1971 significó para mi vida como estudiante, la época más brillante y digna de recordar, cursaba entonces el cuarto año de la Escuela de Psicología en la Universidad San Agustín de Arequipa, estaba a punto de terminar mi carrera. En ese entonces había ya publicado, gracias al apoyo del Centro de Estudiantes de la Escuela de Psicología de dicha universidad, un ensayo titulado “La casa del jabonero” en donde denunciaba abiertamente sobre los abusos y omisiones que el sistema desarrollaba, en la actividad carcelaria de Arequipa en particular, pero de manera general en todos los establecimientos penales del país.

A raíz de ello se formó una Comisión Ministerial que nos visitó en Arequipa, estaba en esos tiempos dictando conferencias, dando entrevistas, etc., pero paralelamente sucedieron una serie de eventos misteriosos en mi vida. Hoy me dedico a denunciar todo caso de injusticia social que se da en el país y llega a mis manos, lo hago de diversas maneras, escribiendo como free lancer, en comentarios en red, y desde la dirección de una revista virtual Sociedad Latina y ahora como Relacionista de Aduspe. Entonces está bien claro que no soy persona muy cómoda para el sistema corrupto que atosiga a nuestra ciudadanía con sus abusos y maltratos. Esto vengo haciendo desde cuando tenía 16 años de edad, en que fundé en mi ciudad de origen, Mollendo, el semanario "La Razón", que no logró ver más que tres números, pero hicimos lo que entonces deseábamos hacer: Periodismo.

El 6 de Agosto de 1972, o sea hace 38 años, sufrí un accidente automovilístico a raíz del cual quedé con una lesión vertebro medular a nivel dorsal 8 (TVM D-8), fui llevado, por la cercanía, al Hospital Nivel II de EsSalud "Manuel de Torres Muñoz"  de Mollendo, pero allí, lamentablemente no existía neurocirujano, como que hoy 38 años después, en dicho hospital tampoco existe dicho especialista, además de otros que a mi juicio son elementales en un nosocomio ubicado en una zona tan estratégica, industrial, portuaria y agrícola como es la provincia de Islay. Me tenían allí en una cama sin hacer mayor cosa, de modo que mi familia me traslada a la ciudad de Arequipa, donde fui internado en una clínica particular e intervenido quirúrgicamente por el Dr. Gustavo Rondón Olazábal, también de manera privada.

Un mes después fui trasladado por vía aérea a la ciudad de Lima, en donde el Dr. Marco Gonzales Portillo, neurocirujano, me interviene en una nueva laminectomía, previo internamiento en la clínica Maison Sante como requisito. Después me entero que dicho profesional solo atinó a abrir y cerrar la zona operatoria, porque ya no había nada que hacer. La cuenta por honorarios y gastos de clínica ascendieron a cerca de 30,000 soles en Octubre de 1972. ¿Acaso no sabía este eminente profesional que una laminectomía debe hacerse en horas a más tardar del accidente? ¿Por que aceptó ser contratado meses después?

Este neurocirujano, al ver que el dinero se nos acababa, “recordó” de pronto que era director del departamento de neurocirugía del Hospital estatal “San Juan de Dios” del Callao, por lo que se me traslada allí, gracias a que dicho neurocirujano recordó que podía también atenderme allí, con la única diferencia que no nos pasaría factura, porque esta ya estaba cancelada. Treinta mil soles por nada… resultó la estadía hotelera más cara que hemos pagado en la vida.

En el mes de Febrero de 1973 el entonces Seguro Social del Perú asume mi cuidado y soy trasladado al Hospital Rebagliatti en donde se realizan unas operaciones de cirugía reparadora y se me indica un soporte ortopédico con apoyo isquiático. ¡Gran error!, una persona que tiene mi diagnóstico requiere un soporte con banda pélvica, pero ese bendito apoyo isquiático provocó una lesión justamente en ese hueso, isquion, lo que ocasiona luego de unos meses de ejercicios en paralela con esos soportes, una ulcera de presión en la zona isquiática, la cual es operada y supuestamente superado, pero la lesión había quedado allí impresa para siempre y fue lo que ocasionó más tarde grandes problemas en los que casi pierdo la vida.

El mes de noviembre de 1981 fui internado por cuenta del seguro en la clínica Maison Sante, en donde fui objeto de una mala praxis paramédica: Se me cateterizó con una sonda Foley y el globo fue erróneamente inflado estando en uretra lo cual provocó una lesión uretral y la consecuente sepsis, ya que tenía infección urinaria, la misma  que fue superada después de una dosis masiva de antibióticos (gentalyn, intropin, etc.) lo cual provocó la pérdida del oído derecho y el 40% del oído izquierdo. Esta lesión ocasionó algo que años más tarde me traería problemas y lo relataré después.

