Todo en esta vida tiene una razón de ser y ciertamente el hecho de que hace
un año con cien soles podías comprar 30 kilos de frejoles panamito, hoy un año
después, solo puedes adquirir 25 kilos, significa que el poder adquisitivo
del dinero ha decrecido, y que el sueldo es el mismo que ganabas
hace un año, pongamos, ganabas 1500 soles el 20 de octubre del 2013 y de allí
con
cien soles podrías comprar 30 kilos de frejoles, hoy solo podrás
comprar menos, solo 25 kilos, porque el frejol panamito antes costaba 3.30 soles el kilo
hoy cuesta 4.00
¿Qué deducimos de esto?, que en primer
lugar tu dinero vale menos, pero como la gente necesita comprar la misma
cantidad de frejoles, tendrá que gastar más e invertirá 120 soles es decir
un 20% más, pero los sueldos no han subido ni un ápice y el que
estará teniendo más ingresos, es el comerciante, de modo que cuando se habla
de crecimiento se está hablando del crecimiento del comerciante, no del
consumidor. Ese consumidor claro, en las noticiero ve que el índice de
crecimiento ha subido, es decir que ingresa más dinero a la caja del
empresario, pero no dice que a la caja del obrero ingresó también más
dinero, eso no importa; pero si tenemos que hablar de macroeconomía,
entonces diremos que los que sienten ese crecimiento son las grandes
empresas, nunca los trabajadores, salvo algunos que hayan recibo aumento o
alguna prima, etc., que son casos extraños pues.
En segundo lugar, podemos observar que el
poder adquisitivo de tu dinero es menos, ya tu familia no se alimenta como
antes, la esposa tiene que servir menos en los platos, menos panes, menos
leche y así sucesivamente, ya no sopa y segundo, solo un plato y punto,
menos paseos, ya no las salidas semanales a la pollería o a la heladería,
eso ya es historia, de modo que las cosas se van haciendo más difíciles para
la población de a pie, mas no para los empresarios, quienes siempre verán
que cartera está llena, que sus cuentas bancarias crecen y que sus hijos
tienen acceso a la buena educación, cines, paseos, turismo, excelente ropa,
etc., esa es la diferencia que se nota descaradamente en toda población, de
cualquier país del mundo.
En Perú es más notorio aún, porque aquí los
que se llevan la gran torta son las transnacionales, quizá algunas tajaditas
serán para los gerentes, administradores, contadores y los felipillos
peruanos que trabajan en marketing, etc., más la enorme masa de
trabajadores, reciben sueldos magros, pero aun así siguen siendo
privilegiados, están en planillas, tienen estabilidad laboral, tiene
sindicatos, etc., pero si hablamos de aquellos trabajadores de los Call
center, de los almacenes o las empresas distribuidoras de abarrotes, o
parecidas, pues entran en un punto medio, pero aquellos trabajadores
eventuales, que no tienen más que un escuálido contrato de unos meses o un
año quizá, al finalizar ese año ya están temblando, porque no saben si serán
renovados o al ser calificados según su asistencia, rendimiento, respeto,
etc., podrían ser despedidos, con solo decirles reducción de personal o
simplemente se acabó el contrato, sin tener acceso a CTS, vacaciones,
seguro, mucho menos la previsión social (pensión), es decir ONP o AFP,
aunque quienes lo tienen, casi obligatoriamente tuvieron que inscribirse en
una AFP, afiliada a dicha empresa por x motivos, aquí todo es amarres.
Entonces estamos hablando de unas argollas,
horribles filibusteros, Perú se encuentra en un anillo laboral para
escarapelarse, si el mismo estado, el mismísimo chofer del ministro, tiene
que ajustarse a un contrato CAS, ¿se imaginan? Muchísimos de los
trabajadores de los ministerios, están con la soga al cuello, en nuestro
país la situación es apremiante, amenazadora, de una inestabilidad para
morirse de un infarto, porque cada día estás bajo la espada de Damocles, en
donde no puedes mirar mal al capataz, de ser así ya te puedes considerar
despedido, o simplemente por no saludarle o “sonreírle” al jefe la
secretaria, tendrá que buscar nuevos aires.
