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La minería ilegal en el Perú o extracción ilegal de minerales es una actividad económica que consiste en la explotación de minerales metálicos como el oro, sin control ni regulación social y ambiental de parte del Estado peruano. Los que la promueven y realizan disponen de medios y formas de organización, que actúan al margen de los mecanismos de control del Estado y evaden de manera sistemática las normas legales pertinentes, se ubican principalmente en Madre de Dios, Puno, Sur chico y La Libertad.

 
   
   
   
   
   
   
   
   
     
     
 

 

   
         

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La minería informal en Perú

Martes  25 de Marzo del 2014

 

Ser periodista significa tener que investigar, no es cuestión de hablar refiriéndose a una noticia, un titular, que puede engañosamente llevarnos por caminos sesgados. La minería informal es un tema muy antiguo en Perú, que no ha sido debidamente tratado en su momento y se dejó crecer por gravedad, involucra a decenas de miles de familias, quizá algo de 400 mil personas si no llegan ya al medio millón, de modo que es un fenómeno, diría aun más grave que el terrorismo, con la única diferencia que estos mineros trabajan dando la cara, porque en Perú aun no se ha legislado sobre ello, sin embargo, están ocasionando graves daños al país, en economía, ecología, salud, social, etc., por ello permítanme tratar sobre esto.



 

Por lo visto este tema, que es en su mayor parte, no toda, responsabilidad del gobierno, ha creado ahora un divisionismo entre los peruanos. Aquí no se trata ya nada de llamar al presidente traidor, tampoco de disparar o decir que es cosa de ponerse recién los pantalones, nada de eso es cuerdo; por experiencia se que los mineros son los más difíciles de someter, tienen una larga data de espíritu levantisco, eso provocaría, si es que no lo ven ya, un desborde social. No marchan cien, son miles… ¿No han visto las imágenes en la TV., en donde se están enfrentando con la policía? Es que en realidad ellos son así, muy rudos... son gente de los andes, y muchos de ellos con formación militar porque han servido en el ejército mayormente, y sienten que defienden lo que les pertenece, lo creen así, porque no han entendido jamás las leyes. Entonces aparte de ser un problema fiscal es un problema social de alto contenido psicológico.

Reiteramos, no se trata de enfrentamientos ni de balaceras, se trata de dar solución al problema, sin más violencia, si interviene la fuerza armada, se estará creando un escenario para una guerra civil y eso le conviene al Sistema y también a la extrema izquierda, se tiene que lograr el retiro de los mineros de las carreteras, ingresar a un franco diálogo pero con representantes legales en primer lugar, luego con diplomacia y estrategias que permitan logros y no retrocesos y que se consiga avances de manera gradual, todo logro será beneficioso para Perú pero estancarse en nada y empujar a la violencia solo ocasionará más daño al país en momentos en que se requiere recuperar la calma, la paz y sobre todo la cordura. Estamos listos para ayudar, siempre una idea más debe ser bienvenida, pero en un clima de sosiego más no de permisividades. Formalizar a miles de mineros sería un triunfo y se puede conseguir con mejores estrategias.

Desde hace años, mucha gente se ha dado cuenta que Perú es un país que está asentado sobre una multitud de minerales, pero los que más interesan a estos mineros informales son el oro y el cobre y tienen experiencia de trabajar con estos minerales, lo han aprendido en los centros mineros, donde muchos de ellos han laborado y donde se hicieron de sus capitales, guardando, ahorrando dinero, para luego comprar herramientas y unirse entre varios y así dedicarse a la minería de socavón. Su trabajo es comparable al de las hormigas, son laboriosos, más aún porque creen que es algo que históricamente les pertenece, pero están laborando en terrenos que no siempre son suyos, generalmente son del estado o de Comunidades aborígenes, muy pocos han sido registrados.

Todo empezó al haberse fijado una fecha límite para la formalización, el 19 de abril. Al ver que está ya muy próxima, han salido los mineros por miles, más de la zona sur, pero poco a poco están surgiendo grupos de otras regiones, de ser así tendremos decenas de miles en las carreteras, bloqueando y causando desordenes de todo tipo, de allí que el ejecutivo recurre a solicitar la fuerza armada para intervenir, lo que ya avizoran serán numerosas huestes de mineros en la calle. Mas lo que ha enervado aún más a los mineros son las palabras provocadoras de Daniel Urresti, Alto Comisionado del Poder Ejecutivo para la Interdicción y Formalización de la Minería, quien al final dice "El Gobierno no conversará con los mineros informales, hasta que depongan su medida de fuerza" y luego agrega siempre beligerante: "Es hora de que en Perú se ponga orden. Mientras no dejen las carreteras, el Gobierno no continuará con el diálogo" Creemos que tampoco se trata de amenazas ni bravuconadas, porque todo esto debe manejarse de otra manera, con cautela y diplomacia, con estrategias, que al fin y al cabo rendirán mejores resultados que sacar a la calle las fuerzas armadas. Podemos colaborar en la solución de ese problema.

