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Un trabajo sintético de información leída en la red.
Desde la antigüedad el ser humano ha estado impresionado frente a la enfermedad en general pero debemos considerar que la enfermedad hoy es asociada a lo congénito y a lo adquirido, mas antiguamente se le asignaba como un castigo y hasta un fastidio para la comunidad.
Luego
debemos comprender que cada época tiene sus enfermedades discapacitantes
características, en las edades antiguas las secuelas de guerra eran
definitivamente etiología de discapacidades, además debemos comprender que
por sus características animistas, el concepto pecado era fácilmente
asociado a la enfermedad, del mismo modo la ausencia de una medicina tecnificada
permitía recurrir al empirismo y a la magia o al curanderismo para resolver
dificultades las mismas que en su imposibilidad permitía recurrir a los
conceptos pecado, maldición o demonio
para explicar la no – curación.
Con
el tiempo se produce una evolución desde la magia y la brujería para terminar
en la religiosidad de hoy. La medicina actual tiene argumentos más válidos
para explicar las etiologías y establecer terapias, para ello cuenta con la
Neurología, Sicología y Neuropsiquiatría, como fuentes de información,
cruzada con la válida especulación basada en las pruebas de
laboratorio.
En
la antigüedad se recurría al sacrificio de los infantes nacidos con
deformidades o taras, incluso se relacionaba a la madre como fuente de
enfermedad por lo que también se sacrificaba a las mujeres madres de tales niños.
Se consideraba la no utilidad
de estas personas para las actividades de caza y el trasladarse continuo
(nomadismo). Se daba un especial énfasis en ciertas enfermedades que las
asociaban con los demonios o malos espíritus por ejemplo la epilepsia.
Aunque
también debemos aceptar que existieron culturas donde se demostró preocupación
por las personas con limitaciones, de ello hablan algunos restos con muestras de
cirugía trepanadora, incluso hay señales de haberse instalado prótesis y
entablillados, como también de fijaciones en caso de fracturas,
lo que indicaba cierta sensibilidad social y preocupación por el
restablecimiento de la salud, aunque su estadística es escasa, sin embargo
debemos reconocer que hay una temprana preocupación por los impedidos físicos
y un desarrollo de ciertas técnicas
No
debemos dejar de lado el citar que se atribuía una estrecha relación entre la
locura y el castigo divino y los desórdenes mentales con la posesión de espíritus
malos. En el caso del Rey Saúl incluso vemos la aplicación de la
música como terapia calmante de las angustias que dicho monarca sufría
, para posteriormente en Grecia recurrir
a la aplicación de masajes, baños y procesiones como sistemas curativos, también
las tracciones vertebrales
De
aquellos tiempos se habla de la Roca Tarpeia, la venta de deformes para diversión,
en Esparta el monte Taigeto o en Atenas el abandono de los niños deformes en la
puerta de un templo con una vasija con agua o las mutilaciones de niños
deformes en la columna Lactaria de Roma para dedicarlos a la mendicidad.
Conceptos
como idiota, carga hereditaria o monstruo v castración de los epilépticos nos
indican que la exclusión de la que eran objeto las personas discapacitadas era
cruel.
Es
el Cristianismo que con su aparición conduce a la humanidad a una sensibilización
necesaria, para comprender y ser mas tolerantes con las personas que por una u
otra causa sufren alguna deficiencia o limitación. Los términos inválido o inútil
eran muy comunes y aún hoy son usados con cierta frecuencia.
Del
mismo modo surgen como muestra de moderación el imperio Bizantino: Mahoma en el
mundo árabe y al médico cordobés
de ascendencia judía Maimónides
como precursor de la Educación Especial.
Con
la aparición de los primeros hospitales alrededor del siglo X se empieza a
considerar la posibilidad de curar a muchas personas que anteriormente eran
conceptuadas como endemoniadas. Bastaba que la limitada medicina de aquel
entonces no surtiera efecto en un enfermo para declararlo poseído.
Afortunadamente
a partir del siglo XVII se abandona los conceptos de posesión demoníaca y se
empieza el estudio orgánico y biológico, mejor sicofisiológico del individuo,
como también la idea de asociar el pecado con la discapacidad, tomándose con
mas seriedad el concepto de enfermedad o trastorno, el mismo modo se profundiza
en la terapéutica o tratamiento de las mismas. Se acabó el gran negocio de los
exorcistas y curanderos, aunque hasta hoy sobreviven en algunos sectores
especialmente ligados a sectas religiosas, algunas de las cuales,
lamentablemente, han hecho un gran negocio de estas prácticas.
Indudablemente
las enfermedades síquicas o mentales eran consideradas anteriormente como
posesión demoníaca, ahora se tomaba conceptos como locuras, neurosis, aunque
surgen los grilletes, cadenas, camisas de fuerza para estos casos. Sin embargo
siempre desde la antigüedad, las personas pudientes tenían trato diferente
para sus enfermos y eso se conserva hasta hoy en que la gente de altos ingresos
puede permitirse terapias y atenciones privilegiadas, que aunque no llegan a una
sanidad definitivo, permite darle una vida de mejor calidad a sus parientes,
mientras que en los sectores empobrecidos surgen el hacinamiento, las
precariedades y necesidades no satisfechas como urgencias, dejándose en segundo
plano las terapias tendientes a una rehabilitación integral. Hoy, la reinserción
debería ser una prioritaria preocupación, buscando que el individuo enfermo
pase al plano productivo y deje de ser una carga social. Por lo menos se asume
que la persona con trastornos es un paciente y no un endemoniado, mas el momento
histórico si bien reemplaza las cadenas por correas, todavía no piensa en la
reinserción y la cronicidad produce hacinamientos.
