Quienes hemos cruzado ya la línea de las seis décadas, tenemos la suficiente información que nos permite dudar, que los países latinos (de seguir bajo la tutela de los políticos trasnochados), saldremos en la rutina de ser solamente proveedores de materia prima a todo nivel, y es que no solo proveemos a los países desarrollados, granos, fibras y metales, sino también seres humanos y es lo que ha venido a llamarse fuga de cerebros, pero que otros más audaces lo identifican como un claro robo de inteligencias. Pero esto no queda solo allí, sino que, como parte de los planes siniestros de quienes siempre se creyeron los amos del mundo y para ello la historia nos ayuda: egipcios, griegos, romanos y anglosajones, se preocuparon por posponer la atención de lo fundamental y se arrogaron el privilegio de ser los únicos poseedores de la técnica y las armas, incluso de decidir los destinos de los demás.

Hoy vemos con estupor como se permite la sanguinaria masacre del pueblo libanés y quienes se dicen defensores de los derechos humanos se hacen de la vista gorda y dan su bendición a los ejecutores de tales crueldades.

En Perú, que es donde vivo, acabamos de ser testigos de un cambio de gobierno. Para muchos existe la esperanza que este cambio signifique superar injusticias y remontar la extrema pobreza que aun oprime a un amplio sector de la población peruana, sin embargo, tenemos una pequeña puerta abierta a la esperanza, pero hay otras puertas más grandes, por donde fugan las riquezas del país, con el beneplácito de los dueños de empresas que siempre se dedicaron a expoliar el país, con la ayuda de los malos políticos.

Finalizando su mandato, el Sr. Alejandro Toledo se desesperó por dejar firmado, oleado y sacramentado un Tratado de Libre Comercio con los EE.UU., lo cual a juicio de muchos era parte de su compromiso con los grupos de poder, aquellos que le permitieron ocupar el sillón presidencial, de allí el “si o si” que pronunció ante el embajador de los EE.UU. en su debido momento, haya sido tan enérgico y estentóreo.

En el país existen una serie de sectores poblacionales, que por siglos vienen sufriendo segregación, olvido y postergación, por ejemplo las masas de pequeños agricultores a los que ahora se les promete créditos, como si esa fuera la solución al problema productivo, cuando debería implementarse técnicamente a quienes tienen tierras, para con ello mejorar la producción, al mismo tiempo pensar en el valor agregado que requieren los cultivos peruanos, para que en vez de estar exportando insumos lo hagamos con alimentos procesados, conservas, productos listos para la mesa, de quienes los requieren. Del mismo modo debería suceder con los metales y las fibras textiles. ¿Hasta cuando continuaremos cargando barcos metaleros, con destino a las empresas de ultramar encargados de laminar y transformar nuestros metales, en máquinas que luego nosotros mismos compramos? Recuerdo cuando trabajaba en alo 1961 en una agencia de aduanas en Mollendo y se embarcaban fardos de lanas peruanas hacia textiles extranjeras donde elaboraban telas, que luego retornaban a las tiendas de Perú o en ropas que se vendían en los almacenes Sears u Oeschle. Hoy, muchos de los insumos o materias primas que salen por puertos peruanos retornan convertidos en artefactos, medicinas, por los cuales pagamos altos precios sin darnos cuenta que somos proveedores de riqueza a otros, mientras el país sobrevive en la pobreza. Necesitamos dar valor agregado a nuestra producción.

¿Quiénes son los que realmente se benefician con los TLC y si se llenan la boca con los puestos de trabajo que serán creados?, ¿Puestos de trabajo con sueldos irrisorios y condiciones de trabajo injustas? ¿Y qué de la salud de esos trabajadores, sus esposas e hijos? ¿Y qué de la educación de esos niños? Nos responderán que tienen EsSalud, SIS y MINSA, pero ¿sabían Uds. que EsSalud es incapaz de proveer medicinas e insumos médicos a sus usuarios?  Hace meses las medicinas están ausentes de las farmacias, las bolsas colectoras, de orina, sondas, bolsas de colostomía y estamos hablando de aquello que buenamente provee EsSalud, y es solamente lo básico, elemental ya que no proporcionan toda la gama de medicinas e insumos que requieren sus pacientes. Sus respuestas son: “Eso no provee EsSalud”. Los médicos que nos auscultan saben perfectamente cuáles son las medicinas que curaran nuestras dolencias, pero conocen que en farmacia de EsSalud no existen esas medicinas, ellos se limitan a girar recetas, sin importarles si existe o no en farmacia lo indicado, ¡Ese no es su problema!

Ellos se imitan a firmar recetas y mantener “su trabajo”, en todo caso administrativo, por eso alguna vez les pregunté: ¿No se siente Ud. frustrado profesionalmente al saber que trabajar en una entidad que limita su quehacer asistencial? Simplemente se encogen de hombros y siguen firmando recetas, incluso alguna vez tuve que corregir a un especialista sobre su desempeño profesional al auscultarme, lo que corrigió y permitió llegar a un diagnóstico más acertado, con la consiguiente petición de “mil disculpas”. Lamentablemente la salud de los peruanos se encuentra en riesgo, debido a la carencia del respaldo del sistema a profesionales médicos y paramédicos que desean realizar un trabajo conciente para el que fueron preparados, pero que lamentablemente no pueden desempeñar, debido a las limitaciones en las que trabajan. Todo se ha circunscrito a organizar instituciones que existen solo en el papel, ya que en la vida práctica carecen de sentido, por el abandono, ineficacia y obsoletos resultados, lo que ocasiona fallecimientos o cronicidad de males que bien pudieron haberse solucionado a tiempo.