Lo que preocupa a los mineros es la interdicción, es decir la posibilidad de incautación de la extracción minera, después que se cumpla el plazo para la formalización, pero hay que considerar que existen 16,300 expedientes que buscan la formalización Un comunicado de la PCM no avizora nada bueno, "Ante la intransigencia demostrada por los representantes mineros, reiteramos el pedido a deponer sus acciones de violencia, que incluyen bloqueos de carreteras, las cuales vienen perjudicando a gran parte de la población. De persistir con esta posición, se tomarán las acciones legales correspondientes". Luego agrega: "El Ejecutivo tomará las medidas necesarias para restablecer el orden y garantizar respeto del estado de Derecho".

Ya estos movimientos de protesta de los mineros son conocidos por ejemplo en años anteriores, el ultimo el año 2013, ciertamente se debe acabar con la informalidad en el sector minero, pero para ello se debe contar con mecanismos de diálogo o establecer un diagnóstico sobre la intensidad de esta actividad, no se han elaborado políticas públicas serias y activas que constituyan un camino idóneo tanto para el Estado como para los ciudadanos y los mineros, pero tenemos hasta aquí el diagnóstico sobre la actividad minera artesanal, convertida en informal y muchas veces ilegal, y es grave por muchas razones que luego veremos..
 


Tampoco la solución frente a este potencial conflicto es extender demasiado la fecha máxima para la formalización, de todas maneras llegará a un término y sobrevendrán las dificultades. Tampoco está en convencer a los mineros de los impactos negativos que producen en el medio ambiente, porque no las entienden ni las aceptan y menos que comprendan la estructura jurídica del país, porque está muy lejos de ser aceptada, porque nunca la han reconocido. Los miles de miles de peruanos que tienen en esta actividad, oportunidad laboral más rentable, no entenderán jamás las razones que por ahora se esbozan. La revisión jurídica del otorgamiento de concesiones, para los que ya la tienen es básica, pero también es necesario lograr que otros mineros sean reconocidos y así con una formalización escalonada, poco a poco poder encontrar salidas con menos conflictos. Esto es posible, pero se requiere un manejo político y estrategias más saludables que deben estar en manos de un equipo multidisciplinario con mucha sabiduría y recursos.

Según cifras presentadas por Cooperaccion, (Acción solidaria para el desarrollo. una ONG) las concesiones mineras en Perú alcanzan las 26 millones de hectáreas, lo cual constituye el 21% del territorio nacional. La minería informal se encuentra presente en 16% de estas concesiones. Esta cifra evidencia el gran espacio de incidencia de esta actividad. Hay además, regiones donde la cifra de mineros informales es mucho más significativa. La provincia de Islay tiene más de 50% de su territorio tomado por la minería, mucha de ella artesanal e informal, pero es un tema que no conoce la población y que es muy delicado.

El asunto de fondo, no es la minería como actividad económica, sino la forma como esta se realiza. Son pocos los que tienen derechos mineros adquiridos y quienes lo tienen no cuentan con autorización para explotar. Los socavones se profundizan cada día y en el fondo, obreros poco calificados exponen su vida quizá pensando en los ingresos que pronto recibirán. Este tema requiere solución gradual, podemos ayudar.

Otro caso es el de Piura, la actividad minera informal emplea a más de 13 mil personas. La realidad social y económica de Suyo, Paimas, Las Lomas, Sapillica por ejemplo, sitios considerados “zonas liberadas” allí la policía tiene presencia muy débil y donde en realidad la verdadera autoridad la tienen los mineros con mayor poder económico y ciertos apellidos por cada pueblo. La realidad de esos pueblos ha cambiado mucho y todo ello, por los impactos de la extracción del oro. Estos mineros, muchos de ellos, no pueden formalizarse y la lógica es muy simple, quienes extraen oro son los comuneros o propietarios del suelo u otros que se han apropiado de territorios con mineral; que además no poseen concesión ni denuncio minero alguno. Los propietarios de los derechos mineros, son otros y nada tienen que ver con la extracción, frente a esta circunstancia toda formalidad simplemente es imposible. Merece un estudio más minucioso y serio.

El 19 de abril culmina el plazo para la formalización. El Gobierno cree que es posible la postergación de la fecha; sin embargo, dicha decisión solo postergaría el problema existente. Según lo que establece el Decreto Legislativo No 1105, pasado el plazo para formalizarse, quienes no estén registrados serán considerados "ilegales" y por tanto serán sometidos a acciones de interdicción.

