|
La mala experiencia de una
democracia prostituida
Jorge Paredes Romero
Periodista y
humanista peruano
Se tiene que haber vivido un buen tiempo, para poderse dar cuenta
que Perú ha sido siempre un país rico, privilegiado con diversidad
climática, regiones con recursos que parecieran nunca acabar, sin
embargo vemos que es la pobreza la que nunca acaba, pero eso no
significa que seamos pobres, sino que nos están empobreciendo.
Del mismo modo he visto como en diversas épocas, en los casi dos
siglos que tenemos de existencia como república, son otros los que
han echado mano de nuestras tierras e indolentemente Perú las ha
cedido, igualmente he comprobado que estamos siendo vilmente
utilizados por otros poderes ajenos y son ellos los que están
administrando el país a su antojo y todo eso gracias a que los
llamados políticos nacionales, han vendido su conciencia y se han
colocado al servicio de esos poderes foráneos.
La población proceso tras proceso, viene eligiendo a quienes dicen
representarle, sin embargo estos seudo políticos se ponen al
servicio de los saqueadores y han venido traicionando al país,
creando leyes contrarias a la lógica y la razón, sin embargo las
hacen prevalecer, porque detrás de ello están las fuerzas
pretorianas que solo obedecen a quienes les pagan sus salarios, sin
comprender que es el pueblo el verdadero propietario de todo cuanto
existe y se da en este hermoso país.
Cuando hay elecciones, como las de abril del 2016, surgen hombres de
buena voluntad, pero también aquellos cómplices y traidores se
transforman benevolentes, más ahora también hay mujeres que se
colocan máscaras bonachonas y empiezan a recitar promesas, a pedir
perdón y a regalar sonrisas, bailes y degustan la comida del
triciclo y ensayan pasos de bailes populares, son cómicos
temporales, que solo buscan el voto del ignorante que siempre les
prefiere y lo consiguen, de otro modo no me explico cómo es que
tantos ladrones y otras tantas hipócritas damiselas, terminan
apropiándose de curules y hasta ensayan y pretenden ser presidentas.
Lo cierto es que el ogro se vuelve payasín, la bruja se torna
Blancanieves y los pocos bienintencionados politiqueros nada podrán
hacer, en un parlamento que siempre es digitado desde poderes desde
el exterior y por los fajos de billetes, jamás podremos apreciar una
ley que redima los sufrimientos populares, siempre son leyes que
favorecen al poderoso y al saqueador, el pueblo solo espera, tiene
esperanzas y su fe es infinita.
Abril del 2016, hubiera sido la fecha del castigo a estos
politicastros de a dos por medio, tendríamos que ejercer el poder
que nos pertenece y no sea solo un adorno por unos instantes de
gloria, en los que nos sentimos electores de gobernantes, cuando en
realidad es probable que ni sean contabilizados esos votos, sino que
allá en los palacetes se designen a dedo los más aptos para que
sigan apoyando latrocinios, saqueos y corruptelas.
No entiendo cómo es posible que millones de peruanos hambreados no
seamos capaces de elegir alguien que en verdad sea el que recupere
el país y nos lleve a un cambio que en verdad nos haga sentir que
somos ricos, que decidimos, que nos gusta caminar al desarrollo, que
ya no buscamos la contienda callejera y que en verdad queremos sanar
a nuestros enfermos, educar a nuestros iletrados y dar trabajo a los
desheredados de fortunas, pero no, estamos listos a colocar rojas
alfombras cuando llega el que nos estafa, el que desde lejos nos
digita y ordena, dispone y decide la economía que tengamos que
respetar y el que nos representa está llano a hacer venias y acudir
al besamanos ¡Qué desagradable escenario para una tragicomedia, que
siempre se reitera y nunca acaba!
Es hora que reaccionemos y comprendamos que somos dueños de
intelecto que decide y de una conciencia que dispone y no somos solo
el eco de esos falsos discursos y que al final solo marcaremos en la
cédula electoral, el rostro que irradie simpatías, el que hizo
mejores promesas o el que tuvo mejor maquillaje para sus mentiras
¡Ojalá! para el 20121 todavía pueda ver el cambio y recién me iría
en paz de este mundo ¡Ojalá!
|
|