En la misma condición se desenvuelven el SIS (Seguro Integral de Salud) y MINSA, hospitales, postas y RedClas en el país.

La educación de nuestros niños y jóvenes se encuentra colapsada, basta revisar los programas curriculares, la calidad de los docentes y la condición en la que se encuentra la infraestructura educativa del país. Las enseñanzas impartidas son reiterativas y mediocres, con una formación carente de integralidad, los pocos conocimientos están en desbalance con la formación ético-espiritual de los niños, se persiste en darle a la religión católica la preferencia en el ámbito educativo, político y social del país, cuando tenemos pésimas referencias de lo que sucede en algunos ámbitos parroquiales y aún en los centros formativos de sacerdotes. Conocemos de cerca lo que sucede por ejemplo en cierto convento del mismísimo Jerusalén, en donde los estudiantes de teología llegan de diversos países de mundo e incluso viajan a Roma. ¿Qué sucede allí? Pues situaciones muy embarazosas y embarazantes… Pero es noticia conocida acerca de los pederastas y violadores que existen en diversas partes del mundo y que la solución al problema es simplemente trasladarlos de una parroquia a otra, para que sigan haciendo de las suyas en otros pueblos. ¿Cuánta perversidad se esconde en los edificios eclesiásticos del catolicismo? ¿Cuánta maldad se realiza escudándose en el nombre del cristianismo? Y pregunto: ¿Es esa la religión que debe enseñarse necesariamente en los centros educativos peruanos, al amparo del gobierno? ¿Es esa la religión que recibe el amparo y la protección de un sistema gubernamental, más aún cuando se dice que debe haber libertad de culto?

Pero de quienes se dicen maestros y guías ¿qué podemos decir? Cuando solo se reúnen en grandes masas para reclamar sueldos y salarios, pero nunca para exigir que la calidad educativa, tanto programática como de formación magisterial sea de elevada a un rango, que permita que nuestro país tenga estudiantes amantes de la investigación y la creatividad y no solo sean parlantes de resonancia de la escasa información que les es trasmitida. De allí que muchos jóvenes desertan de las aulas al ver insatisfechas sus expectativas y optan por dedicarse a trabajar a temprana edad, perdiendo la oportunidad de crecer en un ámbito industrial o profesional de nivel, que les permita sentirse realizados y al mismo tiempo aportar a un país sediento de progreso.

Lo único que le interesa al sistema es servir a sus promotores, a aquellos que les permiten ocupar cargos políticos y administrativos, en un país hambreado, inculto y enfermo. Increíble pasar hambre en un país rico que exporta productos de calidad exigida a ultramar, esto lo podemos comprobar al asistir a los mercadillos barriales donde se encuentran productos vegetales y animales a la venta y poder apreciar su calidad y precios, comparar esto con lo que se exporta. ¡Esa es la diferencia! El TLC exporta lo mejor de nuestras tierras y deja los sobrantes en el país. Un país inculto donde los maestros son formados con la misma mediocridad que ellos después impartirán sus clases y un país enfermo donde hay carencia de prevención, donde las mismas vacunas son portadoras de probabilidad de muerte y deficiencias (mercurio), donde los médicos carecen de instrumentos suficientes para practicar su profesión, donde las mismas medidas de protección son vulneradas. (Infecciones en ambientes hospitalarios, sangre con VIH, etc)

Lo que es peor, los países desarrollados incentivan la fuga de jóvenes estudiantes, para ser formados en universidades extranjeras y allí después ser captados para trabajar en esos países extraños. Ahora se ha optado por otros mecanismos, prefieren captar trabajadores y profesionales, que luego de ser evaluados, solo a los mejores se les dan facilidades migratorias y se les estimula y apoya para que logren nacionalidad y trabajo, de esa forma los más capaces son captados (robados, secuestrados) dejando a sus países de origen sin la posibilidad de contar con ellos para su propio desarrollo, de allí que la sempiterna condición de subdesarrollo persista en los países del tercer mundo.

¿Hasta cuando permaneceremos en esa condición? ¿Cuándo cambiará el destino de Latinoamérica y podamos al fin enrumbar a condiciones en desarrollo y podamos ser felices con lo que tenemos y no ser solamente serviles proveedores de riqueza a otros y nosotros solo recoger los desperdicios que ellos nos dejan o “regalan”? ¿Hasta cuándo seguirán pululando por los edificios públicos políticos y administradores, que lejos de ver por el bienestar de la nación se preocupen por facilitar las cosas a las empresas mineras, petroleras, bancarias, crediticias, exportadoras y no velen por los intereses de la patria, de sus familias, de sus connacionales y hermanos de la tierra que les vio nacer? ¿Cuándo América Latina podrá verse como una patria grande, con un mercado unido y moneda fuerte que le permita defenderse de la agresión descarada de aquellos que tienen sus ejércitos desparramados en el orbe, amenazando y pisoteando la dignidad de otros pueblos?

Jorge Paredes Romero