El Decreto legislativo 1105, que da un plazo hasta el 2016 para que los mineros informales continúen trabajando sin que se les incauten sus maquinarias, fue oficializado en el diario oficial ‘El Peruano’. Según el Decreto Supremo, el gobierno busca fortalecer el proceso de formalización en las actividades mineras informales y artesanales, ejercidas en zonas no prohibidas, dándoles un plazo máximo de 24 meses para la regularización de 30.000 mineros.
“Los pequeños mineros y mineros informales que a la fecha de la vigencia del Decreto Supremo, se encuentren inscritos en el Registro Nacional de Declaración de Compromisos y cuenten con títulos de concesión minera o contratos de explotación, y estén listados en el anexo 1 del dispositivo, se podrán acreditar hasta el 19 de abril del 2014 ante la dirección regional de minería correspondiente”, señala la Norma Legal. De allí que este 19 de abril se ha transformado en la fecha clave porque se trata de una mínima parte que cumple ese requisito, siendo la mayor parte la que no podrá hacerlo por lo explicado ya.


La minería ilegal en el Perú o extracción ilegal de minerales es una actividad económica que consiste en la explotación de minerales metálicos como el oro, sin control ni regulación social y ambiental de parte del Estado peruano. Los que la promueven y realizan disponen de medios y formas de organización, que actúan al margen de los mecanismos de control del Estado y evaden de manera sistemática las normas legales pertinentes, se ubican principalmente en Madre de Dios, Puno, Sur chico y La Libertad. Según Antonio Brack, biólogo, ecologista, investigador peruano y en su momento el primer ministro del Ambiente del Perú, la ilegalidad de esta actividad reside en la falta de estudios de impacto ambiental. La minería ilegal se caracteriza por desarrollarse en lugares remotos, donde existen pocas instituciones del Estado, lo que dificulta la labor de vigilancia y fiscalización en menoscabo de la legalidad. Lo informal de esta actividad conduce a la ilegalidad, desarrollándose en distintos niveles: mediana minería, minería a pequeña escala y minería artesanal.

A mi juicio a todo esto le rodea una característica y es el desacato de parte de un sector de la población a todo aquello que signifique autoridad no es otra cosa pero tiene un transfundo que no disculpa, pero si lo identifica y me refiero a que desde hace muchos años paralelamente se ha venido dando en nuestro país algo similar que se efectúa de parte de quienes deberían ser los primeros en acatar la ley son los que se hacen elegir como autoridades, podíamos citar muchísimos casos los vemos cada día salir en los medios como resultado de investigaciones que luego dan lugar a denuncias muy delicadas. El último caso es el de la Ministra Omonte a quien se le descubre que no ostenta título profesional alguno sin embargo está ocupando un cargo ministerial, además se le vincula a ciertas acciones mineras.

Por otro lado tenemos a la Sra. Keiko Fujimori a quien también se le vincula con una empresa minera y desempeñó un cargo en el congreso y así indistintamente otros congresistas cometieron una serie de delitos y no han sido enjuiciados ni sentenciados al respecto, se sabe de generales, de coroneles, de jueces, de alcaldes, presidentes regionales a quienes se les denunciado sobre serios casos de corrupción comisión del delito, sin embargo no sabemos de sentencia alguna. Esto es algo que ha sucedido siempre desde los albores de la república y aun antes, de modo que muchos peruanos han optado por hacer caso omiso de las leyes y por ejemplo en la minería informal o ilegal tenemos miles de casos a los cuales jamás les ha llegado el poder de la ley y estos se han burlado como los otros y hoy están queriendo ampararse en la violencia y como dije al inicio en algo peor que el terrorismo.


Seguiremos con esto en los próximos días por ser un tema de largo aliento, reitero no quiero justificar lo que hacen los mineros ilegales, solo eso estableciendo paralelos de la realidad que nos hacen pensar que el desacato es la característica que viene marcando todo cuanto sucede en nuestro país. Pero una muestra más del desacato de esas personas es la última expresión de uno de sus voceros que megáfono en mano ha dicho: "Si el problema no puede solucionarlo Ollanta Humala, que lo haga la señora ‪‎Nadine Heredia‬. Ella sí puede tomar al toro por las astas". De modo que tenemos en estos miles de mineros, gente con un claro desacato, pero no justifica que se utilicen las fuerzas armadas, inexpertas en estos temas, cuyo único recurso es disparar y ocasionar daño físico, nosotros proponemos otra solución y podemos ayudar al respecto.
 

Muchas gracias

Jorge Paredes Romero

Periodista y humanista peruano