Esta herida de la zona isquiática fue operada varias veces, la ultima en los años 80 lo hizo un grupo de médicos en el sótano del edificio del seguro, en Arenales cuadra 14, por cuenta del servicio de PADOMI quienes entonces se proveían de profesionales de la salud mayormente del hospital de la Policía. El médico que me operó es el Dr. Paredes a quien le supliqué que por favor interviniera con un traumatólogo para ver la lesión en el isquion, pero él me dijo así:  "Mire Ud., a mí me dijeron que solo haga una plastia y eso haré…”

Ahora bien, el año 2001, luego de una serie de curaciones de parte de personal paramédico de PADOMI EsSalud, sucede que esa zona del isquion había sufrido una osteomielitis, debido a la acumulación de líquidos con los que era curado estando en posición cubito ventral, los cuales por gravedad se depositan en la zona interna quizá por medio de una fístula que llegó a infectar el hueso. Tal fue la infección que esta devino en una nueva sepsis. Llamamos al servicio de ambulancias STAE de EsSalud, vinieron y nos dejaron la mágica medicina de EsSalud: Paracetamol y se fueron. Yo ardía en fiebre, entré en un proceso de nauseas, vómitos y desarreglos intestinales, los cuales eran claramente identificados como una pre sepsis, de modo que volvimos a llamar a STAE y al venir nos reprendieron, que no debemos molestar y que ya me dejaron paracetamol, eso es suficiente y se fueron.

Horas después ante la gravedad, mi familia opta por llevarme de emergencia al hospital Almenara en donde soy internado con sepsis, estuve interno  tres meses con más de 8 bolsas de sangre, dos meses de alimentación enteral y con un cuadro prácticamente agónico, del que salí gracias a la intervención de un caritativo médico que dijo a mi familia que lo único que podría salvarme era alimentación enteral y que en almacén tienen esos dispositivos. Dicho sea de paso, de emergencia del hospital Almenara me llevaron al Policlínico Grau, donde, cosa rara, una enfermera me dio una “medicina equivocada”, menos mal hicieron algo para ayudarme a superar el impase, pero luego ante mis comentarios sobre ello y sobre la forma como algunos pacientes morían en las noches, fui trasladado nuevamente al Hospital Almenara.

Bien, ante la insistencia familiar y ya con esa información, pues salió esa bomba del almacén fui alimentado con productos químicos (alimentación enteral) y salvé la vida, pero se me extrajo parte del fémur y fui sometido a cinco intervenciones de limpieza quirúrgica, hoy no tengo ya parte del fémur derecho. Allí lo vi a ese Dr. Paredes, pero quizá no tuvo memoria de mi caso o si lo tuvo pues implemente actuó fríamente ante mi caso tan desesperado.

Tiempo después retorné a dicho hospital y fui operado definitivamente de esa herida, ahora si con ayuda de cirugía reparadora y traumatología, por un auténtico médico, el Dr. Andrés Mendoza Arteaga, desde allí no ha vuelto a recidivar esta ulcera, pero era ya tarde, perdí el fémur y la posibilidad de bipedestar.

El año 2009 después de más de un año de espera, fui internado en el hospital Almenara en el servicio de Urología, allí se me detectó un divertículo uretro escrotal consecuencia de aquella lesión ocasionada por la mala praxis del año 1981, cuando es inflado el globo de una sonda de Foley a la altura de la uretra, es decir sin haber sido pasada toda y estar ya en vejiga. De modo que el error del año 1981 demoró 28 años en ser superado y solucionado, de allí extrajeron una piedra demasiado grande, la pueden ver aquí.

Fui enviado a casa y en otra oportunidad, en octubre del 2008, en que era cambiada esa sonda de Foley, un enfermero de Padomi -  EsSalud, realiza la misma mala maniobra de hace 27 años, e infla nuevamente el globo de dicha sonda estando en uretra, se produce el sangrado, es retirada la sonda y cuando el enfermero llama al servicio de urgencias de PADOMI le dicen que lo lamentan que están saturados no pueden ayudarle, de modo que tuve que ir en un taxi con la ayuda de mi familia a un hospital cercano “Marino Molina de EsSalud, donde no pudieron atenderme, el problema se suscitó  las 5.30 p.m. me tuvieron esperando varias horas en ese hospital Molina y el servicio de ambulancia STAE nunca llegaba,.

Recién a las 12 de la noche, es decir  seis horas y media después, fui atendido en el servicio de emergencia del hospital Sabogal de EsSalud y retornado a mi domicilio. Desde aquel día hasta hoy, nunca un especialista me ha visitado sobre el tema, no he sido evaluado, supuestamente nadie sabe sobre esta mala praxis y la defensoría del asegurado de EsSalud a quienes me dirigí me han respondido con esta carta. ¡Eso es todo! Han transcurrido casi dos años y no pasó nada... pues aun no he muerto...

Obviamente dentro de unos años si aun vivo, se presentará un nuevo divertículo uretro escrotal y una nueva piedra… o sabe Dios qué problemas vendrán. Lo cierto es que gracias a Dios no tenía infección urinaria porque sino mi final hubiera sido allí no creo resistir una tercera sepsis.

Esto que relato es superficial, lo mas resaltante, pero hay demasiadas cosas alrededor de mi vida y EsSalud, que merecerían ser investigadas y creo ser merecedor de una reparación civil y cuidados referidos a todo lo mal actuado. Lean este otro articulo 37 años de lucha por Seguridad Social en Perú

La pregunta es ahora: ¿Cuántos casos hay en EsSalud que han tenido estos mismos procedimientos? A mi juicio hay miles y muchos de ellos no podrán reclamar porque están ya bajo tierra. En algún momento hasta pensé que desean eliminarme… ¡No pensaría Ud. Igual?

Jorge Paredes Romero

Periodista y Humanista peruano

www.enmiperu.com

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