Pero volvamos a lo que significa el dinero
para los mismos desheredados de la vida, aquellos que viven del menú del
comedor popular, donde hay menús de 2 soles, 3 soles, cuatro, cinco soles,
estoy hablando de un comedor popular de barrio, me pregunto ¿por qué tiene
que ser así? ¿Acaso el estómago sabe de precios? La salud vive de alimento
no de dinero, sin embargo el menú del comedor familiar al que me refiero,
aquel que recibe ayuda del estado, tiene esa categorización de precios,
entonces para mi, lamentablemente ese comedor popular, ha quedado
desconfigurado como tal ya que es simplemente un restaurante que está
recibiendo respaldo del estado y eso está muy mal.
Se trata de familias que durante años han
venido posicionándose en la política y allí trabajan la abuela, las tías y
las mujeres de los hijos, lavando el arroz, pelando las papas o limpiando
las mesas, alcanzando y lavando platos, toda la familia, entonces tampoco ya
es un comedor popular, es en todo caso un comedor familiar, de modo que el
Estado ha favorecido a una sola familia, enriqueciéndola, dándole recursos
para construir toda la infraestructura de ese comedor mal llamado popular,
lo ha equipado, le da mensualmente víveres y esa gran familia utiliza esos
víveres para hacer los menús de dos soles, pero también ha ido capitalizando
dinero para hacer menús de otros precios y eso sucede en casi todos los
comedores populares del país, no me refiero a uno solo, es algo
generalizado. Me dirán pero está bien la familia trabaja, no me refiero a
eso, sino que el control no es preciso, escapa a una fiscalización de una
directiva amplia, abierta, porque el circuito familiar encierra vicios,
esconde gastos y escapa a ciertos controles, eso he visto por ejemplo en un
vaso de leche cercano, que empezaron en una casita sencilla y terminaron con
una casa de tres pisos enchapada, camioneta cuatro por cuatro, salón de Spa,
etc., no pues…
Lamentablemente el Estado no ha realizado
una fiscalización ajustada, para identificar a quiénes están tras de estos
comedores o vasos de leche, quiénes son sus dirigentes, sus trabajadores
reales, quiénes son sus beneficiarios y una fiscalización milimétrica de sus
ingresos y egresos diarios, de modo que alguien debería de las centrales de
esos programas, pasar toda una semana viviendo en esos comedores, eso es
fácil, una cama de campaña para un inspector, que durante una semana lleve
minuciosamente el control de todas las compras, menús que se cocina, los que
se venden, precios, alimentos donados, los comprados, etc., etc. y luego a
dónde van esos dineros, de ese modo tendríamos entonces un control más
estricto de los comedores populares del país.
Durante años hemos hecho seguimiento a
varios comedores de la zona y tenemos amigos que han realizados seguimientos
a otros en diversos zonas del distrito y han observado el mismo detalle con
los vasos de leche y otros programas de ayuda social, entonces sería bueno
preguntarle a quien corresponda, ¿cómo se controlan los dineros destinados a
la ayuda social en el país? Porque ahora ya tenemos una idea muy clara, de
cómo muchos miles de millones están allí siendo distribuidos a manos
equivocadas y vienen engrosando cuentas bancarias de personas, a las cuales
no corresponde que la administración de esos comedores populares, no
deberían estar a cargo de una familia, sino de varias personas de diferentes
familias, así si podríamos llamarle comedor popular, de otro modo reitero,
es un negocio familiar que enriquece solo a una familia.
Pero hay otros programas, como por ejemplo
“Juntos” que contempla que en el hogar en extrema pobreza debe haber por lo
menos una mujer gestante o un niño o niña hasta los 14 años y cada
beneficiario debe cumplir los compromisos en salud, educación, nutrición e
identidad, programa que también se ve distorsionado solo por recibir cien
soles mensuales, porque sabemos ya que en la serranías muchísimas
adolescentes tempranamente prefieren quedar embarazadas, acogerse a estos
programas para recibir los pocos dineros que se reparten y luego lo hacen
nuevamente, es decir se convierten en personas encadenadas a un programa
solo por ese poco dinero que no les viene tan mal tomando en cuenta que es
gente que está acostumbrada a consumir productos de sus tierras a no
trabajar sino solo en su propiedad, a vivir de la ayuda, y en Perú existen
millones de esas personas, que no corresponde tengan que permanecer en esos
programas, porque toditos ellos acumulan una enorme masa de gente
dependiente, que está a la espera de esa ayuda y no se preocupan ni en
estudiar para luego trabajar, mucho menos en superarse, es lo mismo que
aquellos hijos que nunca se apartan de la tutela paternal, porque allí mal
que bien tienen comida, techo y una que otra ropita, esa es la pésima
costumbre a la cual nos han llevado las ayudas sociales, que empezaron hace
muchos años, con el reparto de trigo, arroz, azúcar, aceite, leche en polvo,
¿recuerdan? Luego repartían bananas, que venían en grandes tráileres y la
gente corría a los sitios de reparto para recibir su ración, toda esa
dependencia se ha trasladado al campo electoral, en donde todos corren para
recibir el polo, la pollada o el paquetito, que luego los lleva
subliminalmente al apoyo de un determinado candidato el día de la votación,
su corazón les empuja a marcar el símbolo del que repartió tal o cual cosa,
desde almanaques, cuadernitos, lapiceros, qué se yo.
