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Una sublime visita de valioso contenido
Jorge Paredes Romero - Educador y humanista peruano

Una fecha que pasa a ser inolvidable,
llegar a conocer a Pilar Quenés Torres, hija de Doña Consuelo Torres
Tello, más conocida como "La madre de los cerros" y nosotros
deseamos llamarle "El consuelo de los pobres", vino acompañada de
nuestra Vicky Zamora, cantante peruana que triunfó en su momento y
ahora en su faceta artística reverdece lauros, pintando en Europa,
y tuvimos una amena conversación con Pilar, quien es educadora y
compositora, cuyas canciones grabó nuestra famosa Jesús Vásquez.
Por ahora solo deseamos hacer hincapié,
en que buscamos y deseamos de corazón para Consuelito, el Premio
Asturias, como un merecido honor y reconocimiento de la humanidad, a
quien se ha preocupado con amplia visión, porque además tiene otros
méritos, de temas dedicados a los niños, a los pobres, a la mujeres
y a los peruanos en general, estoy seguro que cuando publiquemos aquí una síntesis de su
vida, que lo haré dentro de poco, entonces moveremos conciencias
para lograr este cometido, El Premio Asturias.
De momento les dejo con un artículo
publicado en el diario "La Republica" hace 9 años, hoy es 24 de
Noviembre del 2014, cuyo texto nos lleva a la misma intención.
"Príncipe de Asturias" para ella

http://www.larepublica.pe/21-08-2005/principe-de-asturias-para-ella
Consuelo Torres dedicó parte de sus 87 años a ayudar a los pobres
de su distrito. Es fundadora y presidenta del primer club de madres
del Perú, en El Agustino (Lima), y promotora de la ‘Taza de leche’.
Consuelo Torres recuerda los días en que, junto a vecinas de El
Agustino, entregaban las “tazas de leche”. Sobre estas líneas, una
imagen del recuerdo.
Para tener en cuenta
OTROS PREMIOS. Recientemente, la Municipalidad Metropolitana de Lima
otorgó a Consuelo Torres Tello el Premio Minerva en el Día
Internacional de la Mujer. AQUÍ Y ALLÁ. El municipio de San Juan de
Miraflores también la distinguió como ilustre vecina del distrito y
en El Agustino fue reconocida en varios actos públicos. Incluso un
parque ubicado en el límite de San Luís y El Agustino lleva su
nombre.
FUNDÓ EL PRIMER COMEDOR POPULAR • Consuelo Torres dedicó parte de
sus 87 años a ayudar a los pobres de su distrito.
• Vecinos la proponen a reconocido premio internacional en categoría
de la Concordia.
Escribe: Susan Montalvo.
Foto: Yanina Patricio.
Una grata noticia. Consuelo Torres Tello, fundadora y presidenta del
primer club de madres del Perú, en El Agustino (Lima), y promotora
de la ‘Taza de leche’ (iniciativa de un grupo de madres de ese
distrito para ayudar a centenares de niños y madres pobres), podría
recibir un reconocimiento internacional.
Ella ha sido nominada al Premio Príncipe de Asturias en la categoría
de la Concordia, el cual es brindado a personas e instituciones que
luchan contra la injusticia y la pobreza. Así lo dio a conocer su
hija Pilar Quenés Torres, quien recibió hace unos días la noticia en
la Embajada de España.
Apoyo vecinal
Consuelo, de 87 años, fue propuesta a este premio por los pobladores
de los asentamientos humanos de El Agustino, en reconocimiento a su
trabajo por los más necesitados. Y es que ella promovió la creación
de diversos programas de ayuda social para niños y familias pobres
de ese distrito.
“Si este premio llega al Perú a través mío, se lo dedicaré a los
pobres que no tienen nada”, dice Consuelo, quien asegura estar
satisfecha y agradecida con la vida.
Constantemente la visitan madres de familia y vecinos llevándole
alimentos y regalos en agradecimiento a la ayuda que ella alguna vez
les brindó.
“Todo eso me alienta. Yo he vivido solo para que los más pobres
puedan tener acceso a la salud y educación”, cuenta desde su casa,
ahora en el distrito de San Juan de Miraflores
El primer club
Consuelo recuerda muy bien el día en que fundó el primer club de
madres: el 13 de enero de 1957.
“Solo había oscuridad y niebla en El Agustino. No teníamos luz ni
agua. La vida era más difícil que ahora”. Por eso, decidió que ella
debía hacer algo por el bien de su pueblo.
Pero su tarea no fue nada fácil. “Sufrí muchas amenazas de quienes
no querían que continúe con mi trabajo. Mi familia tenía miedo, pero
no me eché para atrás. Hasta me llevaron presa varias veces.
Recuerdo que en el penal de Trujillo me recluyeron en los
calabozos”.
Consuelo ya no tiene la fortaleza de antes. “Hace unas semanas
tuvieron que operarme de la vesícula, de emergencia”, relata.
Se encuentra débil y sufre de presión alta, pero continúa con la
voluntad de hierro que siempre la caracterizó. “Mientras tenga vida
seguiré trabajando por el pueblo”. Es su filosofía de vida.
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