HOY ESTUVE EN UN ALMUERZO DE NUESTRO QUERIDO CLUB MOLLENDO...  y entre tantas caras conocidas que me llevaron por caminos del ayer, se alzó como un gigante con su personalidad inconfundible y su voz tan querida, tan recordada. Si, era nuestro amado profesor del sexto año de esa primaria que nunca se fue de nuestros recuerdos y la gratitud que nunca pagará los lindos días que pasamos con él, el abrazo y el beso dado al maestro que mas gratos recuerdos tengo de esa época,  me emocionaron y unas lagrimitas disimuladas se me cayeron.

Verlo tan bien después de tanto tiempo y después de decir su poema a la madre, fue como un regreso al pasado y los días de ese año desfilaron por mi mente y aquí se las confío dentro de mis pobres posibilidades.

Corrían los primeros días de abril de 1950, entrábamos al sexto año de primaria, solo era mudarnos de un salón contiguo al que llegamos, Uds. saben la emoción del primer día, ya teníamos referencia del maestro de ese año, mas todo eso no era lo que esperamos, entró un señor de bigotito, al que nunca lo llamaríamos maestro o profesor, simplemente era el Señor Delgado, nunca creo en mi vida pude decir a alguien señor, como le decíamos a esta persona, que llenaba todos los requisitos para llamarle señor, porque eso fue y es el espejo del respeto, caballerosidad y de la honestidad, es lo que rescato de su poética personalidad.

Cómo olvidar al maestro que nos hizo amar la buena lectura, cómo olvidar a aquel señor que nos hacia soñar con los ojos abiertos, con los relatos de los libros de Mark Twain, Salgari y otros tantos, gracias mil por eso.

El club de los pingüinos, su creación que hacia que todos los alumnos sean igualmente amigos entre todos, nunca le recuerdo hacer diferencia con algún niño, siempre el mismo respeto y dedicación para todos, recuerdo el Día del Colegio para el paseo de la noche desfilamos, con pingüinos de antorcha, que fue también su creación, muy comentada por su originalidad.

También viene a mi recuerdo la cooperativa de pinturas, pinceles y el aguarrás para la limpieza de los mismos, la verdad que no dio utilidades, pero permitió que todos tuviéramos acceso a todos los colores de pintura y pudiéramos terminar con los trabajos manuales en madera, primero aprendimos a tallar, luego a calar y hacer el maravilloso conejo con patitas rodantes.

Pero lo impactante de su educación, tan amiga de las bellas artes, sobresalía cuando nos recitaba sus amados poemas, entre ellos y es lo que me quedo por siempre en la memoria.

Señor Delgado, para Ud. mis respetos, para Ud. el mejor de los recuerdos, para Ud. mi corazón agradecido, para Ud. solo para Ud. el saludo de presentes y seguro también de los que ya no están con nosotros.

JOSÉ CASAPIA VALDEZ
ROBERTO ABUSADA Q.E.P.D
JORGE CASTRO MÁLAGA
FILAMIR ESQUIVEL
JORGE ESPINOZA
EDDIE MANRIQUE CASTILLO
RAÚL VALDIVIA SANTILLANA
GUILLERMO ROMERO V.
PEDRO TICONA
JORGE GARCÍA ALEMÁN
ALFREDO CHIRINOS Q.E.P.D.
JAIME VELANDO FRANCO Q.E.P.D.
JAIME CEVALLOS Q.E.P.D.
JESÚS FUENTES
ANDRÉS FUENTES
MANUEL PASTOR
BENIGNO LOPEZ ALARCÓN
EDILBERTO SALAZAR BECERRA
ENRIQUE BUSTAMANTE OLIVA Q.E.P.D.
BERLI CORNEJO APAZA
ADRIÁN GONZÁLES POLAR
ALVARO ESCALANTE NIEVES
JORGE BOURONCLE LOAYZA
RAÚL NÚÑEZ GRANDA
FILIBERTO CALIENES ALEMÁN
JULIO RETAMOZO
PEDRO HERRERA
EDGARD O·BRIAN CHAVEZ
IGNACIO MIEDZIANAGORA Z

Estos nombres son los que me vienen a la memoria, mil perdones a los no mencionados, solo estos están en este momento en mi memoria, espero Señor Delgado que le sirvan de grata recordación, estos fuimos sus hijos postizos del sexto año de primaria del Colegio Deán Valdivia en el año 1950.