La
terminología define mejor a los discapacitados físicos y sensoriales y a los
deficientes mentales. Probablemente la mímica era considerada una magnífica
forma de comunicarse para los mudos o sordomudos mas se empieza a sistematizar
lenguajes mas adecuados para estas discapacidades, ya estamos en las postrimerías
del siglo XVII y albores del XVIII. Todo esto es consecuencia del trabajo previo
de muchos humanistas
Desde
antaño se pensó en lo que hoy se considera Rehabilitación Profesional,
ergoterapia o Terapia por el trabajo, de allí que el célebre Luis Vives decía
: “ La pereza y la
holgazanería y no el defecto físico, es lo que les hace decir que no pueden
hacer nada. Ninguno hay tan inválido a
quien le falten las fuerzas en absoluto para hacer algo”.
Se presta especial atención a los ciegos y a los sordomudos, rescatando de ellos sus potencialidades, ya que hasta ese entonces para mendigar se precisaba de una especia de licencias, de la cual no necesitaban los invidentes. Hasta ese entonces se pensaba que los sordos eran incapaces de comunicarse y hasta de comprender la doctrina de fe y por ende no tenían acceso a la salvación, por ello con la aparición de metodologías para la enseñanza “del hablar“ para sordos mediante el lenguaje manual y la observación oral, es que se da un gran salto cuantitativo y cualitativo en la superación de discapacidades.
Es justamente en esto que el siglo XVII específicamente en 1620 se desarrolla metodologías acertadas en “hacer hablar a los mudos” mediante el alfabeto manual y la observación de los movimientos de la boca y la percepción táctil de las vibraciones.
Hasta
aquí se han venido llamando a todas estas personas desde endemoniados hasta
imbeciles, idiotas, inválidos, disminuidos, deficientes, etc.
siendo muchos de esos términos lamentablemente pervivientes hasta el
siglo actual.
Sin
embargo en pleno siglo XVIII los enfermos mentales siguen siendo consideradas
personas poseídas por el demonio y no enfermas, mientras tanto se avanzaba
enormemente en el conocimiento de la biología humana. del cerebro, sus
funciones y al mismo tiempo se hacían estudios muy severos sobre la epilepsia y
se comprendía mejor sobre los problemas medulares, aunque no se tenían
soluciones. Hay avances en la cirugía en general y en particular en la cirugía
ortopédica, del mismo modo surgen estudiosos
de las enfermedades profesionales y sobre todo esos avances médicos están
ligados a los trabajos realizados en los propios campamentos cercanos a los
campos de batalla, donde iban equipos médicos tanto para ayudar como para
experimentar, especialmente en consecuencias de las heridas y lesiones del
aparato locomotor. Se empieza en el siglo XVIII a investigar el campo de la
ceguera en cuanto a sus terapias reeducadoras pero se sigue con las conductas de
repulsión, rechazo y la ignorancia del tema. Aún se dan el infanticidio y el
abandono es frecuente, esto significa que si no se despeña a los infantes
deformes se les abandona a su suerte.
El
siglo XIX es el albor de una nueva era en Medicina y Microbiología lo cual
permite superar ciertas enfermedades discapacitantes, las vacunas y los antibióticos
son la panacea de los médicos. Aparece Koch, Pasteur, Freud, Broca con sus teorías
de localización cerebral y Roengten con los rayos X.
Justamente
a partir de los mayores estudios anatómicos y fisiológicos, como también en
los avances en los estudios del sistema nervioso, se clasifican mejor las
enfermedades, distinguiéndolas de las deficiencias, comprendiendo mejor lo genético
o hereditario y lo adquirido y el rol del medio ambiente en ello. Del mismo modo
se distinguen claramente las alteraciones mentales y las disfunciones neurológicas;
las diversas dolencias del aparato locomotor y orgánicas como la sordera y
ceguera, del mismo modo las secuelas de cientos de enfermedades discapacitantes
o síndromes, como también un avance enorme en la comprensión de mongolismo o
síndrome de Down y de la parálisis cerebral en sus diferentes formas o tipos y
las deficiencias mentales que acompañan a estos males.
Es
a partir del siglo XIX en que se reconoce cierta preocupación por las
discapacidades o limitaciones físicas, aunque en aquel tiempo se les llamaba
“inválidos” y del mismo modo aparecen las primeras preocupaciones
legislativas en el tema. Justamente en 1844 se fabrica la primera prótesis de
brazo, sin embargo se tiene
noticias anteriores, mas siempre en el siglo XIX de camas articuladas, prótesis
diversas, aunque hay noticias, reitero, de casos de muy lejana data.
Se
da gran importancia a las escuelas especiales para sordomudos
e invidentes. Continuará ... |
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