Pero de manera global, los países también se
volvieron dependientes y en esto los presidentes hacen sus colas, para
recibir la ayudita de los gringos que envían ayuda en barcos, aviones, en
forma de armas, ayuda militar, subvenciones diversas, es decir la ayuda
social es diferente, es más cuantiosa, porque se trata de artículos incluso
tecnológicos, por ejemplo laptops, computadoras, y otras cosas parecidas,
que luego los gobiernos de turno utilizan para encomendar a sus
congresistas, alcaldes etc., para que levanten su imagen y reverdezcan
brotes de simpatía, desde un año antes de las elecciones, de ese modo viene
pues la ropita, las zapatillas, los chocolates o cualquier cosa que venga
donado vía gobierno, es utilizado por los politiqueros para levantar la
imagen del líder o sino del empleado, quien recibe esta encomienda para
utilizarla a su favor, pues visita su región, su distrito y allí se
convierte en papá o mamá Noel y regala a diestra y siniestra, guiñando el
ojo, como diciendo: acuérdense en las elecciones ¿eh?
Es penoso tener que reconocer, que nuestro
país como casi todos los de esta parte de América y lo mismo sucede en la
América Central y en países de África y otros de Asia, en donde se repite la
misma historia, humillante y herramienta o estrategia muy antigua, para
doblegar voluntades, estas costumbres han hecho de los pueblos dependientes,
ociosos, humillados, sobre todo de poca estima. Lo que el pueblo necesita es
que sus gobernantes hagan gestión, que fomenten la industria, que exijan a
las extractoras a dar valor agregado a nuestros insumos que ellos se llevan
en bruto, llevando en sus entrañas sabe Dios qué más, de ser así entonces
tendríamos más trabajo, más ingresos, mejores rentas, pero la permisividad
de los políticos, cómplices del saqueo, se hacen de la vista gorda y desde
hace siglos el Perú ve cómo se llevan sus productos, sus insumos primarios y
luego tiene que comprar los subproductos de esos mismos insumos, a precios
exorbitantes.
Tenemos entonces que salir a flote,
desprendernos de esa humillante carga y decirle al regalón: ¡Llévese sus
baratijas, que aquí vivimos con dignidad, pero también armémonos de valor y
digámosle al saqueador: ¡Un momento! Aquí el dueño de lo que tú estás
explotando soy yo, así que, o pagas el justiprecio o te regresas a tu casita
con las manos vacías. Eso es patriotismo, eso es nacionalismo, eso es
dignidad, eso es justicia y de eso estaremos hablando este 25 de octubre, en
el Jirón Castrovirreyna 135, Breña, en donde estará con nosotros el Dr.
Isaac Humala Núñez, es a la altura de la 9 de Brasil, a las 5 de la tarde en
punto, ahí estaremos acompañando a todos los patriotas que ya están
inscritos, ven tú también o en el distrito donde resides, en la provincia
donde vives y en la región donde trabajas, conviértete en Coordinador de los
patriotas, que ahora empezaremos a vivir con dignidad.
Conviértete en amo y señor, dueño de tu
futuro y no en el servil peón de tu pobreza. No agaches la cabeza, nada de
venias ni arrodilladas, somos un país riquísimo aún, que debemos exigir a
quienes ruegan nuestros votos, se comporten honestamente y no se conviertan
en truhanes, robando a sus hermanos, saqueando el país, ayudando a los
hampones que ya deben ir ajustándose los pantalones, porque se acaba ya su
tiempo de abuso y aquí no habrá sino equidad y el dueño pondrá su precio y
sus condiciones y si no quieren acogerse a ellas entonces qué pase el
siguiente, que postores sobran y la riqueza será para el mejor postor y
también para el que respeta y se comporta con honradez.
Jorge Paredes Romero
Periodista peruano
Registro FPP 7703